miércoles, enero 21, 2009

¿Será la Reforma Constitucional Anti-sistémica?

Primera actualización. Llegó el momento de desarrollar e implantar reformas constitucionales sistémicas. Consistente y congruente con el texto inicial de esta nota que describe un precedente de hace 500 años con la llegada de la tercera revolución de la información, el mundo cambió y mucho como consecuencia de la cuarta revolución de la información [1] que llegó hace dos o tres décadas. Mientras tanto, cada vez más los países, que pretenden seguir siendo soberanos (independientes) en un mundo cada vez más interdependiente, tienen constituciones reformadas con leyes claves que se refuerzan negativamente entre sí para la sociedad dando lugar a comportamientos en contra de los sistemas en sectores importantes. Esas son las reformas que se han vuelto anti-sistémicas con el paso del tiempo.

La reforma constitucional de la República Dominicana, por ejemplo, parece haber dado como resultado el dominio del poder ejecutivo sobre los poderes dependientes legislativo y judicial. Esto es peor que las relaciones negativas entre dichos poderes. Sería un ejemplo de lo más anti-sistémico posible [2] que ha dado como resultado lo que ha sido calificado como el Tollo Eléctoral, que crea una crisis poselectoral como la del 1994 que propició varias reformas a la Constitución dominicana, una de las cuales fue la separación de las elecciones legislativas y municipales de las presidenciales, convirtiéndolas así en verdaderas elecciones de medio término, lo que desapareció en la elección de 2016.

Entendemos que el Tollo Electoral es un síntoma de un problema mayor: los Estados hipertrofiados a nivel global [Cuarta actualización de 3]. La causa fundamental de estos Estados hipertrofiados es el vacío de liderazgo global [4] que ha impuesto el capitalismo de amiguetes con mercados regulados mediocres. En respuesta, hemos expresado que [Cuarta actualización de 3]:
Hasta prueba en contrario, el único sector en que está disponible el pensamiento estratégico global para empezar a reequilibrar la relación Estado-mercado es el sector eléctrico con una Ley Sistémica de Electricidad que servirá para transformar el sector eléctrico como marco de referencia global de la democracia directa de los mercado sistémicos (#DD_SM). Esta realidad permite superar los daños que ha provocado la confianza ciega en las élites de la democracia representativa con sus teorías de los negocios obsoletas.



Esos Estados hipertrofiados son los que entendemos mejor explican las consideraciones iniciales del artículo Democracias en crisis, reformas fallidas, elaborado por Roberto Gargarella, para La Nación, el martes 31 de mayo de 2016, que inicialmente perciibimos sirve como 'antecedente' que nos permite confirmar tales reformas como anti-sistémicas. En su dos primeros párrafos, Gargarella expresa que:
Eventos políticos como los ocurridos en Brasil, recientemente, con el proceso de impeachment presidencial sólo confirman una realidad conocida: el modelo constitucional-democrático se encuentra muy degradado (no sólo en América latina) y expresa hoy una ruptura manifiesta entre las pretensiones deliberadas de la ciudadanía y las acciones de sus representantes. Los cuerpos representativos aparecen definidos por voces que cuentan con escaso peso en la sociedad y definidos también por la presencia de intereses que reflejan la voluntad de la élite dirigente, más que la voluntad colectiva de la comunidad. Con lo dicho no se pretende sugerir, por ejemplo, que el proceso de impeachment en Brasil fuera inconstitucional ni sugerir una crítica particular a tal o cual gobierno, pasado o presente. El punto es más general y tiene que ver con la historia de una larga crisis del sistema representativo que en países como los nuestros se muestra particularmente aguda.
Dicha crisis, que golpea al sistema constitucional en su centro -quitándole legitimidad, respetabilidad, autoridad- puede explicarse de modos diversos. Una de esas explicaciones posibles sería la siguiente: nuestra organización política encuentra sus fundamentos en un modo más bien elitista de pensar la vida pública, propia de un tiempo pasado -finales del siglo XVIII, comienzos del XIX- en directa tensión con las aspiraciones y exigencias democráticas que son propias de nuestro tiempo. Podría decirse que el "traje" constitucional que fue diseñado para sociedades de hace más de dos siglos (sociedades desiguales, excluyentes, jerárquicas) quedó demasiado "estrecho" para nuestro tiempo, caracterizado por sociedades multiculturales, activas y demandantes. De allí que nuestras instituciones resulten habitualmente desbordadas por reclamos que terminan expresándose, comúnmente, por medios extrainstitucionales o aun extralegales.
Ahora podemos ajustar nuestra primera impresión diciendo que esos dos párrafos son los 'antecedentes.' En el resto del artículo, Gargarella lo sustenta en que "El surgimiento de formas diversas de experimentalismo democrático resulta especialmente notorio desde los años 80," que aquí se trata desde otro ángulo. 

Precisamos que la crisis no es simplemente de la democracia, sino de la democracia representativa. Los nuevos tiempos traen la democracia directa que se desarrolla en el mercado que hemos matizado como sistémico para reemplezar los mercados anti-sistémicos que son los que justificaban las fallas de mercado y su regulación por parte del Estado, creando círculos viciosos [5] que los han llevado a volverse hipertrofiados. 

La más importante reforma anti-sistémica que ha servido como marco de referencia para otros sectores regulados es la del sector eléctrico, que en República Dominicana ha servido para crear un botín electoral similar al de Petrobras en Brasil. El potencial del feedback (realimentación) para lograr rendimientos crecientes bajo la competencia en el mercado minorista ha sido invalidada con el mantenimiento de los rendimientos decrecientes mientras se privatizan las ganancias para unos pocos y se socializan los costos al resto de la población. 

