domingo, diciembre 17, 2006

Atención al Proceso de Colapso Parte 3

Muchas gracias de nuevo César,

Primero lo esencial. Entendí la explicación de la disciplina y es definitivamente necesaria. Amplié, no obstante, como habrás visto otro empuje positivo en la nota Síntesis: Jugando con Fuego y con el Colapso, en la que concluyo con lo siguiente:

Como deben haber inferido, ustedes, el gobierno y los inversionistas privados e institucionales (BID, FMI y BIRF), en el país seguimos jugando con fuego y llevando el sector eléctrico y la economía al colapso. Los inversionistas en el sector eléctrico necesitan pensar muy bien si les conviene un sector eléctrico decadente en proceso de desintegración y en vías de colapso o si les conviene mejor un sector eléctrico renovado y reintegrado que ofrezca un servicio de alta confiabilidad y calidad y que aproveche al máximo su competitividad frente a terceros países.

Tomaré lo de maestro con mucha humildad y porque en verdad dejé las aulas para seguir enseñando por este medio digital, que no se compara con el intercambio de persona a persona, pero sí es muchísimo más efectivo que los salones de clases prehistóricos para aquel segmento de personas que aprenden leyendo.

Ciertamente mi énfasis ha estado puesto en los aspectos conceptuales que son la base con la que trabaja la administración de negocios. El énfasis lo he puesto en sacar a flote los modelos mentales defectuosos de los que toman decisiones pensando que no son teóricos.

Mirando el bosque de palabras, me encantó tu concepto de la filosofía como "teoría general del desarrollo." Mi muy limitado y tardío interés práctico a una clase de filosofía - teoría general de desarrollo - surgió de un artículo del Dr. Peter Koestenbaum, que se tituló algo como Do you have the will to lead? Me acordé en ese momento de los que José Ramón Bonilla llama temblorosos y quise dejar de ser uno más de ellos.

Luego encontré su libro “Leadership: the inner side of greatness,” que no es más que una compilación-guía de la sabiduría acumulada de la humanidad en un diamante cuyos vértices o estrategias son: visión, realidad, equidad y coraje. Para él la visión es pensar en grande y en lo nuevo; la realidad es no hacerse ilusiones; la ética es proveer servicio; y el coraje es actuar con iniciativa sostenida. El témpano debajo de esas estrategias es inmenso.

Mientras mayor es la intensidad de las estrategias mayor es el área del diamante y la grandeza que uno puede lograr. Lo que hice y sigo haciendo es tratar de poner en práctica esas enseñanzas filosóficas.

Saludos muy cordiales,

José Antonio


From: César Féliz [mailto:cesar.feliz@gmail.com]
Sent: Friday, December 15, 2006 4:58 PM
To: Jose Antonio Vanderhorst
Subject: Fwd: Atención al Proceso de Colapso Parte 2


Apreciado amigo y maestro:

He leído tu respuesta a mis reflexiones y que bautizas con el halago de filósofica (inmerecido talvez). No me cabe duda alguna de tu correcta interpretación a mi reflexión filosófica. Quizás mucho de lo que se ha venido diciendo (ESCP) resulte para muchos lectores demasiado abstracto, pero me parece esta filosofía cimiento imprescindible sin el que sería imposible exponer las reflexiones sobre la ESCP. Iniciar la ESCP con una elemental filosofía, y toda filosofía obliga a mirar las cosas desde arriba, para que la ojeada abarque lo esencial desde el pasado hasta el presente y quizá apunte aurora de futuro. Pido pues excusas, suplico la lectura paciente y benevolente de los párrafos recién concluidos y sigo adelante.

Cuando el número de preguntas y su radicalidad arrollan patentemente la fragilidad recelosa de las respuestas disponibles, quizás sea la hora de acudir a la filosofía. No tanto por afán dogmático de poner pronto remedio al desconcierto sino para utilizar este a favor del pensamiento: hacernos intelectualmente dignos de nuestras perplejidades es la única vía para empezar a superarlas. Pero es que el proyecto mismo de la filosofía no puede desligarse de la cuestión del mercado. De vez en cuando, mi respetado maestro y colega vuelve a plantearse la cuestión de cuál sea el gran tema de la filosofía actual: confieso que sus respuestas me dejan siempre notablemente insatisfecho. Que si el retorno de la religión, que si la crisis de valores, que si los peligros de la técnica, que si el enfrentamiento entre individualismo y comunitarismo...cuestiones todas ellas muy adecuadas para ejercer el talento o para disimular altisonantemente la carencia de él. Sin embargo el tema de la ESCP, que coexiste con todos los anteriores y muchos otros, casi nunca lo oigo mencionar por muchos de nuestros exegetas eléctricos y de otras ramas afines. Por lo visto es algo muy sectorial, demasiado especializado, demasiado funcional y modesto para suscitar la atención de los grandes especuladores de hoy...aunque no lo fuese para muchos tampoco malos de los de ayer, como Schwepps y otros. Incluso, quien te escribe, que llega a definir la filosofía como "teoría general del desarrollo", incurriendo quizá en una exageración pero no en un absurdo. En cualquier caso, mi opinión está más cerca de esa hipérbole que de otras declamaciones que convierten a los filósofos en sacristanes o en auxiliares de laboratorio.

Antes de terminar, quiero manifestarte de tu fino olfato con relación a mis reflexiones, en especial en lo atinente al párrafo de tu respuesta, que dice: "Ahora bien, percibo una amenaza en el escrito que me preocupa y que puede servir para seguir polarizando e impulsando un debate." Supongo que te refieres a la idea subyacente que dejo entrever relativa a la "imposición" del nuevo modelo. Bien sabes de mi vocación democrática, y que la imposición o coacción del modelo no es lo que subyace en mis neuronas, ni es por lo que propugna el nuevo modelo. Sin embargo, quise traer esta posibilidad (imposición coacción) ante la insensatez e intemperancia de los agentes del sector ante el caos y colapso que nos amenazan. Es defícil complacer a todos, aún en la democracia. Si nadie está dispuesto a ceder y concertar con mira a la estabilidad y racionalidad, si todo es una babel, una mascarada y componenda de grupos para beneficiarse ilimitadamente en perjuicio de otros, entonces el sentido común (que talvez es el menos común de los sentidos) nos empujará hacia una lamentable imposición o coacción. ¿provendrá la imposición del gobierno?, es muy probable. ¿Tendrá el gobierno el coraje para hacerlo a sabienda de las implicaciones locales e internacionales?, en verdad no lo sé.


La historia está llena de imposiciones cuando reina el caos o se vislumbra el colapso. Es un hecho, que el poder con los difundidos poderes varios actuan normalizadora y disciplinarmente en el campo social en situaciones de caos y/o colapso.


Ojalá que el resultado no sea un borbotón de sangre, como auguró en vida el poeta Molinaza.

Un abraso

César Féliz

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