La cultura de no pago de la electricidad es en esencia un problema de la infraestructura intangible de educación. El abordaje del síntoma robo de electricidad con base a tratar de cambiar el comportamiento de los usuarios a la brava es un medio muy caro e insostenible que pospone la solución definitiva que involucra el necesario cambio socio cultural, que se manifiesta diseñando e implantando sistemas y procesos que cambien las creencias, los valores y la actitud de los clientes.
El debate entre la inversión en infraestructuras tangibles, como las centrales eléctricas, las carreteras, y las intangibles, como la educación, la salud, la comercialización al detalle de electricidad, es crucial para lograr una Estrategia Nacional de Desarrollo que persiga el Sueño Dominicano.
La lucha por el 4% para la Educación debería concentrarse en el equilibrio entre la inversión en infraestructura intangible y la tangible. En el pensamiento tradicional de los políticos lo importante es el insumo tangible, la construcción de escuelas, los laboratorios, en vez de los resultados intangibles, maestros y alumnos de alta calidad al que debemos cambiar.
El debate sobre el crecimiento del país está centrado en la diferencia entre la producción a bajo costo que auspicia la infraestructura tangible y la creación de mayor valor agregado que genera la intangible. En un mundo globalizado donde tenemos muy pocas ventajas comparativas en la producción tangible de bajo costo para poder diferenciarnos, necesitamos desarrollar nuestras ventajas en la creación intangible de alto valor agregado empezando con la infraestructura intangible de educación. La educación en la comercialización de electricidad para diferenciarnos y lograr una ventaja comparativa del nuevo equilibrio en el mundo globalizado es una estrategia de doble infraestructura intangible que podemos iniciar con la mayor brevedad como parte de la Estrategia Nacional de Desarrollo.
El ejemplo típico del nuevo equilibrio aparece en la infraestructura telefónica tangible a base de redes alámbrica y la intangible a base de inalámbricas. Ese ejemplo aclara que hay cosas tangibles que dejan de ser necesarias con la aparición de infraestructuras intangibles. Una oportunidad similar surge con una reestructuración del sector eléctrico para con base a la infraestructura de educación cambiar del modo de pensar del bajo costo al modo de pensar del mayor valor agregado. Esa oportunidad nace al aprovechar la gran capacidad instalada en poder de los clientes como se mencionó en el email con el asunto ¿Debería el Sueño Dominicano estar Restringido a Evitar Resultados Alarmantes en la Industria?.