El sector eléctrico dominicano está en un proceso de colapso, bajo cuidados intensivos, con una máquina de respiración artificial de más de 500 millones de dólares anuales. Los signos vitales (pérdidas, subsidios, crédito a los generadores, riesgo de apagones generales) están totalmente fuera de los límites normales. Se trata del riesgo sistémico crónico. Los que invirtieron en el sector no se percataron de que el sector estaba caminando con las muletas de un mercado vigoroso de soluciones individuales de autoabastecimiento. No se percataron de que el contexto dominicano no cabían trasplantes de otros sistemas como el chileno, que sufre cuando recibe un choque externo. De lo que se trata todo esto es que el mundo está cambiando hacia posibilidades de servicio eléctrico mucho más eficientes que las anteriores, creando oportunidades para el nacimiento de un sector joven y la muerte del anterior. Las oportunidades de desarrollar nuevos modelos de negocios nunca fueron mayores.
lunes, octubre 31, 2005
Dialoguemos: Diágnostico de un Sector Moribundo
El sector eléctrico dominicano ha estado fluctuando entre dos corrientes que denomino Escenarios Modelos Mentales CDE(EE) y Capitalización. En 1995 inicié investigaciones en una tercera corriente que hoy denomino Escenario Modelo Mental Orientación al Cliente. Esta tercera alternativa descanza en aprovechar el progreso tecnológico para transformar el sector eléctrico en uno común y corriente, eliminando el control de precios, sustituyendo dos intermediarios - el distribuidor y la superintendencia - por un detallista que compite con otros detallistas para servir a los clientes-consumidores.
La industria tradicional supone que se opera con suficientes (pero que hoy resultan muy costosas) reservas para que los clientes no reciban apagones. La práctica dominicana no ha seguido esas prácticas y al discriminar la distribución de los apagones, viola la ley, y genera un descontento en los que son más discriminados. Evidentemente, el costo de la electricidad para los que pagan es la suma de la factura más los costos que inducen los apagones. A mayores apagones mayores costos para los que pagan. Se trata de un racionamiento totalmente irracional.
Un racionamiento racional debe reconocer que los consumidores tienen percerciones distintas de los costos de los apagones. Ese racionamiento debe reconocer también que en el mercado mayorista la electricidad varía según las horas del día. La combinación de esos dos reconocimientos es la base para el desarrollo de un mercado en que la economía como un todo racione a nivel individual a los clientes-consumidores y no por medio de circuitos. Por ejemplo, una familia de escasos recursos, pero con recursos al fin, tiene varios hijos en escuela nocturna que están asociadas a la electricidad en la casa, las calles y la escuela. En las noches quisiera que las luces de la calle y de la escuela estén encendidas, aunque quizás pueda darse el lujo de quedarse con un servicio esencial a esas mismas horas. La tecnología para hacer eso está disponible en el mercado. Lo que falta es desarrollar nuevos modelos de negocios. La reestructuración del mercado vía la tercera alternativa no solo sirve para ayudar a resolver el problema, sino para crear oportunidades de exportación en el futuro.
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