jueves, mayo 19, 2005

Pregunta de un eMailvidente

Hace unos días dije que relativo a la forma en que se está operando el sistema eléctrico nacional interconectado: "eliminar toda la destruccion de valor que nadie recibe." El amigo eMailviente preguntó ¿cómo es que que en eso se centra el progreso de R. D. segun escribio Vnderhorst? Por favor Jose explicamelo.

Ciertamente, puede ser una generalización cuestionable. Es una generalización de "lo barato, sale caro" en el sector de electricidad y en cualquier sistema. Los sistemas agregan valor a los componentes, por el valor que agregan las relaciones entre los componentes. Un "sistema" ineficiente destruye valor: en realidad hay gente que dice que en estos caso no hay un sistema. Mi presentación en Atlanta que circulé hace unos días expande este concepto. La base está en que un precio barato de electricidad resulta en un costo muy caro para los consumidores cuando se le agregan los sostos de la mitigación de los apagones.

Espero que el eMailvidente esté satisfecho con la respuesta.

Pregunta de un Webvidente

Pregunta: Jose Antonio, ese esquema que planteas funciona a la perfeccion, lo importante seria determinara como se van a seleccionar los futuros vendedores de la energia que generan los productores y transmite y distribuye ese ente nuevo cuya sola funcion seria esa (transmitir y distribuir)

Respuesta: Hay varios países que tienen competencia en comercialización al detalle totalmente libre, pero siguiendo ciertas normas prudenciales, como, por ejemplo, las compañías de seguros. Inglaterra, parte de Australia y otros más. La Unión Europea a partir del 2008 creo será toda así. Ya España es así. La distribución y la transmisión pueden estar separadas. Yo sugería en uno de ms escritos que dividieramos la transmisión en tres y la asignarámos a cada una de las Edes. Las razónes están en ese escrito.


Nota: algunas preguntas que no requieran detalles competitivos serán respondidas por esta vía.

Las preguntas pueden ser hechas directamente en el website o pueden ser hechas a javs@ieee.org

Contra la Cualquierización de la Solución a la Crisis Eléctrica

José Antonio Vanderhorst Silverio, PhD

Los dos escritos anteriores son evidencias de que en el proceso de consulta para establecer el plan de acción del sector eléctrico faltó que los consumidores estuviesen bien representados en las decisiones que se tomaron. Hasta donde tengo entendido, ninguno de mis planteamentos fue tomado en serio. Las distribuidoras siguen en quiebra y se necesita una solución que sea lo suficientemente robusta para transformar el sector eléctrico y dirigirlo hacia una visión de un país sin apagones. No hay más tiempo que perder. Organicemos un grupo de involucrados luego de decidir que estudios se requieren para cumplir con la Ley y luego de los resultados tomemos las decisiones. Aprovechemos las oportunidades para hacerlo bien esta vez. No dejemos cualquierizar este problema.

Electricidad al Detalle: Objetivo Esencial para Satisfacer las Necesidades de los Consumidores (Versión 2)

“En períodos de cambios profundos, la cosa más peligrosa es avanzar hacia el futuro poco a poco”: esta es una de las citas más famosas de Edison

© José Antonio Vanderhorst Silverio, PhD

La quiebra de las EDES es una magnífica oportunidad para desarrollar un mercado eléctrico vibrante, completamente funcional, en la República Dominicana, en que los clientes tengan completa oportunidad de elección. Cuando advertí, hace varios años, que las distribuidoras desarrollarían intereses creados en comercialización, que impedirían el desarrollo de un sector eléctrico competitivo, nunca pensé que a tan corto plazo tendríamos los dominicanos una segunda oportunidad para reorientar el rumbo del sector y tomar la delantera a todos los países de las Américas.

La oportunidad está en el desarrollo de tecnología, “know-how”, productos, pericias y vivencias, alrededor de detallistas de electricidad que no compiten con distribuidoras, para alcanzar una visión de un sector eléctrico suficientemente competitivo, que luego se exporte a otras latitudes. Como se desprende de lo que sigue, bajo ninguna circunstancia se debería permitir que afiliadas de las distribuidoras tampoco sean comercializadoras.

