sábado, noviembre 23, 2013

Dominicana tiene exceso de demanda no falta de oferta

"No hay peor error en el liderazgo público que infundir falsas esperanzas que pronto se disiparán." -- Winston Churchill, The Hinge of Fate.


“Pensar es el trabajo más difícil que existe. Quizá esa sea la razón por la que haya tan pocas personas que lo practiquen.” – Henry Ford

Dominicana tiene exceso de demanda no falta de oferta

© 2013. José Antonio Vanderhorst Silverio, Ph.D.
Ingeniero Consultor en aquitecturía de sistemas del sector eléctrico.
Creador del Modelo Marco de la Electricidad con Valor Agregado.

En 1972 el mundo cambió cuando a consecuencia del embargo petrolero de la OPEC se perdió la garantía de la energía barata. Desde entonces hemos venido aumentando la demanda más de la cuenta en las edificaciones y en la extensión de las redes por todo el territorio al seguir desarrollando proyectos bajo la errónea suposición de que la energía seguirá siendo barata durante la vida útil de esos proyectos.

Cuando existía la garantía de la energía barata, los desarrolladores de los proyectos de edificaciones y extensión de redes definían sus presupuestos al menor costo posible para maximizar sus beneficios. Lo podían hacer sin necesidad de considerar los costos de operación al suponer que la energía seguiría siendo barata durante la vida útil de la obra.

Al desaparecer dicha garantía, hemos seguido haciendo lo mismo equivocadamente por más de 40 años. Los arquitectos y contratistas han seguido compitiendo para instalar sistemas, por ejemplo, de aire acondicionado, más baratos para maximizar la porción del presupuesto fijo que les toca, en vez sistemas más caros y eficientes que le ahorren dinero durante la vida útil de la edificación a los consumidores. El resultado son sistemas que tienen una demanda que puede ser el doble o más de la razonable y que se le pasa al usuario indefinidamente.

La historia por el lado de la oferta es similar. Sin pensar de forma sistémica en lo anterior, la gran mayoría de los dominicanos hemos mantenido, como buena y válida, una Ley General de Electricidad que concentra equivocadamente su atención en aumentar la oferta para satisfacer la creciente demanda. Debe ser obvio que necesitamos una ley diferente cuyo objetivo sea reducir la demanda hasta donde sea razonable, lo cual envuelve también la minimización del hurto de electricidad. En ese sentido es que he desarrollado desde 1996 el modelo marco de la Electricidad Con Valor Agregado, que respalda la introducción de un sistema sin precedentes aquí y en extranjero.

Los efectos del cambio legal crearán toda una fuente de inversión, nuevos negocios, empleos, en fin, oportunidades de desarrollo y exportaciones. La competencia en modelos de negocios entre comercializadores de electricidad ayudará a definir los costos a largo plazo en el desarrollo de las edificaciones, así como la existencia de verdaderos dolientes obligados a enfrentar el hurto de electricidad para poder subsistir. La reducción de la demanda evidentemente hará que no se necesite expansión de redes ni más contratos con generadoras por un buen tiempo en muchos lugares.