La decisión de arroparse hasta donde le dé la sábana es un comportamiento muy arraigado de los políticos. Su pensamiento es muy distinto al de los empresarios y de los ingenieros. No se basan en la lógica, sino en la experiencia, en la negociación, en los compromisos y mucho más que otra cosa en las percepciones. El caso de las compras de electricidad no es distinto. La pregunta que se hicieron fue ¿cuanta electricidad estamos en capacidad de comprar a las generadoras? El resultado fue – después de hacer unas proyecciones – 70%. Nos cuenta el Superintendente que los números de la programación fueron para cuatro tipos distintos de circuitos, con 0, 4, 6 y 10 horas de apagones, correspondiendo a 0%, 11%, 36% y 48% de pérdidas, respectivamente.
La experiencia ha resultado otra. El grito ha sido de grandes proporciones. Lo que sucede es que han partido de percepciones defectuosas sobre la electricidad, amparadas en un modelo mental que parte de la pregunta equivocada: ¿cuanta electricidad estamos en capacidad de comprar a las generadoras? La diferencia estriba en cuanto les cuesta la electricidad a los consumidores. Esa diferencia resulta en el instante que les quitan de repente la electricidad a los clientes. El costo es mucho menor si se avisa con tiempo y se cumple un programa de interrupciones. Además, en la medida que aumenta el tiempo de los apagones el costo a los consumidores y la irritación aumentan mucho más de forma desproporcionada.
Una mejor pregunta pudiera ser ¿cuál es la cantidad de electricidad que podemos comprar para minimizar el costo de usar la electricidad a los consumidores? La pregunta es más amplia y tenemos dos respuestas, una para apagones programados y otra sin programar. Si el resultado es 80% de electricidad con apagones programados y 90% sin programarlos, y esas diferencias se pueden lograr, por ejemplo, reduciendo el subsidio al gas, para conseguir ese 10% ó 20% adicional, entonces hay que saber si es mejor hacer el compromiso. Intuyo que se gana mucho haciéndolo.
Para comprobarlo ofrezco una sugerencia: pongan en prueba combinaciones de subsidio al gas y a la electricidad en tres pueblos importantes alejados de la capital. Una donde todo el subsidio se vaya a la electricidad y dejen los apagones arbitrarios. Otra donde todo el subsidio se vaya al gas y se programen los apagones. Y la de control que se quede como está. Evalúen los resultados después de dos o tres meses y tomen una mejor decisión. Encontrarán que la sábana rinde más pasando todo el subsidio a la electricidad y programando los apagones. La experiencia, las negociaciones, y los compromisos que se hagan para poner en práctica esta sugerencia ayudarán a cambiar las percepciones de como se debe comprar la electricidad.
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