El “Informe sobre los Obstáculos Existentes para el Acceso de Consumidores Cualificados a los Mercados Liberalizados de Electricidad y Gas Natural”, preparado el pasado mes de junio (2004), por la Comisión Nacional de Energía de España (enlace), destaca la vocación contraria a la reforma del sector eléctrico. Infiero que los reclamos hacia la re-integración vertical de las distribuidoras que también son comercializadoras (o a las que se les permite que empresas vinculadas lo sean) para impedir la competencia, provienen de una mala interpretación de los reclamos de Wall Street a las empresas eléctricas. Si las distribuidoras no son comercializadoras, prácticamente todos los problemas presentados en ese informe desaparecen.

En las investigaciones originales que sigo realizando puedo cada vez articular mejor las inferencias que he venido haciendo desde 1996. Como verán, sostengo que deben ser los clientes (hoy regulados) quienes negocien con un intermediario (el detallista), porque ningún regulador, sin estrecha colaboración con cada cliente, está en capacidad de representarlo adecuadamente en una negociación.

La razón principal es que el propósito de la infraestructura eléctrica no es minimizar el costo de abastecimiento a los consumidores, asegurando que las empresas eléctricas recuperen sus inversiones, como se ha creído desde hace mucho tiempo. El propósito debe ser minimizar los costos que tienen los consumidores con dicha infraestructura, asegurando igualmente que las empresas eléctricas recuperen sus inversiones. La diferencia estriba en que los consumidores tienen dos costos: el costo de abastecimiento y el costo de desabastecimiento.

El costo de desabastecimiento de los consumidores es el elemento diferenciador con que un detallista de electricidad debe trabajar y que ni un regulador (intermediario que negocia solamente los precios de abastecimiento por el consumidor), ni un distribuidor / comercializador (intermediario que no quiere competencia, sino mantener su monopolio) están en capacidad de satisfacer, porque simplemente desconocen las necesidades de los consumidores. El costo de desabastecimiento varía grandemente de un consumidor a otro, ya que es percibido por los propios clientes en función de la frecuencia, duración, momento y tiempo de aviso de las interrupciones, así como de su propensión al riesgo.

Además, y mucho más importante, los detallistas tienen incentivos muy importantes para que los consumidores desarrollen opciones de eficiencia energética, lo cual sería muy importante para reducir el impacto de la factura petrolera en la economía dominicana, dado que el detallista que ayuda al cliente a reducir su costo de electricidad, (abastecimiento más desabastecimiento) asegura que su cliente esté en mejor posición para pagarle. Contrario a ello, el distribuidor que es también comercializador tiene un incentivo perverso, porque mientras más vende, más gana, con su valor agregado de distribución legalmente garantizado.

Un asunto que resulta evidente de una relación entre un cliente y un detallista es el derecho de propiedad que tiene el cliente si el detallista no ofrece un abastecimiento con un costo de abastecimiento / desabastecimiento pactado. Ese es un problema fundamental que los detallistas deben resolver. La industria eléctrica sostiene que no está en capacidad por ahora de compensar los costos de desabastecimiento promedio legalmente establecidos. Algunos argumentan que hay que esperar a que los clientes reciban electricidad continua, antes de que se les pueda exigir el pago, creo que de lo que se trata, a nivel más amplio, es la constante violación de los derechos de los clientes consumidores, sin mediar compensación.

El detallista de electricidad deberá desarrollar, en adición a las funciones propias de electricidad, las de finanzas, seguros, mercadeo, negociación de contratos, que se prestan a ser desarrolladas con la cooperación de empresas nacionales y extranjeras. La Comisión Nacional de Energía (dominicana) tendría que diseñar las normas prudenciales que deben cumplir los detallistas, bajo la supervisión de la Superintendencia de Electricidad, para garantizar que los derechos de los demás agentes del sector eléctrico y los de los consumidores sean respetados. Inicialmente, una pequeña parte de los recursos provenientes de los fondos de pensión dominicanos se podrían dedicar a capital de riesgo para financiar el cambio de paradigma que se plantea con esta visión.

La República Dominicana tiene grandes ventajas para transformar su industria eléctrica de una con monopolios de comercialización, a una industria completamente liberalizada, donde los consumidores puedan en un futuro hasta responder a precios de electricidad que varían según las horas del día. El resultado será un sector más eficiente, más integrado y con una participación interdependiente de los inversionistas nacionales con los extranjeros, que facilite la competencia y reduzca la carga del regulador. En períodos de cambios profundos, como el que requiere la liberación de los mercados eléctricos, un cambio de paradigma hacia un sector orientado al cliente, de uno que no lo esté, puede ser la real oportunidad para satisfacer las necesidades de los clientes más exigentes.

