Ante la expresión de Federico Martínez "EN RD NO HAY, NI HA HABIDO NUNCA APAGONES DEBIDO A UN SSRM, lo contrario es cierto, como no ha habido NINGUNA GERENCIA DE RIESGO de la oferta tenemos apagones," le digo que está equivocado. En la normativa del sector eléctrico, los pagos por demanda son realizados con base a un SSRM. Durante algunos meses se operó bastante cercano a esos lineamientos, que no obstante son muy tímidos y solamente se emplean para pagarle a los generadores y no para reducir realmente el costo de desabastecimiento, porque todavía no se compensan los apagones. Yo personalmente elaboré un Plan de Expansión a finales de los años 80 empleando simulaciones de mínimo costo, con base al modelo probabilísitco del WASPIII.
La acepción "Supply Side Risk Management" para explicar lo que refiero a continuación la he descubierto (seguro que no soy el primero) en este año para expresar el proceso llevado a cabo en esas simulaciones. Por eso no aparece esa expresión en el texto que extraigo de lo que expresé en 1996, en La Necesidad de una Política Integral Electricidad para la República Dominicana, pero que corresponde a la misma idea subyacente.
A través del tiempo la CDE contrató consultorías para desarrollar planes de expansión, que analizaron y articularon las estrategias a seguir. En la práctica, sin embargo, por exagerada influencia política, a expensas de la profesional, las estrategias explícitas resultaron generalmente intuitivas y defectuosas. A continuación se destilan a posteriori algunas de las políticas seguidas, o bajo discusión, por la industria eléctrica dominicana, que inciden gravemente en la problemática, acompañadas de ciertos conceptos técnicos y gerenciales que deseamos enfatizar.
Política de operación para satisfacer la máxima demanda hasta sin disponer de reservas. Esta política ha sido muy dañina. A primera vista el concepto luce inofensivo y fundamentado en sólidos principios económicos. Sin embargo, llevada al extremo, como ha sido el caso generalmente, ha creado una situación antieconómica para el país. No me refiero sólo al conocido problema del mantenimiento, ya que algunos administradores han hecho algunos esfuerzos dentro de las limitaciones; me refiero principalmente a la estabilidad del suministro.
Estabilidad del suministro. El desarrollo económico está estrechamente ligado al desarrollo de la industria eléctrica de potencia. Un servicio eléctrico confiable, económico y de calidad es un prerrequisito de toda actividad empresarial. Se ha reconocido que el esfuerzo por ofrecer un servicio al más bajo costo ha creado en nuestra economía niveles inaceptables de confiabilidad en el mismo. Al supeditar la confiabilidad a una mal concebida economía de los sistemas eléctricos se ha cometido un error de grandes proporciones.
El error en esencia es instalar plantas relativamente grandes y en adición operar el sistema eléctrico de la CDE en sus límites, es decir, sin suficientes reservas. Es ese error el que hace a dicho sistema vulnerable a frecuentes interrupciones no programadas, que a su vez hacen elevar el costo efectivo de la energía a niveles inaceptables para los productores de bienes y servicios, y para la sociedad en general. 2 Inmersa dentro de esa política está la decisión de no invertir en reservas, por una falsa apreciación de que son costosas. Como una salida a esta situación, emergió a finales de los años 70, otra política todavía más dañina.
Política coyuntural de plantas de emergencia . Primero se permitió la importación libre de impuestos, para permitir que cada quien que pudiera resolviera su problema instalando sus propias plantas; luego a pesar de los impuestos se siguen importando. Esta ha sido una política que ha sobrevivido hasta este momento, por lo que ha resultado muy costosa, dados los bajos niveles de eficiencia generalmente asociados a la pequeña economía de escala de esas plantas. Sin embargo, esta política ha reestructurado el costo de desabastecimiento en dos componentes: uno programado de costo elevado, pero razonable, como servicio de emergencia; y otro de costo muy elevado por su carácter sorpresivo y que es estimado en los planes de expansión de la generación cercano a 10 o 15 veces el costo normal de la electricidad. Cualquier solución a corto plazo debe tomar esto muy en cuenta.
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(2) El precio efectivo de la energía bajo condiciones de desabastecimiento es igual al promedio ponderado del precio del servicio recibido y el costo de la energía no servida por el consumidor. Para reducir el impacto negativo es necesario invertir en fuentes de autogeneración. En el caso extremo, algunos consumidores importantes se han desconectado de la red pública, reduciendo las economías de escala del sector.
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