Editorial del GMH en su aniversario del mes binario 10000
Dedicado humildemente a la Asociación de Industrias de Haina
La Ley General de Electricidad tiene como primer objetivo básico "Promover y garantizar la oportuna oferta de electricidad que requiera el desarrollo del país, en condiciones adecuadas de calidad, seguridad y continuidad, con el óptimo uso de recursos y la debida consideración de los aspectos ambientales." Se puede ver claramente que lo más importante del objetivo es el óptimo uso de los recursos y la debida consideración de los aspectos ambientales. Sin embargo, como la ley es un transplante de la ley chilena que se introdujo al país en 1992, tiempo en que los inversores eran solamente para la gente adinerada, los recursos del lado de la demanda no se contemplaron en la redacción de dicho objetivo.
Según Jairón Severino, en la Sección El Dinero del Listín Diario, del 15 de septiembre de 2006, en el reportaje "Crisis eléctrica multiplica las fábricas de inversores, " la Oficina Nacional de Estadísticas (ONE), en su encuesta “EnHogar 2005”, establece que 11.8% de las viviendas tiene un inversor en la zona urbana y 4.7%, rural. El autor estima que este recurso del lado de la demanda ofrece mucho más de 100 MW en inversores en el territorio nacional, pero que se encuentra totalmente descoordinado del sistema interconectado. Además, el lado de la demanda está haciendo un gran aporte a la economía, produciendo negocios y empleos.
La Ley General de Electricidad adolece de ese gran fallo que repercute en toda su redacción. Solamente los recursos de la oferta son considerados. Los recursos de la demanda ofrecen el mismo o un mejor servicio al cliente con menor consumo de electricidad y mayor valor agregado. El principal recurso de la demanda es la eficiencia energética, al que se opone el diseño del mercado y la estructura de la industria eléctrica, por lo que es contraria a la debida consideración de los aspectos ambientales. Es por eso que el GMH ha estado insistiendo, enfáticamente, que es necesario y urgente que se libere el mercado minorista de electricidad, introduciendo una nueva estructura de la industria y un nuevo diseño de mercado que permita al país hacer un uso óptimo de todos los recursos en los lados de la oferta y de la demanda, para poder completar el mercado.
Esta nueva filosofía del negocio de electricidad es lo que he llamado la electricidad sin control de precios, la cual nos llevará a transformar la República Dominicana en un país sin apagones arbitrarios. Basta ya de poner todos los huevos en una canasta rota como son los monopolios distribuidoras-comercializadoras que están totalmente quebradas, dando lugar a un barril sin fondo conectado al presupuesto de la nación.
Mientras más grandes son las crisis, mayores son las oportunidades subyacentes. Una estructura basada en la competencia en comercialización, bajo una regulación prudencial de mucha calidad y transparencia es una receta para aprovechar los fondos de pensión que tenemos en el país, diversificando y reduciendo grandemente el riesgo de quiebra de cada comercializador detallista. No se trata de una apuesta a la innovación. Se trata de un espacio de oportunidades de negocios inmensas en el mercado global, por la gran ventaja de la reducción del impacto ambiental que produce el lado de la demanda. Las oportunidades están ahí, pero hacer falta que las capitalicemos.
El Estado Dominicano está centrado en dos salidas en estos momentos: aumentar impuestos o reducir el gasto. Le sugiero una tercera salida mucho más honrosa: salirse del negocio de electricidad, desconectándolo del presupuesto nacional para evitar el gran contagio que le está pasando a la macroeconomía. Usemos los fondos presupuestarios para la educación y la salud. Usemos los fondos de pensión, bajo las estrictas reglas del sector financiero, para financiar un sector eléctrico con vocación a la era del conocimiento.
No tomen lo que digo a la ligera. Estudien todo el acervo acumulado en esta Bitácora Digital del GMH y convénzanse de que la crisis sistémica del sector eléctrico tiene solución, controlando el riesgo sistémico del sector eléctrico. Transformemos el sector eléctrico dominicano y convirtámoslo en el principal elemento de nuestra Marca-País. Es así como desarrollando los recursos de la demanda, desarrollaremos el país.
El GMH está cumpliendo con mucho orgullo su objetivo: "transformar la República Dominicana y Haití en países desarrollados durante este siglo. El énfasis puede estar en desarrollar los mercados de la base de la pirámide para insertar multinacionales de la Hispaniola en la economía global."
José Antonio Vanderhorst Silverio, PhD
Semilla Orgánica del GMH
Propulsor de la Electricidad Sin Control de Precios
© 2006. José Antonio Vanderhorst Silverio, PhD
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