Julio 27, 2004

Aporte a la Reforma a Mediano Plazo de la Industria Eléctrica Dominicana: Valorización de la electricidad confiable vía costos de desabastecimiento.

(Sometido originalmente para comentarios que no llegaron. Es todavía válido y oportuno para iniciar la transición a un nuevo modelo suficientemente robusto, especialmente con administración de la demanda)

© José Antonio Vanderhorst Silverio, PhD
Taller CNE 29 y 30 de abril, 2004 (fecha original)

En adición al Costo de Desabastecimiento del Sistema Interconectado, que sirve y debe seguir sirviendo para fijar el precio del mercado spot, se sugiere definir costos de desabastecimiento de corto y largo plazos para cada uno de los circuitos de las distribuidoras: uno a largo plazo para interrupciones programadas, en que los consumidores pueden invertir y han invertido para reducirlos, y otro de corto plazo que es relativamente más elevado para interrupciones intespectivas. Para distintos circuitos pueden haber diferencias muy marcadas entre los respectivos costos, en función de la destrucción de valor a que son sometidos.

El Costo de Desabastecimiento del Sistema Interconectado es el más elevado de todos, porque supone que las unidades generadoras salen de sincronismo dando lugar a amplios apagones, con daños muy elevados para la economía como un todo. Por ello, ese costo es mucho mayor que la del promedio de los costos individuales de todos los circuitos que salen de manera individual en condiciones instespectivas. Se aduce que habría un efecto sinérgico negativo en un apagón general.

Adelanto, que este es un cambio de paradigma en la industria eléctrica que requiere ser estudiado con detenimiento (he avanzado mucho en ese estudio), pero dentro del plazo previsto para la reforma. El estudio ponderado por los consultores, los agentes del mercado, las autoridades y los demás actores políticos, económicos y sociales. He identificado ya implicaciones sobre: aumentar grandemente la confiabilidad del sistema interconectado, integrar a los consumidores en un solo mercado, aumentar la eficiencia del sector, incorporar la confiabilidad en el diseño de la tarifa técnica, sustituir el cargo por demanda, reducir grandemente la destrucción de valor en las PYMES, despachar todas las unidades generadoras del país por mérito económico, asegurar el precio menor de electricidad a los clientes no regulados, evitar inversiones en transmisión para los clientes no regulados, eliminar la confiabilidad como una barrera de entrada a nuevas inversiones, etc.

Estimo que vender confiabilidad puede ser la clave para eliminar la destrucción de valor que aqueja a los sistemas verticalmente integrados y a los sistemas re-regulados en sus etapas iniciales (como el nuestro) donde solo se cuenta con un único costo de desabastecimiento, allanando el camino a sistemas completamente desregulados, donde la oferta y la demanda de la energía y la confiabilidad ayuden a definir los precios.

Finalmente (por ahora), una campaña de educación es imprescindible para que los consumidores entiendan que los precios y las tarifas son solamente una parte del costo de la electricidad, que dicho costo es igual a la factura del suplidor de electricidad más el costo de desabastecimiento. Mientras más confiable el servicio más fácil se puede justificar unos precios más elevados, contribuyendo a subsanar el circulo vicioso de la insostenibilidad a que estamos sometidos. Las compensaciones a los consumidores son el vínculo que ayudará a cerrar un círculo virtuoso del menor costo de la electricidad a los consumidores.

