Mi muy estimado amigo Radhamés,
Cordialmente te escribo esta carta semi-pública. Ha pasado mucho tiempo desde que me solicitaste colaboración al momento en que me despidieron de CDE en 1989 y me sucediste en el cargo. No se pudo realizar la asesoría, por la condición de pago por adelantado que te impuse. Aunque tarde, me puse a tu disposición al inicio de esta administración, para aplicar los estudios que he desarrollado (que se han concentrado en el servicio eléctrico bajo condiciones de apagones) y que humildemente creo constituyen un cambio de paradigma en el sector electricidad, con una clara visión del futuro.
Interesantemente, ese enfoque (bajo condiciones de apagones) es muy útil para aumentar la eficiencia de los sectores que ofrecen alta confiabilidad a todos los consumidores. Así lo entendieron los miembros de la Peak Load Management Alliance. Aunque viniendo por direcciones opuestas, el futuro de la electricidad mundial está confluyendo en un servicio eléctrico basado en la Respuesta de la Demanda (que es similar a un auto-apagón, pero diferente al ser consentido), la Eficiencia Energética (porque la electricidad útil no se detiene en el medidor) y un servicio ofrecido por detallistas que compite en el mercado minorista ofreciendo planes acordes a la necesidad de los clientes-consumidores. Es una ratificación de una visión contundente, que es perseguida por la Agencia Internacional de Energía, en su proyecto de Administración del Lado de la Demanda (Demand Side Management). No se debe confundir esto, de manera alguna, con la administración de la demanda que se está practicando actualmente en el país.
He observado, que la política emergente, reflejada en la presentación del pasado domingo, lució como un retroceso con respecto a los 10 puntos de la Agenda Presidencial al momento de la toma de posesión. Me parece que tu rueda de prensa, reflejada en los matutinos, ha sido un intento de recobrar parte del terreno perdido. No obstante, sugiero que cambien sus percepciones de una electricidad orientada al abastecimiento que se fija mucho en el lado de la oferta, a una más completa orientada al cliente. Por múltiples razones, la fijación de precios a los clientes ha dejado de ser viable. Entre ellas hay al menos 4 restricciones ficticias que subyacen en el modelo mental prevaleciente que podemos citar:
1) El servicio es continuo e ilimitado. Falso; somos la cuna de los apagones, pero eso tiene un lado positivo que podemos capitalizar con la electricidad orientada al cliente.
2) Los clientes no se pueden diferenciar. Falso; se diferencian grandemente en su sensibilidad a los apagones.
3) El regulador puede representar y negociar por los consumidores. Falso; ya que se pueden diferenciar, han venido comprando soluciones individuales (generadores e inversores) en un mercado totalmente libre para mitigar el riesgo de las interrupciones. Además, al fijar tarifas que no se diferencian hace que los clientes con baja sensibilidad subsidien a los que tienen alta sensibilidad. El mejor ejemplo es el de los subsidios encubiertos a los clientes que se conectan a las redes de transmisión.
4) No hay sustitutos eficientes de la electricidad fuera del sistema eléctrico. En muchos casos, y aun a pesar de colocar impuestos excesivos a los combustibles, los clientes muy sensitivos siguen abasteciéndose aisladamente.
He leído de tus declaraciones que estimas que, por lo menos, el Estado pierde 8 millones de dólares mensuales con los IPPs, Cogentrix y Smith, que continúan dejando pérdidas millonarias. Sabes muy bien que ambas negociaciones no fueron fruto de competencia en el mercado y por eso presentan efectos secundarios que resultan de la corta visión que impone la política eleccionaria, no importa cual de los partidos esté en el poder. No obstante, la normativa vigente en el mercado perjudica grandemente a la CDEEE, sin que realmente beneficie a nadie, como verás a continuación. Esa normativa también los hace saltar a la conclusión errónea que la central a carbón es la solución por sus bajos costos de operación. Los asesores deben examinar otras sensibilidades, tales como precios futuros de petróleo que se desplomen. Sin embargo, aunque no dudo que en un proceso de mínimo costo puedan entrar centrales a carbón, lo que más me preocupa es que las mismas se impongan y luego tengamos que vivir con efectos secundarios totalmente previsibles hoy.
