miércoles, octubre 10, 2012
Electricidad sin compañías políticas
Un año después de que se capitalizara el sector eléctrico y se identificara el fin de la CDE, el Congreso Nacional reintrodujo la CDEEE queriendo ser otra vez empresario del sector eléctrico. Poco tiempo después, la CDEEE se hizo cargo de dos distribuidoras y más tarde de la otra.
De ahí en adelante hemos visto varios intentos del gobierno de convertirse en empresario de generación de centrales de gran tamaño. En esta ocasión, la razón del gobierno de querer ser empresario generación para reintegrase verticalmente se debe al laberinto en que se encuentra ese sector a consecuencia de un modelo de negocio que ya el presidente Medina ha dicho que no podemos seguir.
Sin embargo, como explica Robert L. Bradley Jr., en su artículo “Enron: The Perils of Interventionism,” el problema de los empresarios privados del sector eléctrico es que, con la anuencia de la banca multilateral y de los sucesivos gobiernos en casi todo el mundo, siguen los principios de ENRON como compañía política. Esos empresarios han seguido tan campantes como Johnny Walker evitando la competencia en la industria eléctrica global.
En Estados Unidos, Europa y en otras partes son compañías políticas en vez de ser compañías de libre mercado. Esas compañías políticas son protegidas de la competencia con un modelo marco que según el Lic. José Luís De Ramón “…prácticamente se ha convertido en un consenso, que “… es el informe del Banco Mundial: Besant-Jones: Lessons from Power Sector Reform, World Bank 2006."
El problema con el informe Besant-Jones es que se basa en la errónea suposición de la desaparecida garantía de la energía barata para definir una estrategia que debe comenzar con la competencia en generación a largo plazo. En muchos casos, como el nuestro no avanza más allá. En un mundo en que la realidad se debe basar en la garantía de la información barata, para permitir a los consumidores elegir su suplidor en un mercado de comercialización competitivo de electricidad al detalle, a corto y largo plazos, no son necesarias compañías políticas de ninguna especie.
En vez de compañías políticas del sector público o del sector privado, lo expresado en el artículo Salida del laberinto eléctrico y sus enlaces exigen que compañías de libre mercado se hagan responsables de la electricidad en la República Dominicana. Al ser los pioneros en la electricidad del verdadero libre mercado, tendremos grandes oportunidades para hacer que la destrucción creativa de la industria eléctrica nos llene de bendiciones de desarrollo.
En el artículo Financiando el sector eléctrico y sus enlaces, se explica como las compañías de libre mercado participarían de “…una política desarrollista que impulsaría la generación de nuevos competidores y muchos empleos dignos. En realidad podría hacer la diferencia para ayudar a sacar el mundo de la depresión económica.”
Esa es la única forma de garantizar la atracción de inversionistas con compañías de libre mercado, de forma que el gobierno pueda dedicar el 4 por ciento a la educación y satisfacer otros importantes reclamos de la población, que se requiere en el pacto fiscal.
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