El cáncer haitiano

José Báez Guerrero

El asesinato de una mujer dominicana cuyo esposo también fue picoteado a machetazos alegadamente por varios haitianos en una comunidad fronteriza del Noroeste, fue la mecha que inició hace unos días violentas manifestaciones anti-haitianas que culminaron con deportaciones de decenas de inmigrantes ilegales, ante el temor de las autoridades de que fueran agredidos por enardecidas turbas que buscaban hacer alguna clase de justicia por sus propias manos.
El incidente ha servido para revelar el precario equilibrio en muchas comunidades de la frontera con Haití, donde hay comunidades en que los dominicanos son minoría. La virtual disolución del estado haitiano, cuyo territorio está ocupado por fuerzas militares multinacionales, ha propiciado que el flujo constante de emigrantes ilegales hacia la República Dominicana aumente.
No puede juzgarse la presencia haitiana en Santo Domingo de manera ligera. Los aportes de obreros haitianos a la industria de la construcción, en algunas faenas agrícolas, y hasta en el servicio doméstico, no están eficazmente medidos, y me parece que muchos dominicanos se sorprenderían de la importancia de esas cifras.
Pero si se pasa balance a cuánto aportan y cuánto restan, la triste conclusión es que Haití es un pesado fardo que retrasa el desarrollo nacional y dificulta nuestro progreso. Una parte significativa de los recursos del Estado dedicados a salud pública es consumida por haitianos que utilizan los hospitales públicos sin haber aportado nada al erario. La miseria haitiana deprime los precios del mercado laboral dominicano, y si bien ello abarata la mano de obra, también condena a millones de dominicanos a una pobreza aparentemente eterna. La carencia de educación de la mayoría de los inmigrantes haitianos hace que sea más difícil mejorar las escuelas en las poblaciones donde sus niños se integran a las escuelas públicas.
Hay otros efectos deletéreos. La industria dominicana, acostumbrada a exportar hacia Haití, donde son inexistentes los controles de calidad, se acomoda así a producir artículos que difícilmente puedan competir globalmente.
Políticamente, las tensiones internas de Haití siempre encuentran en territorio dominicano un teatro en el cual desarrollar sus dramas, creando situaciones incómodas que obligan al Gobierno a dedicar su atención, recursos y tiempo que bien pudieran tener mejor destino.
Ninguno de estos problemas haitianos son de hechura dominicana. Antes al contrario, el país que más haitianos acoge es este, y en ningún otro lugar del mundo, si se analiza fríamente, se les recibe tan generosamente como aquí, donde muchos llegan a hacerse o creerse dominicanos, casándose y estableciendo sus familias en esta parte Este de la isla, siempre tan amada por los haitianos desde su independencia.
Pero resulta que si bien los pueblos haitiano y dominicano, pese a la justificada desconfianza entre sus gobiernos, siempre han encontrado la manera de entenderse, allende la isla muchos de los verdaderos responsables históricos del descalabro de Haití quisieran que todo el peso de su aparente inviabilidad sea asumido por los dominicanos.
Y ello es inaceptable e imposible. No sólo no queremos, sino que aun si quisiéramos, no pudiéramos.
Por eso es tan preocupante que en Europa se estén levantando voces que sugieren que las recientes repatriaciones son una suerte de “limpieza étnica”, una frase que recuerda el conflicto serbo-croata o la guerra civil entre hutus y tutsis en Ruanda.
Puede que la comunidad internacional no sepa cómo ni qué hacer con Haití, pero posponer la solución a sus problemas sólo los empeora. Propugnar por un reenfoque del drama haitiano debería convertirse en una prioridad de la diplomacia dominicana.

j.baez@verizon.net.do
Publicado primero por el Listín Diario

Tragedia de los (terrenos) Comunes

José Antonio Vanderhorst Silverio, PhD
Consultor In(ter)dependiente en Electricidad
Semilla Orgánica del GMH

José Báez describe algunos efectos sistémicos de la tragedia de los terrenos comunes que ocurre en la Hispaniola en un artículo titulado “el cáncer haitiano”, publicado hoy en el Listín Diario. Por ser tan controvertido, el artículo es ideal para iniciar un “dialogue” sobre el tema. Espero que José lo coloque en este sitio-web y recibamos las críticas de lugar. José concluye con la propuesta de “Propugnar por un reenfoque del drama haitiano debería convertirse en una prioridad de la diplomacia dominicana.” Estimo que un cambio en la política dominicana hacia el desarrollo humano, cambiará necesariamente la percepción que tenemos de nuestros vecinos y abrirá oportunidades de negocios para los isleños que estén en capacidad de innovar.

Privatización Electricidad es Mejor Solución

José Antonio Vanderhorst Silverio, PhD
Consultor In(ter)dependiente en Electricdad

Un titular de Diario Libre (página 5) expresa: “Julio Ortega ve solución eléctrica en privatización.” Sugerimos que esta vez se privatice solamente la distribución sin la comercialización en Edenorte y Edesur. Amplias razones aparecen en este sitio-web. El desarrollo de detallistas dominicanos y extranjeros en nuestro país está completamente acorde con el nuevo modelo económico de RD planteado por Julio Ortega, el cual aparece, en la noticia de Cándida Acosta, en el Listín Diario de esta fecha (página D1). En el nuevo modelo de privatización la cadena de suministro es generador (o mayorista), detallista y cliente-consumidor. Los monopolios de transmisión y de distribución ofrecerían el transporte de la mercancía eléctrica y cargarían un peaje por sus servicios.