Referencias seleccionadas como ejemplos del amplio trasfondo de este blog:


¿Será la Reforma Constitucional Anti-sistémica?

El Senado de la República acaba de aprobar en segunda lectura el proyecto de ley que declara la necesidad de convocar a una reforma de la Constitución. El proyecto pasa ahora a la Cámara de Diputados que lo conocerá mañana en su sesión ordinaria.

La opinión pública, de la que ustedes amigos lectores forman una importante parte, necesita asegurar que haya la debida secuencia con los resultados de la Cumbre de las “Fuerzas Vivas,” como sugerimos en el mensaje “¿Debería Plan de Nación Impulsar Revolución?” A continuación damos otros argumentos que respaldan la imperante necesidad de que una masa crítica de los participantes a dicha cumbre acuerde posponer ese proceso.

Debe llamarnos la atención las quejas del Poder Legislativo, tengan o no razón. Cuando el río suena, es porque agua trae. Esas quejas sobre la Reforma Constitucional dan que pensar desde el punto de vista de los sistemas. De acuerdo a W. Edwards Deming, un sistema es una red de componentes interdependientes que trabajan juntos para lograr el propósito del sistema.

Si nos restringimos a los poderes ejecutivo, legislativo y judicial, como los componentes del sistema, ninguno de ellos en forma individual es capaz de lograr el propósito del sistema, que es superior a la suma de los propósitos individuales de los componentes. La diferencia está en los aportes entre las partes y por eso la preocupación de la relación negativa entre los poderes ejecutivo y judicial, puede destruir el sistema (Estado fallido). Para lograr un elevado desempeño de la administración pública es absolutamente necesaria una relación de cooperación, basada en el conocimiento profundo, en vez de una de competencia entre los poderes públicos, como la que promueve el defectuoso sistema prevaleciente de gestión.

Para promover esas relaciones de cooperación aconsejamos considerar el libro “Poweful Times: Rising to the Challenge of our Uncertain World,” de Eamonn Kelly. El Sr. Kelly nos comenta que los últimos cinco siglos de historia se están deshaciendo y que los próximos 10 años se iniciará una gran transformación del mundo, en la que podemos y debemos ser partícipes en la creación de nuestro futuro dentro del ámbito global. Una constitución basada en los conocimientos y experiencia del pasado simplemente no nos conviene. Necesitamos una constitución afín con el orden emergente.Agrega Kelly que hace cinco siglos que se le pidió a Niccolo Machiavelli que investigara porqué Pandolfo Petrucci era tan inconstante en su comportamiento. Machiavelli quedó profundamente impresionado por la explicación de Petrucci: “Deseando cometer la menor cantidad de errores, conduzco mi gobierno día a día y arreglo mis asuntos hora por hora porque los tiempos son más poderosos que nuestros cerebros.”

Luego de dar argumentos sólidos, Kelly discrepa de Petrucci (500 años después) y responde, "Estoy convencido que no debemos. Las apuestas son muy elevadas; nuestra era es demasiado compleja; y su velocidad es demasiado rápida para simplemente reaccionar. En vez de eso, debemos amplificar el poder de nuestros cerebros, individual y colectivamente, para ajustarnos a nuestras circunstancias."

Trabajando incansablemente para el proyecto de la electricidad sin control de precios (EWPC), he descubierto lo siguiente: la gran transformación del mundo para ajustarnos a las nuevas circunstancias, puede y debe hacerse adoptando el Sistema de Conocimiento Profundo que W. Edwards Deming legó a la humanidad. Al respecto, he sugerido que consideren la nota 7 Consejos a la Cumbre de las “Fuerzas Vivas”.

Adicionalmente, creo que la formación de una masa crítica de los participantes a la cumbre, sugerida anteriormente, sería posible si contáramos con líderes que sean verdaderamente libres. Tal como apareció en la portada del folleto del Libro de los Valores, publicado por Diario Libre, bajo el auspicios de varias empresas del sector privado, el filosofo Montaigne define “La verdadera libertad consiste en el dominio absoluto de sí mismo.”

Una forma simple de aspirar a ser parte de la masa crítica de líderes verdaderamente libres es asegurar, como dice en otra página dicho folleto, que los líderes no están limitados por los tres “obstáculos para la libertad:”

El miedo, especialmente al Poder Ejecutivo, que puede impedir una reforma constitucional sistémica;
La ignorancia, que impide organizarnos en todos los niveles con el Sistema de Conocimiento Profundo; y
El conformismo, que impide definir e implantar el Plan de Nación que necesitamos para salir del subdesarrollo.

Sería bueno saber ¿quiénes de los participantes a la Cumbre de las “Fuerzas Vivas,” desean ser parte de esa masa crítica? Igualmente, si usted es un líder que no está limitado por esos obstáculos, pero no ha sido invitado, ¿desearía ser parte de ella? En ambos casos, unámonos para comunicar a la opinión pública la necesidad de una reforma constitucional sistémica, basada en el conocimiento profundo y que propicie un Plan de Nación de un Estado exitoso que nos ayude a salir del subdesarrollo.

Es decir, evitemos por todos los medios seguir con el ineficaz sistema prevaleciente de gestión. De seguir con ese sistema ineficaz lo que resultará es una reforma constitucional anti-sistémica que no llevará hacia un Estado fallido.¿Es eso lo que queremos?

José Antonio Vanderhorst Silverio, Ph.D.
Consultor Sistémico
Semilla Orgánica del GMH
Día de la Altagracia, 21 de enero, 2009.