viernes, septiembre 22, 2006

Una Salida Apolítica a la Gran Depresión Eléctrica

Editorial del Grupo Millennium Hispaniola

En el último tercio de siglo, los dominicanos hemos experimentado un fenómeno que ha llevado el sector eléctrico a una crisis sistémica de grandes proporciones, a tal nivel que ya está grave en peligro la estabilidad macroeconómica. Ha sido un proceso sistémico (crecimiento exponencial de variables), como una bola de nieve, que ha aumentado continuamente el riesgo sistémico contagiando al país. Se trata de la gran depresión eléctrica.

Esa bola de nieve contiene un alto componente de la deuda externa, fruto de mala administración del sector eléctrico, al que hay que sumarle al menos otros dos billones de dólares y otros costos de oportunidad. Basta sumar subsidios exagerados que este año rondarán el billón de dólares, cuando se suman los fondos del presupuesto al que se extrae a ciertos consumidores indefensos, así como el costo de los apagones a la ciudadanía por más de medio billón.

Próximamente se le pretende sumar otro medio billón de la deuda congelada de la CDEEE y las distribuidoras a los generadores. Como costo de oportunidad está la barrera que se ha impuesto a la inversión local y extranjera que se va a otros lugares, así como el derroche en inversiones de capacidad instalada de generación que sobrepasa el 77% de la demanda.

El proceso nace con la primera crisis del petróleo que impide el desarrollo de los planes de expansión. Desde ese momento las rachas de apagones y las deudas a los generadores crecen y crecen. Bien temprano, el problema se le sale de la mano a Julio Sauri y se convierte en un problema político hasta el día de hoy.

En la "Estrategia al Sector Eléctrico para la Sociedad de la Información," que presenté en la Cámara Américana de Comercio, para rebatir la "Justificación Tecnico-Economica y Social de las Plantas de Carbón," cite un artículo de lectura sugerida, de Junio 2005, publicado en la respetada revista Public Utility Fortnightly, en que Judith Warrick, dice entre muchas cosas importantes que: “Many of the obstacles and strategic issues that utilities face today are all too familiar. This time they must be solved with a different business model…John Maynard Keynes wrote, "Worldly wisdom teaches that it is better for reputation to fail conventionally than to succeed unconventionally." We need to prove that wrong. This industry does not have the luxury of doing things conventionally.”

A lo anterior le agregué que: "En períodos de cambios profundos, nosotros tampoco nos podemos dar el lujo de hacer las cosas de manera convencional. El pensamiento de John Maynard Keynes es absolutamente correcto dentro de un período de estabilidad, como el de la Segunda Ola, pero no para salir de la Segunda a la Tercera Ola. La sabiduría convencional no aplica: lo que aplica es lo que dijo Thomas Alva Edison, en la transición avanzada de la Primera a la Segunda Ola: "En períodos de cambios profundos, la cosa más peligrosa es avanzar hacia el futuro poco a poco."

El Editorial del Listín Diario de hoy, 22 de septiembre, 2006, titulado “¡Que los desenmascaren!,” se complementa con una noticia en que “Segura culpa a FMI y BM de magnitud déficit eléctrico.” Lo que sucede es que la Banca multilateral sigue los designios de John Maynard Keynes, que no aplican en este momento histórico y que establecen (ahora en español) que: “la sabiduría convencional enseña que es mejor para la reputación fallar de forma convencional que ser exitoso de manera no convencional.” Es evidente que si el FMI y el BM están fallando, lo hacen de forma convencional.

Las notas Electricidad para la Era del Conocimiento y Electricidad para la Era del Conocimiento Parte 2 explican claramente el momento histórico que vivimos. Para salir de la gran depresión es necesario convertir el problema en un problema técnico. Ese es el consenso que necesitamos para el cual se requiere un gran liderazgo que haga realidad nuestra participación en La Revolución del Conocimiento. El Dr. Fernández necesita pasar del discurso a la acción.

