jueves, mayo 19, 2005

Electricidad al Detalle: Objetivo Esencial para Satisfacer las Necesidades de los Consumidores (Versión 2)

“En períodos de cambios profundos, la cosa más peligrosa es avanzar hacia el futuro poco a poco”: esta es una de las citas más famosas de Edison

© José Antonio Vanderhorst Silverio, PhD

La quiebra de las EDES es una magnífica oportunidad para desarrollar un mercado eléctrico vibrante, completamente funcional, en la República Dominicana, en que los clientes tengan completa oportunidad de elección. Cuando advertí, hace varios años, que las distribuidoras desarrollarían intereses creados en comercialización, que impedirían el desarrollo de un sector eléctrico competitivo, nunca pensé que a tan corto plazo tendríamos los dominicanos una segunda oportunidad para reorientar el rumbo del sector y tomar la delantera a todos los países de las Américas.

La oportunidad está en el desarrollo de tecnología, “know-how”, productos, pericias y vivencias, alrededor de detallistas de electricidad que no compiten con distribuidoras, para alcanzar una visión de un sector eléctrico suficientemente competitivo, que luego se exporte a otras latitudes. Como se desprende de lo que sigue, bajo ninguna circunstancia se debería permitir que afiliadas de las distribuidoras tampoco sean comercializadoras.

El “Informe sobre los Obstáculos Existentes para el Acceso de Consumidores Cualificados a los Mercados Liberalizados de Electricidad y Gas Natural”, preparado el pasado mes de junio (2004), por la Comisión Nacional de Energía de España (enlace), destaca la vocación contraria a la reforma del sector eléctrico. Infiero que los reclamos hacia la re-integración vertical de las distribuidoras que también son comercializadoras (o a las que se les permite que empresas vinculadas lo sean) para impedir la competencia, provienen de una mala interpretación de los reclamos de Wall Street a las empresas eléctricas. Si las distribuidoras no son comercializadoras, prácticamente todos los problemas presentados en ese informe desaparecen.

En las investigaciones originales que sigo realizando puedo cada vez articular mejor las inferencias que he venido haciendo desde 1996. Como verán, sostengo que deben ser los clientes (hoy regulados) quienes negocien con un intermediario (el detallista), porque ningún regulador, sin estrecha colaboración con cada cliente, está en capacidad de representarlo adecuadamente en una negociación.

La razón principal es que el propósito de la infraestructura eléctrica no es minimizar el costo de abastecimiento a los consumidores, asegurando que las empresas eléctricas recuperen sus inversiones, como se ha creído desde hace mucho tiempo. El propósito debe ser minimizar los costos que tienen los consumidores con dicha infraestructura, asegurando igualmente que las empresas eléctricas recuperen sus inversiones. La diferencia estriba en que los consumidores tienen dos costos: el costo de abastecimiento y el costo de desabastecimiento.

El costo de desabastecimiento de los consumidores es el elemento diferenciador con que un detallista de electricidad debe trabajar y que ni un regulador (intermediario que negocia solamente los precios de abastecimiento por el consumidor), ni un distribuidor / comercializador (intermediario que no quiere competencia, sino mantener su monopolio) están en capacidad de satisfacer, porque simplemente desconocen las necesidades de los consumidores. El costo de desabastecimiento varía grandemente de un consumidor a otro, ya que es percibido por los propios clientes en función de la frecuencia, duración, momento y tiempo de aviso de las interrupciones, así como de su propensión al riesgo.

Además, y mucho más importante, los detallistas tienen incentivos muy importantes para que los consumidores desarrollen opciones de eficiencia energética, lo cual sería muy importante para reducir el impacto de la factura petrolera en la economía dominicana, dado que el detallista que ayuda al cliente a reducir su costo de electricidad, (abastecimiento más desabastecimiento) asegura que su cliente esté en mejor posición para pagarle. Contrario a ello, el distribuidor que es también comercializador tiene un incentivo perverso, porque mientras más vende, más gana, con su valor agregado de distribución legalmente garantizado.

Un asunto que resulta evidente de una relación entre un cliente y un detallista es el derecho de propiedad que tiene el cliente si el detallista no ofrece un abastecimiento con un costo de abastecimiento / desabastecimiento pactado. Ese es un problema fundamental que los detallistas deben resolver. La industria eléctrica sostiene que no está en capacidad por ahora de compensar los costos de desabastecimiento promedio legalmente establecidos. Algunos argumentan que hay que esperar a que los clientes reciban electricidad continua, antes de que se les pueda exigir el pago, creo que de lo que se trata, a nivel más amplio, es la constante violación de los derechos de los clientes consumidores, sin mediar compensación.

El detallista de electricidad deberá desarrollar, en adición a las funciones propias de electricidad, las de finanzas, seguros, mercadeo, negociación de contratos, que se prestan a ser desarrolladas con la cooperación de empresas nacionales y extranjeras. La Comisión Nacional de Energía (dominicana) tendría que diseñar las normas prudenciales que deben cumplir los detallistas, bajo la supervisión de la Superintendencia de Electricidad, para garantizar que los derechos de los demás agentes del sector eléctrico y los de los consumidores sean respetados. Inicialmente, una pequeña parte de los recursos provenientes de los fondos de pensión dominicanos se podrían dedicar a capital de riesgo para financiar el cambio de paradigma que se plantea con esta visión.

La República Dominicana tiene grandes ventajas para transformar su industria eléctrica de una con monopolios de comercialización, a una industria completamente liberalizada, donde los consumidores puedan en un futuro hasta responder a precios de electricidad que varían según las horas del día. El resultado será un sector más eficiente, más integrado y con una participación interdependiente de los inversionistas nacionales con los extranjeros, que facilite la competencia y reduzca la carga del regulador. En períodos de cambios profundos, como el que requiere la liberación de los mercados eléctricos, un cambio de paradigma hacia un sector orientado al cliente, de uno que no lo esté, puede ser la real oportunidad para satisfacer las necesidades de los clientes más exigentes.

Julio 27, 2004

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