domingo, junio 22, 2008

Editorial Listín Diario - Los combustibles

Editorial Listín Diario

Los combustibles

- 6/22/2008

El aumento de los precios del petróleo ha creado una trampa económica para naciones como la República Dominicana. Como bien apuntó el presidente Leonel Fernández, nuestra economía está aún a flote por la colaboración de Petrocaribe, la entidad prevista por el presidente venezolano Hugo Chávez cuando se avizoró que se producirían estas alzas incontenibles.

Hoy estamos ante la grave disyuntiva de tener que aumentar los precios de todo porque el petróleo es la sangre del sistema económico mundial y penetra hasta los más estrechos vasos del tejido social. Se vincula con el transporte, que ya eso afecta todo, pero también con los abonos, la electricidad, las industrias y el comercio. Sus golpes son efectivos, aun cuando sean únicamente laterales.

Los precios de los alimentos, en primer orden, y del transporte, en lo inmediato, están reflejándose en la economía de las mayorías. Se puede afirmar, sin lugar a ninguna duda, que autoridades y empresarios del transporte están conscientes de que los aumentos son despreciados y producirán rechazo en la población de la cual ellos mismos forman parte. Pero, ¿son evitables?

La respuesta es que mientras el petróleo esté a los precios en que se encuentra y se mantengan los niveles de impuestos actuales es imposible una reducción en los precios de los combustibles.

Es imprescindible que las autoridades traten de encontrar fórmulas intermedias, negociadas, para reducir el impacto que estos aumentos tendrán en la economía en general. Los pobres son mayoría y, aunque sus ingresos individuales son los más bajos en la sociedad, en masa representan el gran consumo. Si sus ingresos se afectan reducirán el consumo y entonces se afectará el ingreso de los que están en la cúspide social. Todos saben que, a menos que se corte, ese ciclo se repetirá y ahí comenzará una situación insostenible.

Se necesita ahora que prevalezca la sensatez y el diálogo. De ninguna de las partes debe haber soluciones impetuosas. La represión brutal nada resuelve.


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