domingo, octubre 25, 2009

Borrador de Visión del Grupo Millennium Hispaniola

El mejor uso de los fondos del Acuerdo con el FMI debería afectar positivamente las exportaciones del país al mercado global, impulsando el desarrollo de la sociedad dominicana. Todo luce indicar que los dominicanos hemos ya perdido la guerra comercial con los Centroamericanos y se nos hace cuesta arriba seguir negociando nuevos acuerdos de libre comercio. Muchas empresas que operaban en dominicana se han desplazado a Centroamérica y ahora exportan al país desde ese lugar, habiendo entre ellas reestructurado la relación comercial. Es muy difícil cambiar esa nueva realidad haciendo más de lo mismo.

Peor aún, muchas empresas dominicanas que consumen grandes recursos del Estado parecen ilusionarse en seguir protegiendo lo que entienden son sus mercados de nuevos acuerdos comerciales y por ello se oponen a que el país lo haga, especialmente cuando los rubros de exportación son producidos por el socio comercial con precios menores. Cabe notar que, querámoslo o no, muchas de esas empresas tendrían sus días contados, a menos que realicen un proceso de reespecialización productiva eficaz que las haga capaz de competir con agilidad, flexibilidad y rapidez en el mercado global. El efecto neto de la nueva situación en muchas empresas sería un importante incremento de las exportaciones dominicanas en el mediano y el largo plazo, lo que se necesita para que el acuerdo con el FMI y los préstamos e inversiones que auspicie puedan ser repagados y remunerados en el futuro con eficiencia.

Esa es la razón principal para mirar con detenimiento un cambio de estrategia orientado hacia la nueva economía por medio de un Plan Dominicano de Desarrollo Sistémico (PDDS), indicado en las instrucciones para preparar las visiones, que impulse círculos virtuosos, que se refuercen entre sí, en cuanto a la reducción de la pobreza y renacimientos en la educación, la institucionalidad, la electricidad, etc. Visto así, si empleamos los fondos que vendrán con el FMI para implantar la nueva estrategia, pudiéramos entonces repetir el dicho “no hay mal que por bien no venga.”

En efecto, los acuerdos comerciales con los Estados Unidos y Europa nos ofrecen oportunidades para dar el salto, aprovechando el acuerdo con el FMI para implantar una reestructuración del comercio hacia la nueva economía. Los fondos que ingresen al país serían entonces destinados al interés social y de forma reproductiva.

Para iniciar esa estrategia proponemos una reespecialización productiva del sector eléctrico que, a la vez que sirva de ejemplo, impulse la atracción de la inversión de capital productivo de largo plazo de recursos frescos complementarios. Existiendo un potencial de ahorros por coordinación significativo e igualmente impresionante en las inversiones en plantas e inversores ya realizadas por los consumidores, necesitamos un acuerdo entre todos para reestructurar y reintegrar el sector que como solución fundamental (que resuelve los problemas más importantes al mismo tiempo) permite desplazar recursos de gasto corriente a gasto capital.

Esa restructuración impulsaría la competencia de mercado en el desarrollo de mecanismos de entrega de financiamiento en el desarrollo de los recursos de la demanda a corto y largo plazos, para integrarlos a la planificación, operación y control del sistema interconectado. El financiamiento serviría para dotar la demanda de elasticidad a corto y a largo plazos y así hacerle competencia al aumento de generación. De esta forma se buscaría el óptimo entre por un lado aumentar la oferta, que gasta recursos en la quema combustibles, y por el otro, reducir la demanda con la inversión en tecnología de eficiencia energética y de energía distribuida, a corto y largo plazos, sin reducir los servicios energéticos a los clientes y consumidores.

En un mundo sin garantía de energía barata, pero con garantía de información cada vez más barata, está ya pre-determinado que el apalancamiento sistémico que está emergiendo a nivel global es el de un servicio individualizado de comercialización competitiva. Es así porque está demostrado que el servicio socializado es un gran destructor de bienestar. En vez de perseguir una meta del pasado basada en lo que es ahora la falsa creencia de la energía barata, con un rumbo hacia el atraso y el fracaso, debemos trabajar para alcanzar la meta del futuro y así poder perseguir el máximo bienestar social, al implantar una solución definitiva y renacentista con potencial global de desarrollo.

Para hacer su gran aporte al desarrollo dominicano, la banca multilateral de desarrollo necesita apoyar al país en las partes difíciles de la transformación, que son lo organizacional, lo cultural y lo social, evitando así grandes apuestas de inversión por parte del Estado que con elevada probabilidad va a extender por muchos años el paradigma del servicio socializado y su intensiva destrucción de bienestar social. En el acuerdo con el FMI necesitamos incorporar un rápido proceso de transición del servicio socializado al individualizado, facilitando también la implantación de los subsidios individualizados. Todas las condiciones están dadas para que realicemos el cambio de paradigma hacia el servicio individualizado con la desaparición de los clientes regulados, el que provocará grandes efectos.

Por ejemplo, en el espacio sistémico que se abre con el renacimiento de los sectores de la energía y de la educación podemos vislumbrar esta situación. En un país sin apagones arbitrarios, las escuelas podrían operar 6 días a la semana con dos tandas de estudiantes que asistirían tres días con presencia física y tres días con presencia virtual. Como resultado, la capacidad física de los locales escolares puede llegar a duplicarse sin necesidad de invertir en la construcción de nuevas escuelas y además los costos de transporte (energía) para llevar a los hijos a la escuela podrían reducirse de manera substancial.

Los sectores exentos de apagones arbitrarios, permitirían que los hijos se queden en sus casas para que realicen sus trabajos escolares y sus tareas del hogar. Algunas madres o padres hasta pudiesen acompañar en muchas ocasiones a sus hijos si pueden realizar su trabajo desde el hogar.

Igualmente, el desarrollo de los sistemas de presencia virtual “aplatanados” puede generar un espacio de negocio importante, que refuerce los programas educativos de presencia física. Los mejores profesores investigadores del país podrían participar en el desarrollo de los contenidos integrados físico-virtuales, aprovechando mejor los recursos disponibles.