Como sabemos, esos contratos IPPs son del tipo "take or pay," que les permiten cobrar aún cuando dejen de suministrar electricidad. Es un modelo que tuvo su razón de ser en el pasado, cuando el país y la CDE no eran sujeto de crédito en el sector eléctrico de parte de las multilaterales. Ahora bien, en las negociaciones que están por realizarse, sugiero que redefinan el concepto de “cuando dejen de suministrar electricidad.” Una cosa es que el Centro de Control de Energía decida que esas unidades no tienen suficiente mérito para ser despachadas y otra cosa es que, por defectos de diseño o por falta de un mantenimiento riguroso, esas unidades salgan de servicio sin aviso previo.
Cuando unidades como la de Smith-Enron está (o una futura central a carbón esté) generando una alta proporción de la demanda del sistema y salen de servicio sin aviso previo, las consecuencias para los clientes a los que se les interrumpe el servicio son muy costosas. A nivel de país, esa interrupción resulta tan onerosa o más que dichos contratos, cuando el resultado es un apagón general o parcial cubre amplias zonas, sin que los responsables compensen a los clientes-consumidores que pagan por un servicio de mucha mejor confiabilidad.
La promulgación de la Ley General de Electricidad (LGE) ha creado otras avenidas que se deben explorar para reducir el impacto de esas situaciones, en adición a las posibles negociaciones. Se trata de considerar el nuevo paradigma para reintegrar todos los sistemas aislados de electricidad que existen en el país y aprovechar la economía de escala resultante.
De esa forma, el factor de utilización de esas centrales aumentaría, lo que las haría menos onerosas. Creo que la parte más importante de las negociaciones tendría que venir en cuanto al desempeño y las penalidades de esas centrales relativas a la confiabilidad, conforme al nuevo paradigma de la electricidad orientada al cliente. Ese paradigma puede aplicarse en gran proporción dentro de la actual LGE, pero haciendo importantes mejoras en su Reglamento, sin necesidad alguna para acudir al Congreso. Por eso, su .aplicación debería ser parte integral de la renegociación del Acuerdo de Madrid. Algo muy parecido sugerí el año pasado en el Comité de Reforma de la Cámara de Comercio y Producción de Santo Domingo.
En el caso particular de Cogentrix, se trata de una central bien diseñada para reducir el costo de desabastecimiento. Con unidades de 100 MW, esa central de ciclo combinado resultaría mucho mejor despachada si verdaderamente se operara al mínimo costo. Al contrario, la central de Andrés, a pesar de tener una eficiencia “despachable” con base a la normativa vigente, impone un riesgo costoso de desabastecimiento a corto plazo que puede afectar la calidad de servicio. No me cabe duda de que la operación de mínimo costo del sistema interconectado se haría con un nivel de reservas muy superior al que se realiza conforme a la normativa actual (esas reservas están aquí), si se incorpora el verdadero costo de desabastecimiento a corto plazo. Esa normativa asume erróneamente que el costo de desabastecimiento promedio a largo plazo es suficiente, pero simplemente se emplea para remunerar a los generadores, con base a un día pico anual y en horas muy restringidas. En la práctica, las condiciones extremas que generan desabastecimiento ocurren en cualquier día y a cualquier hora.
En el caso de Smith-Enron, de un tiempo para acá resolvieron el gran problema de confiabilidad que afectaba a esa central. Para lograr un servicio de calidad comercial, como nos lo sugirió Julio Negroni en su momento, harían falta estudios para decidir cual es la potencia eficiente a que se deben despachar esas unidades en distintos escenarios de carga cumpliendo la ley. Sugiero que eventualmente eso debería ser parte de la programación semanal. Diferente a como se hizo con la Central de Andrés, esta vez los estudios de estabilidad deben ser acompañados con estudios económicos que evidencien el costo que impone la operación de relevadores de baja frecuencia ante la salida aleatoria de las unidades.
