Tradicionalmente la industria eléctrica fue una en que existían pocos riesgos. Los beneficios eran seguros y razonables. Por eso, ha sido muy difícil desregular el sector: casi nadie quiere asumir riesgos. El resultado, sin embargo, es que todos los están asumiendo en la República Dominicana, que es un representante de una industria colocada en un NO PROFIT ZONE. La destrucción de valor es tan exagerada que hace falta hacer un estudio para que recapacitemos.
En ese estudio hay que tomar en cuenta el impacto ambiental (ruido, gases, fugas de combustibles...), el impacto a la propiedad (fuegos, pérdidas de materia primas, deterioro y daños de equipos...) y impacto a la productividad y otros costos identificables.
Hace mucha falta innovar y asumir los riesgos para llevar la industria al PROFIT ZONE, para obtener los beneficios esperados. Una orientación al cliente es la forma de hacerlo.
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