domingo, junio 22, 2008

Resignación Local vs. Posibilidades Globales

Muchas gracias a Federico por su magnifico aporte, creo que apoyado de nuevo casi el 100% por Rhadames. Rhadamés, sin embargo, percibe sabiamente una cierta dosis de pesimismo. Ese pesimismo me parece muy cerca de la resignación que viene asociado a lo poco que queda de pensamiento mecánico que nos encierra (a veces sin darnos cuenta) en un juego que en el mejor de los casos es de suma cero.

Complaciendo a Rhadamés, esta es otra nota (como que se menciona arriba) llena de optimismo y por ende de enormes posibilidades con suma positiva, fruto del remanente diálogo reflexivo y generativo que se nutre con dichos aportes morales de Federico, que es lo que necesitamos para reducir la pobreza y los subsidios.

Hace tiempo que dejé de ser profesor en la universidad. Recuerdo que uno de los elementos del método de diseño que les impartía a mis estudiantes era la necesidad de una formulación amplia de los problemas. Es por eso que al darme cuenta que la formulación de la crisis de energía dominicana no arrojaba resultados, cambié de estrategia y amplié dicha formulación a la crisis global.

En adición a las explicaciones de la nota Acción con Visión: Por un Diálogo con Amcham, trataré de explicar desde otra perspectiva porque la solución definitiva a la crisis de energía dominicana está por tanto íntimamente ligada a las oportunidades que genera la crisis de energía mundial. Con la formulación amplia encontré que la planificación, la operación y el control de todos los sistemas interconectados de los sectores eléctricos del mundo están históricamente orientados al lado de la oferta con una demanda que simplemente se proyecta y se considera como una exterioridad.

Las excesivas inversiones hechas en el sector electricidad dominicano, sean estas en el sistema eléctrico nacional interconectado, o en el mercado Sálvese Quien Pueda de soluciones individuales, son el resultado de una separación artificial de la realidad emergente basado en la supremacía del todo en que se basa el pensamiento sistémico. Por ejemplo, dado que las redes eléctricas fallan, especialmente en zonas huracanadas, el autoabastecimiento es una real necesidad. Con la electricidad sin control de precios, la totalidad de esas inversiones serían no obstante mucho menores y más eficientes.

La solución en la Tercera Revolución Industrial (TRI) está centrada en el desarrollo del lado de la demanda, para integrarla a la planificación, operación y control de los sistemas eléctricos interconectados para producir el máximo bienestar social, introduciendo la elasticidad en la demanda de los sectores eléctricos. Las redes de distribución de los países avanzados daban un servicio 99.9% de confiabilidad que era razonable en tiempos pasados.

No obstante, en la TRI, un servicio razonable podría ser de 99.9999% de confiabilidad, haciendo que lo que sucede en el país se asemeje a la situación global en que también es necesario el autoabastecimiento, siendo esta una ventaja comparativa que tenemos. Por ejemplo, en ciertas circunstancias de choque externo, en vez de apagar circuitos enteros destruyendo inmenso valor, se apagará el servicio selectivamente a los consumidores finales conforme a sus contratos de servicio (algunos de los cuales tendrán el autoabastecimiento que le resulte en el menor costo a largo plazo).

Asimismo, en la electricidad como servicio-negocio (ver Acción con Visión: Por un Diálogo con Amcham), los derechos de propiedad de los clientes que pagan no serían entonces vulnerados con apagones que no son económicamente compensados, como sucede en el sistema actual. Evidentemente, supongo que se cambia la cultura de robo por un SISTEMA de servicio ÉTICO y también un NEGOCIO que agrega valor y que la sociedad entonces quiere defender y preservar.

Es así como, con una solución global, evita el miedo asociado a los “varones de la electricidad” que seguirán entonces reglas que provienen del mercado global, sin control de precios al cliente final, cuyas normas prudenciales deberían ser negociadas en la OMC para desarrollar mercados eléctricos, para gas y para agua, completamente competitivos al por mayor y al detalle. La distribución estrechamente integrada a la transmisión seguiría siendo una actividad regulada con una rentabilidad asegurada y por tanto la inversión será positiva.

La razón por la que este diálogo reflexivo y generativo es sumamente oportuno, es porque las decisiones de inversión en medidores sin la presión de la competencia (el regulador y la distribuidora harían costosas apuestas que se pasarían a tarifa), que se estarán haciendo próximamente con fondos de la banca multilateral, pueden bloquear el progreso de la solución sistémica. Lo que necesitamos es un cambio de paradigma a la electricidad sin control de precios, para que sean los detallistas (de segunda generación) los que se arriesguen como parte de sus modelos de negocios.

