17 de diciembre, 2003
Por Francisco Antonio Mendez
El informe del panel independiente contratado por el Fondo Monetario Internacional, el Banco Mundial y el Banco Interamericano de Desarrollo deja muy mal parada la nacionalización del EdeNorte y EdeSur.
El informe del panel de especialistas sectoriales viene a confirmar lo que muchos habíamos venido señalando respecto a la estatización de las Edes. Señala, entre otras cosas, que se incremento el nivel de deuda publica; que el precio pagado no fue valorado adecuadamente; que los problemas del sector provienen, básicamente del deterioro de la moneda nacional; que el gobierno debe solucionar sus persistentes problemas de deuda con el sector para darle solución de corto plazo a la crisis; y que la sostenibilidad del sector no es posible sin traducir los costos reales a la tarifa.
Estos son, sin lugar a dudas, factores objetivos que echan por el suelo los argumentos esgrimidos para comprarle a Unión Fenosa su participación en EdeNorte y EdeSur. De ahí, que los responsables de la transacción hayan hecho publica su desilusión con el informe del organismo internacional, hasta el extremo de compararlo con un informe de anexión de la isla a los Estados Unidos ordenado por el Presidente Ulises S. Grant, en 1871.
Sin embargo, la realidad que retrata el informe del FMI trasciende la rasgadura de vestidura y los efluvios patrióticos de los prohijadores de la mostrenca transacción. Analicemos en detalle sus principales señalamientos para que podamos calibrar la dimensión del embrollo armado por estos genios gubernamentales.
El tema del valor siempre ha sido sensitivo. La capitalización fue colocada a la defensiva bajo alegatos de subvaluación de los activos de CDE. El tiempo, el Acuerdo de Madrid y el informe del FMI demuestran que estos alegatos eran totalmente infundados. En efecto, no podía haber habido subvaluación si en Madrid le incrementaron los beneficios a las empresas capitalizadas. Mas de RD$22 mil millones, según expresaba en carta publica el ex-incumbente de Finanzas, José Lois Malkum.
Mientras que el FMI resalta que, a diferencia de la capitalización, en esta transacción no se utilizo un mecanismo de valoración apropiado. El precio se determino en función del valor en libros de los activos en lugar de hacerlo mediante un mecanismo de determinación de flujo de caja descontado. En las conclusiones de mi articulo: El cuento chino de la “valoración de CDE” (HOY, 8/3/2001) señalaba, sobre este particular, que: “una auditoria no determina –ni es su función- el valor de mercado de una empresa, ya que no considera el costo de oportunidad del capital ni el clima de negocios y las regulaciones de la industria,…”
Pero la derivación práctica de los conceptos teóricos anteriormente debatidos es mucho más trascendental e importante para la nación. En efecto, en el Capitulo E, Precio de Compra (Pág. 19 del informe del Fondo Monetario) se señala que: “el flujo positivo anual a partir del 2005 debe ser de alrededor de US$280 millones” para que los US$696 millones pagados por el gobierno en la transacción cuadren. En otras palabras, para que una empresa valga los US$696 millones pagados por el gobierno debe producir ingresos netos de unos doscientos ochenta millones de dólares anuales por un periodo de once años.
Pero la realidad del sector, de acuerdo al referido informe es total y absolutamente diferente. El flujo de caja deficitario mensual de EdeNorte y EdeSur, paso de US$22 millones a US$28 millones con la nacionalización de las Edes (Pág. 30). Existiendo un déficit mensual del sector de distribución, fruto de la devaluación de la moneda (35x1), de US$34 millones. Por lo tanto, no hay que tener muchos conocimientos financieros para entender que Unión Fenosa hizo el negocio del siglo.
Pero no solo se pago un dineral por las acciones de unas empresas quebradas, con un déficit crónico mensual, superior a los RD$1,200 millones, sino que, fruto de esta transacción, el gobierno deberá destinar alrededor RD$14,000 millones para enfrentar el déficit acumulado del sector eléctrico hasta finales del 2004. Recursos que deberán salir de la reforma fiscal, que deberá apuntalar el millonario presupuesto del 2004. O sea, que no solo habrá que darnos jarabes de impuestos, directos e indirectos, sino que tambien habrá que incrementar la tarifa eléctrica (+50%?) para ajustar su valor a la devaluación de la moneda. Todo esto, para tratar de solucionar el esperpento eléctrico inventado por el gobierno ante un viaje presidencial a la Madre Patria.
Pienso que los técnicos gubernamentales deberán darle a la nación explicaciones de mayor alcance que las contenidas en el documento evacuado por Finanzas para intentar descalificar el informe del Fondo Monetario Internacional. No es solo el Fondo quien no comparte la esencia económico-financiera de la nacionalización de las Edes. Ningún artículo o comentario, que no provenga del sector oficial, califica de manera benigna o aceptable la referida transacción. Es mas, hasta del sector oficial han surgido responsables voces criticas.
Pero la historia tiene sus paradojas. Jaime Aristy Escuder, unos de los principales responsables de la nacionalización de las Edes, en la publicación No. 662 de Sábado Económico (Listin Diario, 19/8/2000), en articulo titulado Las teclas sonoras de la CREP criticaba la capitalización, señalando que: ‘’la CREP tenia como objetivo adjudicar todas las empresas y no la maximización del valor de capitalización; y dado el interés de adjudicar todas las empresas lo hizo al mínimo valor posible’’. Aunque en su momento le respondimos todas sus conjeturas evaluadoras, quisiera preguntarle, en consecuencia, al todopoderoso asesor como habría que catalogar esta transacción en donde los intereses del Estado han sido ‘minimizados al máximo valor posible’.
No pienso entrecomillar, como hacia el asesor presidencial en su sonoro artículo, el error de los negociadores gubernamentales, sea por ignorancia o incompetencia, ya que no dudo de sus valores éticos y morales, pero estimo conveniente recoger una de las conclusiones de su insidioso artículo, curiosamente publicado tres días después del cambio de gobierno. Al descalificar los integrantes de la CREP, ante un supuesto desconocimiento sobre privatización el asesor presidencial del Presidente Mejía refería: ‘’Una lección se desprende de esto: al Estado no se debe ir a aprender. Si usted no sabe de algo, no acepte el cargo’’. Totalmente de acuerdo. Solo habría que añadir que al Estado tampoco se debería ir a jugar a la política con retórica y soluciones economicistas. La sociedad no es un laboratorio de experimentación.
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