Adicionalmente, la operación a mínimo costo del sistema interconectado no toma en cuenta el costo de desabastecimiento real variable que acontece hora a hora en el sistema interconectado. Eso sucede porque no se compensa a los consumidores como lo exige la LGE. Eso sucede también porque las reglas importadas de otras latitudes se implantaron parcialmente o porque esas reglas tienen graves distorsiones en las circunstancia dominicanas. Para empeorar las cosas, el regulador no ha entendido la importancia de esa señal y ha impuesto un costo de desabastecimiento totalmente arbitrario e ineficiente.
Finalmente, como se ha visto, todos estos conceptos aplican igualmente a un proyecto con centrales a carbón que ustedes están estudiando en sus etapas finales. Le he pedido a la Comisión Nacional de Energía que presente los estudios del Plan Indicativo de mínimo costo, que deben hacerse sin necesidad de recurrir a un debate. Asimismo, la Superintendencia debe publicar los estudios que le han presentado, dando las explicaciones de sus decisiones al respecto en cumplimiento con la LGE. Lo que sí podría ser sujeto de debate es hacer negociaciones y contratos al margen de la ley.
He sugerido también que esos estudios deben tomar en consideración los planes muy interesantes que tiene la Secretaría de Industria y Comercio, para que se tomen en cuenta no solo las alternativas correspondientes al lado de la oferta, sino también aquellas del lado de la demanda. Esas inversiones podrían ser menos costosas que la inversión en nuevas centrales, anulando o reduciendo significativamente el aumento de la demanda a nivel de contadores esperada que anunció la propia CNE. La demanda real y útil que hace que la economía crezca toma en cuenta las reducciones a causa de la Eficiencia Energética.
En adición, he estado insistiendo que los 10 puntos de la Agenda del Presidente, fueron el resultado de un Consenso Inválido y que es necesario hacer lo que he denominado La Tarea Pendiente. Descubrí un proceso para facilitar esa participación e implantar las bases para el desarrollo de un cluster emergente en electricidad. Ese cluster es el más importante de todos los cluster del país, porque la electricidad con calidad comercial le dará a la República Dominicana un nicho para atraer inversiones extranjeras de alto costo de desabastecimiento.
En resumen, hay grandes oportunidades para mitigar los errores cometidos en el pasado, que se reflejan en nocivos efectos secundarios, si en vez de seguir aferrados a un modelo de la industria verticalmente integrada (cuyos vestigios persisten en el modelo vigente), se aprovechan los hallazgos que he realizado en los últimos 10 años para resolver las dificultades de la industria eléctrica aquí y en el extranjero, donde se opere con apagones. Espero que recuerdes lo que sucedió cuando el experto sugerido por el Banco Mundial, el Sr. Campero, que hizo una expansión deterministica, cuando los modelos vigentes en ese entonces ya eran probabilísticos. Ahora los modelos deben tomar en cuenta también el lado de la demanda y la existencia de la tecnología de la información que reducen grandemente los costos de transacción a largo plazo. Ese es el progreso que es parte de una clara visión del futuro.
Reiterándote mi disposición a colaborar con el gobierno con base al contrato financiado por el Banco Mundial o cualquier fuente segura de ingresos.
Con muchas estima,
Profesor [1] José Antonio Vanderhorst Silverio, PhD
Ex-Director de Planificación de la CDE
Consultor Interdependiente en Electricidad
Propulsor de la Electricidad Orientada al Cliente
Semilla Orgánica del GMH
[1] Radhamés me llama profesor, porque fue mi colaborador más cercano cuando estuve al frente de la Dirección de Planificación de la CDE. En esa ocasión hicimos el Plan de Expansión de la Generación, tomando en cuenta el costo de desabastecimiento.
Nota: Este extenso escrito (no tengo tiempo para hacerlo menos extenso), basado en el concepto de que yo no soy mi opinión (porque puedo aceptar humildemente que me demuestren que estoy equivocado), va dirigido también a lectores un tanto especializados. Va dirigido a los economistas e ingenieros, de los sectores público y privado, especialmente aquellos que tienen la misión de renegociar los contratos de la capitalización y principalmente los contratos IPPs. Estas sugerencias van dirigidas a reducir a corto plazo la gran destrucción de valor que resulta de la falta de comprensión del significado del costo de desabastecimiento aquí y en el extranjero. Lo del extranjero es entendible, cuando no ocurren tantos apagones como aquí, su significado no es tan evidente.
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