sábado, agosto 23, 2014

Pasemos a la civilización sistémica

Al igual que los políticos de la Unión Europea, los políticos dominicanos celebran muchas reuniones para hablar del futuro. Lamentablemente, hasta la fecha no se ha logrado avanzar mucho en los últimos años. Es evidente que la gran mayoría de las promesas no las pueden cumplir. En lo que sigue hay una explicación de esas evidencias.

Extendiendo el contexto que cubre la nota #PactoElectrico y Ecosistema RD, sugiero que hace falta reducir paulatinamente el excesivo alcance de la institución del Estado. Entonces se iría aumentando el alcance de la institución del mercado, que será muy distinta de cómo la conocemos y acorde a la civilización emergente. Es lo que se haría para garantizar la confianza necesaria de la ciudadanía y asegurar la reducción de la desigualdad.

Mientras Pedro Sánchez Castejón, secretario general del PSOE, argumenta que “La creación de empleo debe ser la prioridad en la política económica de la UE,” en su artículo Por un nuevo pacto social europeo, en República Dominicana estamos concentrados en una serie de pactos independientes: educativo, eléctrico, fiscal y más recientemente laboral, típicos del pensamiento que mantiene viva la civilización industrial, a pesar de que sabemos las “externalidades” que generan, mayormente en contra de la ciudadanía y el medioambiente.

Humildemente creo que la principal diferencia entre una civilización emergente, que Alvin Toffler acuñó en uno de sus libros como la Tercera Ola, y el mundo de la civilización industrial, que Toffler llamó la Segunda Ola, es el potencial de lograr apalancamientos sistémicos positivos, que deben ser la prioridad de la política de los gobiernos. Acabo de llegar a la conclusión de que es por esa diferencia que he venido llamándola la civilización sistémica.

Para poder llegar a esa conclusión, acudo a lo que dijo Steve Jobs, en su célebre discurso en la Universidad de Stanford, “no puedes conectar los puntos hacia adelante, sólo puedes hacerlo hacia atrás. Así que tienes que confiar en que los puntos se conectarán alguna vez en el futuro. Tienes que confiar en algo, tu instinto, el destino, la vida, el karma, lo que sea.”

De forma intuitiva, la llamaba civilización sistémica, porque es la forma de resolver los problemas perversos o sistémicos que no se han podido resolver con el pensamiento Cartesiano que permea la civilización industrial. En la civilización sistémica, la institución del mercado es muy distinta a la de la civilización industrial, porque empleando el pensamiento sistémico permite resolver dichos problemas sistémicos.

Ahora usaré el concepto “Ciclo Fatal” definido por Jim Collins en su libro "Empresas que sobresalen (Norma 2002), el cual está basado en evidencias empíricas contundentes. Por ejemplo, aprovechando el “Ciclo Fatal” en que se encuentran los sectores eléctricos de República Dominicana, España y muchos otros lugares, en la nota Espejo chileno #PactoElectrico, argumento “…no importa si la generación es a carbón o a gas, central o distribuida; lo que importa es salir de la institución del Estado para pasar a una institución del mercado que garantice un servicio eléctrico sobresaliente.” Esa garantía, que permite que todos puedan ganar, solo la puede ofrecer un importante apalancamiento sistémico positivo, que Collins llamó el "efecto volante" que caracteriza a las empresas sobresalientes.