Estimadas y estimados dirigentes,
La oferta que el Plan Dominicano de Desarrollo Sistémico (PDDS), en vías de ser constituido, le ofrece a ustedes es la de servirles como tanque de pensamiento sistémico para la transformación de la República Dominicana. Desde el punto de vista sistémico, esta oferta necesita estar enclavada en la Estrategia Nacional de Desarrollo (END) para poder surtir sus mayores efectos en el sector eléctrico. En ese sentido, sugerimos que dicho en dicha coalición se acuerde y consigne contratar el PDDS para los estudios y asesoría que se juzguen necesarios. Esta intención se concretaría por medio de un Memorando de Entendimiento.
Esta coalición concentrará su atención en el objetivo visionario del PDDS que es el siguiente:
La creación de nuevas realidades para el desarrollo de la República Dominicana
La Estrategia Nacional de Desarrollo (END) centrada en la transformación de los sectores educativo, energía y agua, y salud, como parte del nuevo orden social, cultural, político y económico que:
emerge alrededor de cada medio siglo, por lo que supera con creces las contiendas electorales de cada cuatro años.
corresponde a la Revolución de los Sistemas que se impulsa con la nueva moneda de alto valor que son los sistemas de las tecnologías de información y las comunicaciones y que sustituye al viejo orden con la destrucción creativa de la Revolución de la Producción en Masa cuya moneda de bajo costo era el petróleo.
Resulta que el problema del sector eléctrico es muy cambiante y no solo se nutre de los nuevos adelantos tecnológicos y del cambio de las prioridades de la gente, sino que principalmente ocurre en un momento histórico sin igual en que la Revolución de la Producción en Masa se desvanece para ser reemplazada por la Revolución de los Sistemas. Este es un cambio mayor que pasa de lo que fue el petróleo como insumo de bajo costo a las tecnologías de la información y las telecomunicaciones como producto para la creación de alto valor. Un ejemplo convincente del cambio transformador que está sucediendo en el país se puede ver en que las telecomunicaciones son ya el principal motor de nuestra economía. No obstante, el problema de las restricciones de corto plazo impuestas como parte del acuerdo con el FMI es que suponen grosso modo que el problema eléctrico sigue siendo pensado como parte de la Producción en Masa, que se sustenta con el modelo chileno, y por eso recurren por segunda vez a gerentes expertos que ya resolvieron ese viejo problema de gerencia, cuando lo que realmente se necesita es un fuerte liderazgo para transformar el sector.
El contexto trivial de dicho pacto puede verse muy bien en el editorial del periódico Hoy, del 13 de septiembre de 2010, Crisis eléctrica y ejercicio de prueba y error, que resume el calvario que hemos padecido, según dicen, en los últimos 44 años. Pero, la principal razón no trivial del pacto y porqué no se resuelve la crisis es eminentemente cultural y reside en el pensamiento mecánico que se adueñado de la sociedad y parece ser que también de los organismos multilaterales. Para salir de la crisis en el referido pacto se necesita estar dispuesto a una transformación cultural para poder responder satisfactoriamente la pregunta ¿Se Deberá Nuestro Bajo Desarrollo a la Tiranía de las (Des)Organizaciones Antisistémicas que Disponemos? (ver el mensaje más abajo) A continuación, empleando hallazgos recientes daremos algunos apuntes adicionales a los que hemos enviado anteriormente sobre como terminar de una vez por todas dicho calvario y llevar el sector a los primeros lugares del Foro Económico Mundial.
