Conep - hay que aplicar y luego reformar ley eléctrica
En principio la ley no se ha aplicado y lo lógico sería aplicarla para comprobarlo. No obstante, mientras la ley puede servir para resolver el problema de la falta de energía, no así para dejar de ser el principal obstáculo a la competitividad. Para resolver ambos problemas es necesario entender el problema, desarrollar una visión compartida, profundizar la reforma, y aprovechar el progreso tecnológico para ofrecer a mediano plazo un innovador servicio eléctrico con calidad y confiabilidad mundial.
No cabe ninguna duda de que es preciso resolver el problema del robo y la falta de pago para recaudar suficientes ingresos para los agentes del sector y reducir los subsidios. Es la solución sintomática y por tanto no es la causa fundamental para la competitividad. Para salvar el obstáculo a la competitividad y ofrecer una solución definitiva es necesario reestructurar el sector eléctrico enfrentando el riesgo sistémico que obliga a los sectores productivos a invertir en costosos generadores y subestaciones, así como realizar importantes gastos para operarlos y mantenerlos.
Necesitamos una solución definitiva para lograr un servicio continuo y de calidad a precios razonables. No se puede esperar a los resultados de la solución sintomática y seguir reforzando el acelerado proceso de desintegración del sector eléctrico nacional. Es necesario actuar en la solución sistémica facilitando de paso la solución al hurto, la falta de pago y especialmente la reducción de los subsidios con aumento de la eficiencia energética y la respuesta de la demanda a los precios. La inversión en tecnología de rápida obsolescencia se debe evitar pasando el riesgo al sector privado sujeto a la competencia.
El Conep le haría un flaco servicio a los sectores productivos al seguir insistiendo en esa posición que satisface con creces a los inversionistas y medianamente a los grandes clientes, dejando desamparados a la pequeña y mediana empresa y los residentes. Tenemos que cooperar para desarrollar una visión compartida donde todos los interesados tengan el potencial de ganar. Esa visión nace de dos pasos secuénciales: 1) cooperar entre todos para elegir un mercado que haga posible la competencia y 2) abrir el mercado a la competencia.
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