DON DINERO
¿Sueño en noche de verano?
Para que haya competitividad sistémica, este país requiere una reinvención institucional
Victor Bautista
Cuando el presidente Fernández hizo público el plan de competitividad sistémica -que mereció titulares de primera plana en los diarios- me pregunté si no estaba yo frente a un sueño en una noche de verano.
Creo, desde mi reducida visión sobre el tema, que la competitividad sistémica pasa por la articulación del Estado como un tren perfecto, para que todas las políticas públicas y privadas lleven un mismo rumbo: el desarrollo del país.
¿Es posible la competitividad sistémica con un esquema educativo que ocupa el puesto 121 en un ranking de 122 países, hecho por el Foro Económico Mundial?
¿Se podrá pensar en competitividad sistémica con funcionarios que apuestan a una contrarreforma en el sector eléctrico?
¿Es alcanzable la competitividad sistémica sin la aplicación de una ley de servicio civil y carrera administrativa que posibilite la continuidad del Estado?
¿Puede ser competitivo el país con los niveles de inseguridad que sufre? ¿Es posible la competitividad con partidos políticos retrógrados?
¿No será una ilusión la competitividad sistémica en un país donde existen las leyes, pero no se cumplen? ¿A qué competitividad sistémica aspiramos si todavía el mercado persa no ha sido cerrado en la administración de justicia?
Se supone que el capital humano es el verdadero motor del desarrollo, pero ¿adónde llegaremos con un sistema de salud tan precario? ¿Cómo alcanzar la competitividad sistémica con una gran población infantil sin cerebro garantizado, dada la falta de nutrientes? La evasión de impuestos, la corrupción pública y la corrupción corporativa privada no me dan señales optimistas de que podamos marchar hacia la competitividad sistémica.
¿Y qué decir de la dispersión legal e institucional que nos arropa? ¿Cómo es posible que un ayuntamiento decida, por resolución, cobrar un impuesto de 1% sobre las ventas brutas a empresas fabricantes y distribuidoras de cerveza, ron, plástico, hormigón, cementos, productos químicos, cigarrillos, gas, gasolina y aceites lubricantes? Es decir, caminanos hacia tributaciones múltiples, mientras hilvanamos el sueño de la competitividad sistémica. Como decía mi papá: "!No seas pendejo!”
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