Ver artículo original de Fausto Rosario Adames.
El Día Mundial del Ambiente es una oportunidad para la reflexión sobre lo que hacemos como país para darle sostenibilidad al crecimiento que se registra en la República Dominicana.
Es probable que algunos funcionarios y políticos no se percaten del detalle particular de que nuestro desarrollo está vinculado estrechamente con nuestras riquezas naturales.
Decía el primer secretario de Medio Ambiente y Recursos Naturales, Frank Moya Pons, que en el país se reforesta con el fin de que haya agua para la industria, la electricidad, los acueductos y para el turismo, no para que el paisaje se ponga bonito.
Con motivo de la celebración, el 5 de junio próximo, CLAVE está apostando en esta edición, y en las siguientes, por la atención especial a los temas del medio ambiente, y en particular aquellos que se relacionan con la conservación del recurso más valioso e indispensable que tenemos, el agua.
La sociedad dominicana debe hacer un gran esfuerzo para conservar el agua que le queda, y para producir agua para la agricultura, los acueductos y para el crecimiento de sectores como el turismo, que demandarán más agua en la medida en sean más los turistas.
La población dominicana sigue creciendo, ciudades como Santo Domingo, Santiago y las provincias del Este siguen creciendo vertiginosamente. Ese crecimiento demandará más agua potable.
Un dato preocupante es el siguiente: en 1970 teníamos 4,8 metros cúbicos de agua por persona, y 32 años después esa disponibilidad se había reducido a menos de la mitad: 2,2 metros cúbicos de agua por persona.
Las cuencas acuíferas no han sido protegidas, la depredación de los bosques ha sido indiscriminada y el dispendio del agua, en la población general, es abusivo.
Todo ello contrasta con la situación de poblaciones completas que carecen de agua potable, barrios en zonas urbanas donde el agua es un privilegio y poblados en zonas interurbanas, como Pedro Brand, que incluso han muerto personas, recientemente, en las protestas y demandas de agua.
En un libro publicado en el 2004 el doctor Moya Pons decía que "si en República Dominicana nos quedamos sin agua, tendremos un serio problema de seguridad nacional, porque vamos a perder lo que se llama seguridad alimentaria.
La población se va a inquietar, la estabilidad política se va a perder, va a haber competencias violentas y nosotros vamos a tener inestabilidad política. De manera que la seguridad del agua es algo que nos compete a nosotros, no sólo como una cuestión ecológica, sino como una cuestión de seguridad nacional”.
Y tiene toda la razón. Lo extraño es el descuido que se percibe en las autoridades, especialmente con la protección de las cuencas y afluentes de la mayoría de nuestros grandes ríos.
El secretario de Medio Ambiente dice que se exageran las denuncias sobre talas de árboles, y que hay serios esfuerzos para reducir las áreas protegidas y parques nacionales, que son reservas naturales del país.
El ámbito medio ambiental y forestal ha sido un gran desorden en los últimos años. Y los aserraderos del período trujillista destruyeron un alto porcentaje de nuestros bosques.
La Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales es una entidad muy reciente, dirigida por un historiador en el pasado gobierno y por un sociólogo en éste. El país merece explicaciones sobre los planes que se tienen en este tema.
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