Con esta campaña electoral se debería garantizar que el partido ganador inicie la solución definitiva de la crisis de electricidad, respondiendo a una visión compartida que permita colocarnos como los líderes de los sectores eléctricos del mundo. Ese liderazgo está basado en una idea muy sencilla, similar a la de la tierra redonda en aquel momento en que todos creían que la tierra era plana: la electricidad es competitiva al por mayor y al detalle.
La idea impulsa una estrategia que genera rentabilidad proveniente de la tercera revolución industrial y que requiere disminuir el poder del gobierno para regular la electricidad con base a nuevas reglas de juego estables y transparentes. Esas reglas atraerán al segmento de inversionistas innovadores con capital productivo fresco y asequible, en vez de inversionistas con capital financiero a elevadas tasas.
La reducción del poder del gobierno no vendrá por iniciativa de los políticos. Vendrá de una visión compartida por las fuerzas vivas y productivas de la nación, en apoyo a la competitividad sistémica para responder a la globalización.
Aunque no estamos acostumbrados a pensar que en ocasiones la forma más rentable es la de cerrar paulatinamente un negocio, este es precisamente el caso de las distribuidoras que no son competitivas. Si se insiste en privatizar las distribuidoras que desaparecen como tales en la visión, estaremos en efecto retrocediendo y dificultando cada vez más el desarrollo del país en la medida que pasa el tiempo. El nuevo proyecto de CDEEE con el Banco Mundial no debe seguir esa reversa.
En diciembre del año 2000, Lester Thurow escribió “en los procesos de globalización los gobiernos están perdiendo el poder de regular sus economías. Si a las firmas no les agrada el sistema de regulación de una nación, simplemente se mueven a países diferentes. . . Los sistemas de regulación de los gobiernos no son tomados tal cual son sino vistos como una selección de restaurantes donde uno puede elegir donde comer basado en el menú ofrecido.”
La República Dominicana ha realizado acuerdos de libre comercio con los dos mercados más importantes del mundo. Sin embargo, los dos gobiernos han aumentado su poder de regular el sector eléctrico haciendo que los precios no sean competitivos. En menos de 10 años gran mayoría de las empresas dominicanas estarán expuestas a todo el rigor de la globalización proveniente de la tercera revolución industrial.
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