martes, junio 14, 2005

Un Santo Domingo Verdaderamente Intradependiente

Sometido a El Caribe para publicación el 6 de diciembre de 2002.

Se pueden notar vestigios de identificar efectos secundarios que se pueden evitar. La idea es que ese experimento sirva de base a un proceso de redacción de la nueva Constitución de la República Dominicana. Ese es uno de los objetivos del GMH. Si el experimento resulta satisfactorio, habremos dado un gran primer paso democrático.

La división de Santo Domingo en Distrito Nacional y la Provincia con sus cuatro municipios ha transformado de golpe los graves problemas de gobernabilidad originales en otro conjunto de problemas para el gran Santo Domingo. En ese concepto se inscribe el editorial del 4 de diciembre de su periódico, al sugerir la creación de nueva institución: la Autoridad Metropolitana. Junto a la constitución de esa entidad podemos aprovechar la oportunidad para introducir otros elementos que ayuden a minimizar muchos otros peligros que nos asechan y hagan de Santo Domingo un lugar verdaderamente intradependiente.

La división del gran Santo Domingo es un gran experimento ya iniciado que pretende romper con la dependencia de una autoridad central promoviendo la independencia con los nuevos municipios. Es un experimento, porque puede fracasar y obligar a regresar a la situación anterior. Pero es un experimento que si resulta exitoso podrá ser un logro de grandes proporciones, al ser una señal indiscutible de progreso social en la evolución de los sistemas de gobierno descentralizado. De lograrlo el país sería muy innovador.

El peligro mayor que enfrenta la división es una independencia mal llevada, que podría negar los beneficios de la reestructuración. Por ejemplo, una gran debilidad sería duplicar innecesariamente los organismos más especializados, tal como han indicado ustedes en su editorial al resaltar la propuesta del Consejo Nacional de Asuntos Urbanos con respecto al Plan Estratégico.

En lo que a descentralización se refiere, hoy se sugiere que la evolución fundamental de los sistemas de gobierno es hacia procesos de cada vez mayor interdependencia, para así equilibrar las decisiones centrales y las locales. El peligro entonces proviene de salir de la centralización, para pasar a la independencia casi pura o independencia mal llevada. Tal independencia, por ejemplo, llevaría en múltiples ocasiones a los municipios a tomar decisiones para la que no están preparados y que le resten beneficios al gran Santo Domingo.

Para garantizar el éxito del experimento, la Autoridad Metropolitana en este sentido ampliado estaría legislada por un “Congreso”, cuya principal misión sería definir su sistema de gobernabilidad: la Constitución del gran Santo Domingo. Sugiero que emulemos a los que redactaron la de los Estados Unidos de América, constituyéndolo con gente interdependiente y de alto nivel cultural, abarcando prácticamente todas las disciplinas afines, entre ellos un selecto grupo de representantes designados de cada uno de los ayuntamientos. Una de las metas del proceso sería desarrollar una eficaz interdependencia entre las instituciones del Distrito, la provincia y los municipios.
La promoción del Primer Congreso del Gran Santo Domingo con el propósito de mejorar el rumbo del experimento hacia un futuro provechoso, con el diseño e implantación de un sistema de gobierno descentralizado e intradependiente para el gran Santo Domingo es una oportunidad de progreso que no debemos despreciar.

José Antonio Vanderhorst Silverio, PhD
Asesor Administrativo

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