El país no se puede dar el lujo de seguir postergando una solución al problema energético. Es tan importante el tema eléctrico para las posibilidades de progreso, que luce dedicar un cuatrienio a la luz. La situación llegó a unos niveles tales de deterioro que no se resuelve con medidas simples. El presidente Fernández tiene una bombilla caliente en las manos y no le bastará un soplido para enfriarla. Será necesario un ciclón de creatividad y valor. El país se mantiene encendido apagando el futuro. Es mejor apagar ahora y, con el subsidio ahorrado, invertir en el encendido de mañana.
hfigueroa@diariolibre.com
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