jueves, noviembre 20, 2008

The Answer to Jamie’s Tectonic Plates

Utilities price control business business model is that something that is going to have to give to avoid the consumer revolt earthquake induced by the tectonic plates.

The Answer to Jamie’s Tectonic Plates

By José Antonio Vanderhorst-Silverio, Ph.D.
Systemic Consultant: Electricity

First posted in the GMH Blog, on November 20th, 2008.

Copyright © 2008 José Antonio Vanderhorst-Silverio. All rights reserved. No part of this article may be reproduced or transmitted in any form or by any means, electronic or mechanical, including photocopying and recording, without written permission from José Antonio Vanderhorst-Silverio. This article is an unedited, an uncorrected, draft material of The EWPC Textbook. Please write to javs@ieee.org to contact the author for any kind of engagement.

I like Jamie Winberly’s excellent analogy of the three tectonic plates that are moving under the power industry, as told by Warren Causey in his post The utility industry and tectonic plates. The analogy is a nice way of explaining the systemic crisis (without the disconnects of mechanical thinking) the industry is in.

In the post, Warren tells about an interesting conversation with Jamie in which “We also found we agreed on quite a few others issues, as well. The primary agreement is that something is going to have to give. The utility industry cannot deal with all three of these plates without massive infusions of capital and O&M resources, which would drive residential and commercial rates for electricity skyward.”

To avoid the "consumer revolt... earthquake" Jamie identifies, the “something that is going to give" has been found to be the price control business model, as explained in the most read and highly commented EWPC article Can the Power Industry Eliminate its Price Controls to the End Customer?, whose summary states:

The dead-end of regulator’s capacity for price controls shows up once again, while modeling the Smart Grid business case. Under today’s EPAct, price controls are designed for simple problems, when we are facing a very tough systemic crisis. A systemic solution requires a EWPC re-regulation EPAct that deregulates wholesale and retail commercial energy transactions, while keeping regulated the Smart Grid reliable transport.



miércoles, noviembre 19, 2008

Respondiendo al Reto de Pepín Corripio

De acuerdo a Adriana Peguero, en la noticia Apagones y Educación Limitan Competitividad, el empresario José Luis Corripio Estrada (Pepín) aseguró que “El gobierno que logre superar el problema energético y de la educación, ya tendrá un logro que toda la población sabrá apreciar oportunamente.” La frase clave es lograr superar oportunamente, lo cual requiere soluciones duraderas que ahora necesitan tomar en cuenta y aprovechar la realidad de la era digital. Lo que el Sr. Corripio reclama es en pocas palabras liderazgo auténtico, como el que humildemente vislumbré en el 1996 y que está emergiendo como la electricidad sin control de precios (EWPC por sus siglas en Ingles).

En la era digital existen los medios para ampliar la capacidad de nuestros cerebros para encontrar soluciones duraderas basadas en el paradigma sistémico y en el aprendizaje del futuro emergente, en vez de conformarnos con soluciones sintomáticas basadas en el obsoleto paradigma mecánico y aprendiendo del pasado que se quedan cortas, como la que ha aportado con las mejores intenciones el CONEP, pero que lamentablemente sirve para extender el también obsoleto modelo de negocios de control de precios.

La razón esencial de los apagones a nivel local e internacional es el control de precios, que en la era digital que estamos viviendo no tiene ya ningún sustento. Es el control de precios, junto a la falta de liderazgo para deshacerlo, lo que impulsa a “que la mayoría de empresas del país han tenido que independizarse del sistema energético, ya sea con subestaciones o plantas eléctricas, lo cual consideró como una solución cuestionable a la larga, porque encarece el costo al país en consumo de petróleo y gasoil,” como afirma el Sr. Corripio.

Por falta de liderazgo auténtico, los sucesivos gobiernos dominicanos le han puesto muchas muletas al desahuciado sector eléctrico dominicano, para extender la vida útil del control de precios, entre las que se destacan:

1) usar la propaganda para engatusar a la población sobre la verdadera situación.

2) simular el diálogo para seguir imponiendo estrategias intuitivas y defectuosas.

3) cambiar constantemente las reglas de juego, generando incertidumbre y aumento del riesgo país;

4) liberar de impuestos a los combustibles y equipos, mientras se mantienen los impuestos a la mayoría de los otros sectores;

5) dar condiciones especiales a las empresas grandes, para que no se independicen de ineficiente sistema;

6) pasar a la deuda externa los costos de las malas decisiones que necesariamente pagan los contribuyentes;

7) subsidiar hasta más no poder a los población en general con fines clientelistas electorales;

8) facilitar el hurto de electricidad, haciéndose de la vista gorda, con los mismos fines clientelistas;

9) negociar contratos a largo plazo bajo condiciones de incertidumbre asumiendo riesgos excesivos;

10) auspiciar una elevada falta de transparencia;

11) dejar de compensar el mal servicio en franca violación al derecho constitucional que asiste a los clientes afectados.

La solución definitiva es reestructurar el sector eléctrico para sustituir la regulación de control de precios a los clientes finales por una regulación prudencial que elimine oportunamente todas esas muletas con una solución duradera. La regulación prudencial le permitirá a los consumidores transformarse en pro-sumidores, es decir consumidores que también pueden ser productores. Así, las empresas que se han independizado podrán reintegrase y recuperar más rápidamente sus inversiones al poder vender en un mercado libre sus excedentes, lo que resultará en grandes ahorros por coordinación para la sociedad dominicana.