La banca multilateral necesita también ejercer su liderazgo, para apoyar la profundización de la reforma, colaborando decididamente a impulsar el desarrollo de un vibrante mercado minorista. Ese liderazgo surge de una reestructuración que elimina las barreras que impiden el aprovechamiento de los grandes recursos que poseemos en el lado de la demanda y que reduce el impacto al medioambiente que genera el lado de la oferta.

La propuesta de reestructuración que la firma Houlihan Lokey Howard & Zukin está realizando, a partir de lo cual el Gobierno “garantizará las fuentes de financiamiento necesarias para honrar las deudas consensuadas” es una pieza clave para negociar la transformación del sector que haga esa la última reestructuración de la deuda que tenga origen en el sector. La electricidad sin control de precios es la estrategia de transformación que necesita la República Dominicana para sacar el sector eléctrico de la quiebra en que se encuentra y posicionarlo en pocos años en la zona de los beneficios vía la total despolitización, eliminando, de una vez por todas, el barril sin fondo que tanto tiempo empobrece a la nación.

José Antonio Vanderhorst Silverio, PhD
Consultor Interdependiente en Electricidad
Propulsor de la Electricidad Sin Control de Precios
Semilla Orgánica del Grupo Millennium Hispaniola


© 2006. José Antonio Vanderhorst Silverio, PhD
Todos los derechos reservados.

Editorial Listín Diario: ¡Que los desenmascaren!

Algún día tendrá que dilucidarse hasta qué punto estos bancos internacionales, que presumen de ser rectores del quehacer económico de un país, han sido tan culpables o compromisarios de estas prácticas engañosas y fraudulentas que perpetran sus patrocinados locales en el negocio eléctrico.

Una sistemática tanda de apagones ha provocado las ascuas de la ciudadanía en muchas ciudades y barrios del país.

El ente estatal CDEEE sugiere que esos apagones son provocados intencionalmente por los generadores, y que no existen motivos “financieros” para que, de repente, muchas plantas comiencen a presentar supuestos desperfectos.

Este es un clásico “tira y jala” que le cuesta a la sociedad un tremendo desasosiego, así como muchas pérdidas y trastornos en su ritmo de vida, económica y socialmente.

Vistas las cosas así, tan simples, parecería que estos “affaires” conciernen exclusivamente a los actores públicos, cuando lo cierto es que detrás del conflicto hay intereses que intervienen intencionalmente para beneficiar a una de las partes, es decir, a la que se gana la millonada explotando abusivamente a los usuarios.

Es bueno que se ponga en claro que toda esta anormalidad es el producto de un esquema abusivo de negocios que se ha implantado en el país con el no disimulado patrocinio de bancos internacionales que, en su afán de buscar salida a sus usureras asistencias financieras, exigen a los gobiernos que se sometan a condicionalidades que tienden a favorecer más a los que negocian con este recurso que al pueblo que, sin recibirlo a plenitud, pasa un sinfín de penurias por esa causa.

Algún día tendrá que dilucidarse hasta qué punto estos bancos internacionales, que presumen de ser rectores del quehacer económico de un país, han sido tan culpables o compromisarios de estas prácticas engañosas y fraudulentas que perpetran sus patrocinados locales en el negocio eléctrico, y hasta dónde su papel como diseñadores de políticas nacionales ha sido más dañino para los pueblos que las incapacidades o ineficiencias de sus gobiernos.

Los grandes culpables no son los empobrecidos, que ni siquiera pueden pagar el servicio, sino los grandes intereses que se lucran del negocio y que son capaces de arrodillar y ridiculizar a los gobiernos, contando con la generosa, pero al mismo tiempo interesada, asistencia de estos sonoros bancos internacionales.

CDEEE culpa al FMI y BM de déficit del sector eléctrico

Listín Diario. Por Jairon Severino. SANTO DOMINGO.- El sector eléctrico está operando con un déficit mayor al proyectado para este año. La administración de la Corporación de Empresas Eléctricas Estatales (CDEEE) echa la culpa al Fondo Monetario Internacional (FMI) y al Banco Mundial (BM), debido a que obligaron a una subvaluación del precio de los combustibles.