jueves, agosto 15, 2013

¿Queremos luz verde para seguir derrochando electricidad?

Los dominicanos tenemos que decidir entre una política de electricidad barata y otra que tiene un impacto transformador hacia el ahorro de electricidad. La primera deja las cosas tal como están, incentivado presiones de algunos sectores hacia el derroche y la pobreza. La segunda está destinada a generar riqueza para toda la sociedad. A pesar del hecho desnudo de que se perdió la garantía de la energía barata desde 1972, la situación de derroche de electricidad que ha vivido la República Dominicana desde entonces está destinada a continuar de mantenerse una luz verde.

En ningún momento se ha aceptado la oportunidad de un cambio hacia una política de ahorro de electricidad basada en la garantía de la información barata, como la que aparece en la nota Servicio eléctrico sobresaliente. Esa política de ahorro tendrá un efecto transformador en todas las actividades económicas, sociales, políticas y culturales, generando al mismo tiempo el desarrollo de nuevas actividades de negocio, así como los empleos que sigue esperando la juventud.

En ese sentido, sugerimos poner atención a la breve historia en tres “tweets” que aparece en nota ¿Se exiliarán los jóvenes por un modo obsoleto de pensar de las autoridades?  Al hacerlo, encontraremos que muchos de la decena de miles de profesionales dominicanos exiliados por falta de oportunidades podrán regresar si creamos las condiciones para la generación de riqueza. Igualmente, muchos de los cientos de miles de “ninis” que tenemos tendrán las oportunidades que se merecen.

La introducción de la noticia La CDEEE tiene luz verde para nueva energía, dice “Va en serio. El Gobierno fijó entre sus metas prioritarias acabar con el lastre que significa el sector eléctrico para la competitividad del sector privado y para las finanzas del Estado. La decisión la tomó el Presidente en junio de este año mediante el decreto 167-13, que declara de emergencia nacional el aumento de la capacidad de generación eléctrica de bajo costo.”

En consonancia con la nota CDEEE hace que los (sus) administradores fracasen, la adquisición de generación eléctrica solo toma en cuenta la parte de los costos de capacidad, lo cual es insuficiente para garantizar que se acabe el referido lastre. La falta de garantía de la energía barata deja totalmente abierta la incertidumbre financiera en los costos de operación que produce dicho lastre durante la vida útil de dicha capacidad. Ahora que se conoce la alternativa hacia el ahorro, ¿por qué el Estado no se sale del negocio de electricidad y deja que el sector privado y la población tomen sus propias decisiones con un servicio eléctrico sobresaliente?