Pepín Corripio: Apagones y Educación Limitan Competitividad

ADRIANA PEGUERO

SANTO DOMINGO.- El empresario José Luis Corripio Estrada (Pepín) consideró ayer que los continuos apagones es un problema mayúsculo que limita la competitividad del país, debido a que el costo de la electricidad y las irregularidades en su suministro impiden que las empresas tengan una producción estable a precios económicos.

Expresó que la mayoría de empresas del país han tenido que independizarse del sistema energético, ya sea con subestaciones o plantas eléctricas, lo cual consideró como una solución cuestionable a la larga, porque encarece el costo al país en consumo de petróleo y gasoil.

“Esa no es una solución. Yo considero que una de las prioridades del país y de cualquier gobierno sería concentrarse en la solución del problema energético y la educación, tratando de mejorar ambos aspectos”, agregó.

Añadió que el problema energético en el país ya tiene más de 30 años, por lo que pidió a las presentes autoridades postergar los gastos que no conduzcan prioritariamente a la solución de estos dos problemas.

“El gobierno que logre superar el problema energético y de la educación, ya tendrá un logro que toda la población sabrá apreciar oportunamente”, aseguró Pepín Corripio. El empresario fue entrevistado luego de participar en un acto que realizó la Fundación Corripio en la Plaza del Inmigrante, con motivo de celebrarse hoy el día del inmigrante nacional.

En cuanto a la crisis mundial, Pepín Corripio señaló que República Dominicana no puede sustraerse al entorno universal, porque en la globalización no sólo se globaliza lo bueno, sino también las penurias. “También se globalizan los problemas y las penurias del mundo.

Este país posiblemente esté mejor preparado que otros para enfrentar la crisis, pero no hay posibilidad ninguna de que la República dominicana se sustraiga del problema, porque naciones y países más desarrolladas y con más capacidad no han podido hacerlo”, destacó.

Noticia original del Listín Diairio

jueves, noviembre 13, 2008

Síntesis: Antecedentes de un Cambio de Paradigma

Del 31 de agosto, 2004

“En períodos de cambios profundos, la cosa más peligrosa es avanzar hacia el futuro poco a poco.”

Thomas Alva Edison


© José Antonio Vanderhorst Silverio, PhD

El sector eléctrico dominicano es un sistema complejo cuya estructura dinámica crea sus propias crisis. Crisis éstas que se nutren de un momento histórico que nos coloca entre la Segunda y la Tercera Ola. Se presenta una solución estructural para completar el mercado y hacerlo funcional, de forma que las leyes de la oferta de generación y de la demanda de los clientes-consumidores puedan interactuar para fijar los precios en los mercados mayoristas y minoristas según las horas del día.

Una formulación suficientemente amplia del problema es como minimizar el costo de electricidad a los clientes-consumidores y remunerar adecuadamente las inversiones en el sector.

Hay al menos tres restricciones ficticias en el paradigma actual de la Segunda Ola que hacen imposible que la mayoría de los clientes-consumidores puedan elegir planes diferenciados de precios que le resulten en un menor costo.

El objetivo de todo sector eléctrico es abastecer a todos los consumidores. Sin embargo, es muy costoso hacerlo con una continuidad perfecta, por lo que hay un problema económico que surge con el desabastecimiento.

Al comprar plantas de emergencia e inversores, en un mercado totalmente libre, los dominicanos han reconocido que la seguridad de abastecimiento que no ofrece el sector eléctrico, le cuesta dinero.

La solución a ese problema económico se facilita cuando se reconoce que los clientes-consumidores perciben el costo de desabastecimiento de manera diferenciada.

Las tarifas dan señales que no reflejan los costos de seguridad de abastecimiento y deben dar paso a precios que sí los reflejen. Así, los consumidores de escasos recursos, con bajo costo de desabastecimiento, pagarán menos por la electricidad que con tarifas que cargan un costo promedio de seguridad de abastecimiento a todos los consumidores.

En todo momento, el sistema eléctrico debe ser operado para reducir el riesgo de desequilibrio y la probabilidad de un apagón general.

La respuesta de la demanda con base al empleo de tecnologías de información, medición y control hacen factible reducir esa inseguridad de momento a momento, interrumpiendo el servicio y compensando a los clientes-consumidores que sean necesarios. Esa es una infraestructura que reemplaza unidades generadoras que gastan combustibles costosos para ofrecer seguridad, facilitando la estabilidad del mercado. Es aquí donde están las grandes oportunidades para desarrollar negocios y en parte desarrollar el país.

La solución estructural es liberalizar el mercado minorista, introduciendo detallistas que no compitan con los que transportan el fluido eléctrico por las redes de transmisión y distribución. Esos transportistas operan monopolios naturales y ni ellos, ni sus filiales, deben participar de las actividades competitivas. Así, los detallistas operando bajo normas prudenciales emitidas por la CNE y fiscalizadas por la SIE, y siguiendo un código de ética, pueden negociar planes de servicio con los clientes-consumidores que envuelven un grado de respuesta en su demanda ante un desequilibrio correlativo con el precio del plan negociado de servicio eléctrico.

Evidentemente, los detallistas negocian contratos con los generadores para poder abastecer a sus clientes-consumidores.

Esta solución es un cambio de paradigma que tiene un gran palanqueo, porque ayuda a cambiar muchos de los círculos viciosos a círculos virtuosos, que aseguran la funcionabilidad del mercado con una participación activa de los clientes-consumidores.

Fuente Cámara de Comercio y Producción de Santo Domingo, "Propuesta Integral de un Cambio de Paradigma del Sector Eléctricico: Visión de un Mercado Funcional con Participación Activa de los Clientes - Consumidores," páginas 30-31.