martes, noviembre 06, 2012

Protestas y la civilización emergente


Las protestas sobre el pacto fiscal se minimizan si el gobierno pone atención a la civilización sistémica, cuya primera revolución de la información esta tratando de emerger, pero no la dejan. En lo que sigue propongo que la fuente principal de las crisis sistémicas que generan las protestas, en muchos países del mundo, son los servicios públicos que no satisfacen a muchos consumidores.

Puedo hacer esta conjetura con suficiente confianza, después de elaborar la propuesta de la arquitectura minimalista de la Electricidad Con Valor Agregado, para el Presidente Danilo Medina que resuelve la crisis sistémica de grandes proporciones del sector eléctrico. Quiero presentársela a él junto al FMI.

Es una propuesta que los consumidores no están esperando, pero que les encantará. La misma es sobre un nuevo modelo para ese sector que cambia el servicio de una orientación al regulador a una orientación al cliente.

En el artículo De mejores lugares… a la civilización emergente, dije que “En un agitado proceso de discusión en un grupo del pensamiento de diseño, que se supone debería ser el medio idóneo para resolver problemas perversos o sistémicos que afectan a billones de personas, resultó evidente porqué las promesas de ese movimiento no llegan… Para que lleguen, se necesitan líderes que cambien el paradigma cartesiano, legado por René Descartes, por otro más apegado a la realidad.” Ese es el paradigma que llamo peirciano, legado hace un siglo por el gran filosofo norteamericano Charles Sanders Peirce, quien demostró que el único método que se acerca a la realidad es el científico o experimental.

En dicho artículo también “Anoté que Carlos Fuente dijo que en el mundo de los jóvenes hay muchas carencias e insuficiencias... en el mundo la juventud se está manifestando por una civilización diferente... que él no podía definir... que era resultado de la incapacidad de muchos gobiernos en satisfacer esas necesidades. Muchos de esos jóvenes le echan la culpa de sus problemas equivocadamente al sistema, cuando la culpa radica precisamente en la falta de liderazgo para implantar el sistema. Por eso sugiero que la civilización emergente es sistémica… Está claramente demostrado que ni el consenso, ni la opinión de las mayorías, que consisten en creer aquello que es agradable a la razón, son métodos fiables de fijar creencias, porque no se contrastan con la realidad experimentada. Por ejemplo, estamos cansados de promesas y promesas incumplidas.”

Conversando por teléfono con un especialista de marketing, sobre mi propuesta reconoció el aporte que estoy haciendo en esa rama. En ella destaco la diferencia entre la orientación vigente al regulador y la orientación emergente al cliente. En el diálogo que sostuvimos resultó evidente que mi esfuerzo se puede extender a otros servicios públicos orientados al regulador.

Le dije que el elemento común es el control de precios, cuya ineficiencia ha sido demostrada hasta la saciedad en la mayoría de los sectores de la economía. Es ahí que se me ocurre que está la clave para que emerja la civilización sistémica.

A diferencia de la civilización industrial, donde los sistemas eran simples y la causa estaba cercana al efecto, en el tiempo y el espacio, en la civilización sistémica, la causa y el efecto pueden estar muy distanciados en el tiempo y el espacio. Cuando dos profesores de la Universidad de California identificaron, lo que llamaron problemas perversos, encontraron los problemas sistémicos.

La característica principal de los problemas perversos es que su solución no se logra aprendiendo del pasado. Se logra solamente aprendiendo del futuro, que permite encontrar un todo emergente. Ese todo emergente, es el resultado de una orientación al cliente.