viernes, octubre 03, 2014

Sector eléctrico no necesita préstamos para reducir desigualdad

Lo que sigue es una propuesta inicial de la esencia arquitectónica de sistema para la transformación del sector eléctrico, que está por encima de las diferencias sociales, culturales y políticas, diseñada para servir en la elaboración de un documento base a un diálogo generativo, en vez de ser un instrumento para el debate que solo sirva para mantener el sumamente costoso status quo.


A pesar de que lo que sintetizo a seguidas, en esta primera versión un tanto rudimentaria, está amparado en toda una serie de notas y artículos compartidos en las redes sociales con la ayuda de profesionales interesados en el bienestar social, local e internacional, lo que sugiero es que tratemos de ver como podemos acercarnos a cambiar el sentido común en vigencia para tratar de hacerlo una realidad.

Con la sola determinación de transformar el sector, para garantizar un servicio eléctrico sobresaliente, de parte de empresas sobresalientes del sector privado, el Estado puede desestimar el préstamo que el Banco Mundial aprobó para reducir la desigualdad. Dicha transformación tiene como objetivo cambiar los incentivos y desincentivos para impulsar un substancial apalancamiento sistémico positivo del sector, con toda una serie de círculos virtuosos que se refuercen entre sí. Es así como se podrá garantizar el desarrollo de un juego suma positiva que garantice la reducción de la desigualdad.

Si no se transforma el sector, hasta haciendo reformas que no transforman, los fondos del préstamo seguirán prácticamente el mismo derrotero anterior, al permanecer prácticamente intacta la estructura dinámica vigente del sector, que impulsa los mismos círculos viciosos que se refuerzan entre sí. Los planes de reducir la pobreza seguirán siendo como mucho suma cero, afectando mucho más, si no a los pobres, a la muy sufrida clase media, que sigue perdiendo representación en la totalidad y que es adonde muchos pobres aspiran al menos llegar.

El Estado y el Banco Mundial recurren en el uso de proyectos que sirven para resolver problemas no sistémicos, que son los que generan en primera instancia los problemas sistémicos del sector. Es así como el verdadero problema eléctrico es sistémico y no se resuelve con políticas de Estado, sino con innovación emergente que impulse dicho apalancamiento sistémico con la competencia de modelos de negocios entre empresas sobresalientes del sector privado que estén obligadas a agregar valor sin la protección de la inversión extranjera para sustraer valor. Lo que el Estado está obligado es a cambiar los incentivos y desincentivos que faciliten dicha competencia, por medio de la legislación.

El Estado necesita tomar la determinación de transformar el sector para salirse del negocio y poder eliminar todas las actividades que no agregan valor. Al tomar dicha determinación estará disolviendo al mismo tiempo la corrupción sistémica internacional asociada a la Ley General de Electricidad y a la inversión extranjera.

Es así como el sector eléctrico se pasa a la democracia directa, donde los clientes podrán comprar y autoabastecerse, como lo crean conveniente, de tiempo en tiempo, dejando de influir en la democracia representativa, que genera compromisos del parte de colaboradores del gobierno que gane dichas elecciones, que son actividades que solamente sustraen valor del sector.