miércoles, noviembre 09, 2005

Mantenimiento de la Separación Vertical y Horizontal del Sector.


Tomado de la "Propuesta de Reforma del Sector Eléctrico Dominicano," preparado por la CNE en 2004

Asegurar en el tiempo la necesaria segmentación del sector eléctrico, restringiendo la integración vertical.

La estructura vertical del sector eléctrico debe estar en función del tamaño del sistema. En un sector cuyo nivel de demanda es bajo con respecto a los niveles eficientes de producción y distribución de energía eléctrica, la separación vertical del sector no puede aportar los beneficios de la competencia en los segmentos competitivos, como la generación. El sector eléctrico dominicano, sin embargo, posee una demanda y una capacidad instalada de generación que sin duda superan los niveles necesarios para la competencia, que actualmente se sitúan por debajo de los 500 MW.

También se objeta a la separación vertical con el argumento de que incrementa el costo final para el usuario por la exigencia de retribuir al inversionista en cada segmento de la cadena productiva. Es fundamental señalar que este argumento es generalmente incorrecto porque si no se retribuye adecuadamente al capital, ya sea privado o publico, ya sea integrado o separado, en cada segmento de la cadena, no se puede atraer al capital privado.

El sector público puede aportar recursos por decisión administrativa, pero esos recursos tienen un costo social de oportunidad, ya que quizás podrían ser mejor utilizados para otros tipos de gastos públicos. Además, la propiedad publica puede dificultar el desarrollo de las fuerzas del mercado, con un estimulo a la deficiencia, en los segmentos competitivos de la cadena del sector.

La experiencia internacional también avala el modelo de separación vertical. Las reformas exitosas del sector eléctrico en América Latina, como la de Chile, Perú, Bolivia, y un número creciente de países centroamericanos, han incluido la separación vertical. Así ha sido también en el Reino Unido, en Europa Continental, y en Estados Norteamericanos como Massachussets.

Por ultimo, cabe añadir que la reintegración vertical del sector eléctrico difícilmente resolvería la crisis actual.

Los problemas del sector se centran en las dificultades para conseguir su equilibrio financiero, debido a la desconexión entre cobranzas y costos, como resultado de la devaluación de la moneda nacional, bajos índices de cobranza, altas perdidas técnicas, alto costo de la generación de energía eléctrica, y el bajo nivel del monto de la inversion corriente de las empresas capitalizadas. La reintegración vertical no ofrece soluciones a estos problemas. Por ejemplo, el costo principal del suministro de electricidad en el país es, sin duda alguna, el del combustible, que debe ser importado en su totalidad y que cubre la inmensa parte de las necesidades, dado el aporte de la generación hidroeléctrica y las fuentes renovables. El costo del combustible es insoslayable, puesto hay que pagarlo a los productores internacionales de petróleo, que están fuera de control del gobierno dominicano y de los empresarios privados.

Conviene citar como ejemplo que actualmente en la Republica Dominicana existe integración vertical entre la empresa distribuidora EDEESTE y su propietaria AES. AES es la principal empresa generadora privada del país, propietaria de la planta de gas natural AES Andrés de 304 MW y de las plantas Los Minas V y Los Minas V1 que suman 200 MW a los cuales se suman el equivalente a su 25% de las acciones de EGE Itabo. EDESTE le compra a empresas de su propiedad el 80% de la electricidad que sirve a sus clientes y sin embargo es hoy la distribuidora más endeudada del país y su índice de cobro es similar a los de EDENORTE y EDESUR. Las dificultades de cobro de EDEESTE, son tales que su casa matriz, AES Corporation, la ha puesto en venta. Ese es un muy claro ejemplo de que la integración vertical entre generadora y distribuidora como empresas de un mismo holding o propietario no resuelve el complejo problema en la Republica Dominicana.

Algunos analistas han citado como ejemplo exitoso, de integración vertical, el desempeño de la empresa (sistema aislado) de Punta Cana Macao, la cual exhibe un índice de cobro de cercano al 99%. Este es un inadecuado ejemplo de integración vertical. La empresa Punta Cana Macao produce y distribuye electricidad, pero el 90% de la energía que sirve se la vende a hoteles y grandes negocios asociados a la actividad turísticas de esa zona, el restante 10 % la vende a residencias que nunca antes habían tenido energía eléctrica y por tanto aprendieron con Punta Cana Macao la relación de consumo y pago de ese servicio público. Esa es una realidad muy distante de la que tiene que enfrentar, por ejemplo EDEESTE, que cuenta entre sus clientes a barrios como Capotillo, Gualey, Los Guandules, Guachupita, entre otros barrios de la parte oriental del Distrito Nacional y de la, la Provincia Santo Domingo y de las ciudades del Este del país. Igualmente, se ha demostrado que el mayor nivel monetario de perdidas por fraudes se produce por los clientes de mayores consumos individuales.

Por otro lado en estos momentos existen 14 empresas de generación de electricidad en la Republica Dominicana, las cuales tienen muy distintas, y en algunos casos, complicada composición societaria y de financiamiento; en el caso de que se decida reintegrar todas esas empresas en tres o cuatro corporaciones se tendrá entonces que desarrollar un complicado proceso de negociación ínter empresarial con el altísimo riesgo de que algunas o varias de ellas queden fuera de toda relación de propiedad con las distribuidoras; en ese caso esas empresas, con grandes inversiones de capitales correrían con los conocidos costos hundidos que típicamente les son luego reclamados al Estado como pago de compensación por haber sido éste el responsable de introducir cambios en las reglas de juego del mercado con base a las cuales se realizaron las inversiones iniciales. Se trata, en resumen, de una muy arriesgada movida que podría complicar mucho más el sector eléctrico y potenciar los ya graves conflictos existentes entre el Estado y las empresas privadas del sector.

Conclusión:

La reintegración vertical es innecesaria e inconveniente para el sector. No es causa ni solución importante de los problemas que le afectan.

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