Las autoridades solicitaron una tregua de tres meses para resolver definitivamente el problema energético del país. El superintendente de electricidad dijo que octubre, noviembre y diciembre fueron declarados los meses de la luz.
En tanto el Gobierno hizo ayer un llamado a la unidad de todos los sectores que intervienen en el negocio energético para solucionar la crisis eléctrica al tiempo que aseguró que ha llegado ‘‘el inicio del fin de los apagones’’.
El superintendente de electricidad, ... reveló además que la deuda con los demás agentes del sector asciende a US$294 millones de los que este fin de semana el Gobierno abonó US$50 millones. Precisó que a las distribuidoras se les adeuda US$76 millones; US$180 a los Productores Privados Independientes (PPI), y US$30.6 millones a las empresas capitalizadas Itabo y Haina.
El funcionario explicó que el 67 por ciento del pago realizado el pasado fin de semana correspondieron a la Smith & Enron y Dominican Power, lo que permitió la entrada en funcionamiento de las plantas operadas por estas empresas que en total suman uno 370 megavatios.
En los últimos meses, los apagones se han incrementado a nivel general, tanto en las zonas privilegiadas como en los barrios populares. Esa situación mantiene en incertidumbre a la población, la cual reclama a diario una solución al problema.
Parece que el plazo que las autoridades se han dado para iniciar la solución de los apagones es optimista. Con pérdidas que superan el 30% y sin diferenciación de los precios, encender el país en los tres últimos meses del año resultará en un alto costo de abastecimiento. No obstante, se reducirá significativamente el costo de desabastecimiento, pudiendo resultar en un menor costo total para la economía, que seguir con el esquema del 75% promedio de interrupciones (sistema este que definitivamente no funciona como se ha insistido en el GMH). Hace falta que se compare el efecto secundario en la productividad del país que puede producir gente menos agresiva en las calles, gente que pueda dormir bien en las noches, las menores pérdidas en los productos refrigerados, la menor incidencia en enfermedades respiratorias, etc., etc., etc.
Ahora bien, lo anteriormente expresado está basado en el modelo de una industria eléctrica en la que el consumidor no participa, ni tiene posibilidad de elección. Por eso, para ser consistente, y verdaderamente aplicar la Ley General de Electricidad, harán falta dos cosas para la solución de los apagones: 1) que se compensen los apagones y 2) que se desmonten con la mayor brevedad los clientes regulados a 200 kW de potencia. Sin esas dos medidas, y con pérdidas del 30%, adelanto que será insostenible financieramente mantener prendido el país hasta las elecciones del año que viene. Con esas dos cosas adelantamos que si se aproximará la solución a la crisis de los apagones, al aparecer la realimentación (feedback) requerida al sistema.
La solución anterior, sin embargo, es como una anestesia al enfermo. La medicina que necesita es la liberación completa del mercado eléctrico, con la participación activa de los clientes. El Electric Power Reasearch Institite (EPRI) así lo reconoció en agosto del 2003. Las sugerencias del GMH son completamente afines con la visión del EPRI. Dado que el posicionamiento de la industria eléctrica en la mente de los consumidores dominicanos es tan mala, la inversión en mercadeo para hacer un "turn around" hacia un mercado totalmente libre sería mucho menor que en otros lugares donde el servicio eléctrico funciona mucho mejor.
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