lunes, octubre 13, 2008

Diario Libre: La Maravilla Eléctrica

La industria eléctrica, vista desde la óptica de Francisco Méndez, no está en crisis.
Víctor Bautista

¿Acaso creen que hablan para cretinos? Es la pregunta que me hago cuando escucho o leo “las perlas” de alguna gente con incidencia en las políticas públicas y en la toma de decisiones a nivel privado.

Francisco Méndez nos regala estas flores: El sistema eléctrico satisface el 85% de la demanda y por lo tanto no está en crisis.
Méndez es superintendente de Electricidad. Fue uno de los impulsores prácticos de la reforma del sector eléctrico de la que ahora abomina, porque se enganchó a estatizador por conveniencia.

Saltar con que aquí no hay crisis eléctrica es poco más que un insulto a la inteligencia elemental, sobre todo cuando el argumento emana de un sujeto consciente con amplio dominio del tema que trata.

Quizás esté yo equivocado y no me haya dado cuenta de que, de buenas a primeras, no hay en la industria eléctrica problemas financieros.

Es probable que la última semana se hayan instalado cientos de kilovatios nuevos en plantas de generación y que, de un momento a otro, las empresas generadoras se volvieron supereficientes y ofertan electricidad a tarifas competitivas.

Pudiera ser que, de golpe y porrazo, los niveles de pérdidas de las empresas distribuidoras de electricidad se revirtieron.

Ahora hay, posiblemente, un equilibrio entre la energía facturada y la cobrada. Lo que pasa es que yo he estado durmiendo y no me dí cuenta.

Tal parece que existe un índice de recuperación de efectivo con un nivel tan alto que provoca la envidia de todos los negocios del país y del exterior.

En menos que canta un gallo las pérdidas que se producen en el sistema de transmisión se redujeron a cero, porque, eso sí, contamos con autopistas de conducción de energía de última generación.

Eso de que el subsidio eléctrico es perverso y que horada las finanzas públicas, después de exprimir los bolsillos del ciudadano común, parece un cuento o un chiste de mal gusto.

Las empresas y los ciudadanos disfrutan del kilovatio/hora más barato del mundo.

Mentes calenturientas han creado la fantasía de que hay empresas de generación saliéndose del sistema interconectado, con el propósito de buscar destino más rentable a su producción de energía.

Y los llamados contratos leoninos ya se modificaron por consenso entre las partes. Ahora convienen al Estado y al mercado. Soy yo quien está en un error.

Noticia original de Diario Libre/