El caso del emprendedurismo, que ANJE ha estado promoviendo, el mes pasado cobró relevancia con el estudio Who Creates Jobs? Small vs. Large vs. Young realizado por John C. Haltiwanger, Ron S. Jarmin, and Javier Miranda, que refina la creencia generalizada de que las PYMES generan más empleos que las empresas grandes. El estudio divide las PYMES en nuevas y viejas, siendo los emprendedurismos nuevos los que realmente generan la gran mayoría de los empleos. Mi interpretación del estudio, a la luz del proceso de grandes cambios arriba mencionado, es que es evidente que los nuevos negocios sean los que generen la mayoría de los empleos. Esta reinterpretación sistémica del estudio cobra mucha vigencia para la Estrategia Nacional de Desarrollo (END) a la luz del Informe del Foro Económico Mundial (FEM). En dos párrafos de su columna GV.-Global y variable, en Diario Libre, del 13 de septiembre, de 2010, Gustavo Volmar usa el informe del FEM para tratar el asunto Compitiendo con Centroamérica, diciendo:
Costa Rica, que ocupa el lugar 56, nos aventaja en diez de los doce criterios de evaluación. Sólo en tamaño del mercado y entorno macroeconómico la superamos. Especialmente abismal es la diferencia en salud y educación primaria (22 ellos y 107 nosotros), innovación (35 y 118), educación superior y entrenamiento (43 y 99), eficiencia del mercado de productos (48 y 109) y en las instituciones (51 y 117)
La RD tuvo la "distinción" de recibir la peor calificación del mundo (lugar 139) en cuanto a favoritismo en las decisiones de funcionarios gubernamentales, la segunda peor (138) respecto del desperdicio de gastos públicos, y la tercera peor (137) en la calidad de la educación primaria.
Una excelente respuesta a la pregunta ¿Se Deberá Nuestro Bajo Desarrollo a la Tiranía de las (Des)Organizaciones Antisistémicas que Disponemos? que plantea la necesidad de redefinir la END con el PDDS se sintetiza en los aspectos culturales con “La RD tuvo la ‘distinción’ de recibir la peor calificación del mundo (lugar 139) en cuanto a favoritismo en las decisiones de funcionarios gubernamentales, la segunda peor (138) respecto del desperdicio de gastos públicos.” Debe quedar muy clara la reorientación que necesitamos en la END para impulsar la innovación en la Revolución de los Sistemas con una estrategia de emprendedurismo concentrada en salud, educación y electricidad.
Es importante destacar que el problema de la electricidad no ha devenido en un problema esencialmente institucional que surgió luego de la capitalización. Es totalmente a la inversa, el grave problema institucional, como parte de la razón cultural, fue el que precisamente llevó a una reforma antisistémica del sector, que induce al mayor desperdicio de gastos públicos y que impide a nombre de la institucionalidad que se reestructure el sector para abrirlo a la innovación. Es así como encaja el eMail enviado “La Respuesta al Desempeño Antisistémico de las Edes y la Amenaza de la Profundización de la Crisis Económica Global,” que sigue a continuación.
2 comentarios:
José Antonio, a medida que transcurre el tiempo en nuestro país, nos damos cuenta que tenemos la habilidad de imposibilitar la solución de problemas elementales, tenemos los mejores politólogos, analistas y hasta fungimos de intermediarios en soluciones de conflictos entre países mas institucionalizados que el nuestro, como es esto posible?
Por 44 años hemos mantenido un sector eléctrico deficiente, sin embargo suscribimos un tratado de libre comercio con naciones donde estos problemas no existen, lo cual inmediatamente crea una desventaja a los nuestros, lo que lamento es que el mismo tratado no impusiera que para entrar había que tener estos problemas resuelto, creo que aquí hay que decir “Nos bañamos, nos cabíamos el traje, pero mantenemos puesta la misma ropa interior” es la expresión que se me ocurre para poder explicar nuestro aparente modernismo con tanta deficiencia en los servicios básicos y elementales.
Hola Miguel,
Muchas gracias por el interesante comentario y especialmente por la analogía. Te cuento que yo participé intensamente en las negocaciones con CARICOM y Centroamérica y menos intensamente en las del DR-CAFTA y los EPAs con la Unión Europea.
Ese conocimiento íntimo de en lo que nos metimos con esos acuerdos ha sido uno de los motivos claves por los que he desarrollado el gran esfuerzo que he hecho desde entonces por ayudar al país a transformarse.
Saludos,
José Antonio
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