La mente de los líderes es muy generosa de acuerdo a Peter Koestenbaum, quien escribe que esa mente puede contener ideas opuestas y sentimientos contradictorios al mismo tiempo. Esa mente puede lograr consuelo con las tensiones de ambigüedad, polaridad e incertidumbre. Con mil amores quisiera darles la razón a los dominicanos con mentes de líderes que creen, que bajo las circunstancias presentadas arriba, podemos tomar la decisión de reestructurar el sector eléctrico dominicano para implantar la electricidad sin control de precios, sin ser parte de una solución global, con la que tomaremos la delantera y generaremos el mayor valor económico posible.

Desde el punto de vista sistémico, el aporte de Federico arroja también importantes elementos que necesitan ser tomados en cuenta en el gran cambio en el sistema (especialmente para incorporar el Estado de Derecho), para así enfrentar la componente local de la crisis sistémica global. Aclaro que el objetivo de la serie de preguntas era mostrar una serie de relaciones (nexos causales) que ayudan a definir el sistema intervenido, que necesariamente estaba incompletamente representado.

Ahora bien, Federico cuestiona la validez de esos vínculos, basado en informaciones de prestigio. Acepto su explicación de la gobernabilidad, pero queda todavía latente como vamos a enfrentar los choques de precios de US$200 el barril de petróleo. Es también para los US$200 o precios superiores que se necesita una solución estructural global a negociarse en la OMC, donde los países pobres sin recursos energéticos deberían concurrir para aplicar la disciplina de subsidios a sus defensas comerciales. Algunos países son competitivos por el mero hecho de poder contaminar. Vuelvo a este tema abajo.

La Energy Information Administration (EIA) sigue proyectando crecimientos insostenibles de energía, que en gran parte dan pie a la incertidumbre que afecta los precios del petróleo. La EIA basa sus proyecciones en el pensamiento mecánico. Sin embargo, el Consultor McKinsey, en el artículo “Curbing the growth of global energy demand,” informa “que el crecimiento de la demanda mundial de energía puede ser cortado a la mitad o más sobre los próximos 15 años, sin reducir los beneficios que le ofrece la electricidad a los clientes finales – y mientras apoya el crecimiento económico. La clave es un esfuerzo concertado global para impulsar la productividad energética…” Parece que McKinsey al trabajar con los mercado globales cree en las amplias posibilidades en vez de resignarse a la filosofía “Prepárate para lo peor, que de buenas noticias no se muere nadie.” Otro punto a favor de la solución global.

Ciertamente, lo que informa McKinsey incluye a los países ricos y no solo contempla la electricidad sino toda la energía global. Gracias a Federico por informar que el aporte de los pobres es insuficiente y en efecto fue una falta, ya que mi respuesta a la pregunta de Frederic (ver el enlace que tiene aportes de Edwin Croes y Rolando Reyes) contemplaba un acuerdo en la OMC para reducir los gases invernadero que preguntaba si podía ser de alto apalancamiento del sistema. Con reducciones de esa magnitud en el crecimiento de la demanda, la incertidumbre en los precios del petróleo para los próximos 15 debe reducirse. ¿Cuánto sirve que varios países aislados adopten energías renovables si los mayores contaminantes no hacen nada?

Es también por la supremacía del todo que la consideración de los precios asociados solamente a la debacle de los “subprimes,” parece ser más completa si se toma en cuenta también la reducción de la demanda. ¿Qué harán los especuladores si la reducción de la demanda va en serio?

Precisamente el 20 de junio aparece la noticia "La responsabilidad del petróleo caro comienza por el consumidor", en la que “Anthony Davidson, académico de New York University... sostiene que el destino del precio del petróleo está más en manos de los consumidores que en las de los especuladores de bolsas de valores.” Con el Editorial Listín Diario - Los combustibles, del 22 de junio, se ha presentado la realidad que estamos viviendo de manera clara y contundente. En su último párrafo, sintetizan un círculo vicioso que llevará a más y más pobreza.

Como han visto, con el sistema propuesto de la electricidad sin control de precios, los detallistas tendrían en el mercado global los mismos derechos que los generadores y que los clientes, amparados en la regulación prudencial a ser satisfactoriamente negociada en la OMC. Tres preguntas éticas para concluir con relación al sistema actual:

¿Tienen los generadores más derechos que las distribuidoras?
¿Tienen las distribuidoras más derechos que los clientes finales?
¿Tiene el regulador que asegurar los derechos en A y en B a los generadores y los distribuidores, respectivamente?


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