viernes, enero 18, 2013

03-13 Estado exitoso - inversiones sostenibles

03-13 Estado exitoso - inversiones sostenibles original en acento.com.do


LIDERAZGO SISTÉMICO 

03-13 Estado exitoso - inversiones sostenibles

03-13 Estado exitoso - inversiones sostenibles

SABER MÁSACERCA DEL AUTOR

Blog detalle

JOSÉ ANTONIO VANDERHORST-SILVERIO

Consultor Sistémico

Sobre mí

Diseñador del Modelo Marco de la Electricidad Con Valor Agregado. Miembro de la Academia de Ciencias de la República Dominicana. Miembro Vitalicio Senior del IEEE
El desarrollo de un Estado necesita ser impulsado por la inversión. En ese sentido, los ciudadanos de los Estados deberían tener bien claro hasta donde se deben limitar los atractivos a las inversiones para que vayan acordes a un desarrollo sostenible.
Para asegurar que cada inversión pública o privada negociada por el Estado sea sostenible, sugiero limitarlas con el concepto de desarrollo sostenible.  Asumiendo una versión de Wikipedia, el desarrollo sostenible es “el proceso mediante el cual se satisfacen las necesidades económicas, sociales, de diversidad cultural y de un medio ambiente sano de la actual generación, sin poner en riesgo la satisfacción de las mismas a las generaciones futuras.” Ese concepto sería clave para negociar inversiones a largo plazo.
El editorial Negociar y renegociar, del periódico El Día, del 9 de enero del 2013, resalta, por ejemplo, dos situaciones que parecen poner en riesgo las necesidades de las generaciones futuras. El mismo afirma que “en su momento no supimos negociar los contratos del sector eléctrico, y ahora nos vemos en la misma situación con los contratos firmados en el sector minero.” Y concluye con  “no se trata, simplemente, de renegociar los contratos, tanto en una como en otra área, sino de tener la capacidad de poder llevar a negociar los mejores técnicos del Estado a la hora de hacer nuevos contratos, para no tener luego que renegociar lo que no se pudo negociar concienzudamente, cuando hubo tiempo para hacerlo.”
Esa conclusión es similar a la que aparece en el artículo Leonel no tiene [toda] la culpa, cuya introducción dice “el refrán ‘es mejor prevenir que lamentar’ le cae como anillo al dedo a la situación que enfrenta la República Dominicana con el déficit fiscal. Les voy a explicar porque el refrán ‘a otro perro con ese hueso’ tampoco aplica para culpar a Leonel. Por más humilde que seas, tienes en tus manos el poder de contribuir a prevenir que el Presidente Medina se vea impulsado nuevamente por el sistema imperante a llevarnos a situaciones similares que tendremos que lamentar.”
Acorde con los planteamientos de esta Columna Semanal “Liderazgo Sistémico,” se ofrece una sugerencia para negociar y renegociar concienzudamente en sectores como esos sujetos a una profunda incertidumbre. La sugerencia es la de emplear un enfoque sistémico que se necesita para que cada inversión sea sostenible y contribuya al desarrollo.
Para definir la meta esperada, se adapta a los interfaces intra organizacionales del Estado, el artículo Intra-Company Organizational Interfaces, de Felix Lustenberger, publicado en el IEEE Engineering Management Review, en diciembre 2012. Es así como una forma muy eficaz de hacer el Estado exitoso es recordarle cada día que pasa a los ciudadanos que no hay instituciones A, B o C, sino un solo Estado. Interpretando otra vez a Lustenberger, cada institución fallará en sus metas si pierde de vista la meta global del Estado. Esto es lo mismo que evitar un Estado fallido con notables contribuciones de inversiones insostenibles.
Es interesante notar que esas sugerencias no se limitan a las inversiones que puede realizar el sector privado. Igualmente aplican a las inversiones que haría el Estado que pueden llevarnos a situaciones insostenibles si no cambiamos el sistema imperante.
Tal es el caso de la Ley General de Electricidad 125-01 y su reglamento de aplicación, que ponen en riesgo las necesidades de las generaciones futuras. La misma hace que los generadores, públicos o privados, traspasen legalmente la incertidumbre vía la deuda externa, a los contribuyentes de las generaciones futuras. Para evitar ese traspaso, se sugiere cambiar el sistema al sugerido en el artículo Capitalismo antifrágil.