Muchas gracias a los líderes como Edwin Croes, Rolando Reyes, Darío Arias, César Feliz, y otros no menos importantes, por sus siempre importantes aportes, relacionados en este caso sobre lo tratado en el asunto “El Potencial de un Innovador Mercado Minorista.” Mi agradecimiento es doble porque sus críticas me han permitido reflexionar sobre los acontecimientos hasta convencerme a mi mismo que debemos iniciar la revolución necesaria de la EWPC sin perder más tiempo. Espero que otros queden convencidos de la misma manera.
Como se destaca en el resultado de la encuesta que aparece en la nota eMail Enviado: Todos a Favor de Probar la EWPC (pulsa ese y los enlaces que aparecen más adelante para leerlo), no apareció nadie que estuviera opuesto a una prueba objetiva de la EWPC. Lo que sí han aparecido son personas que quieren estar seguras de que la EWPC funciona y si ese el caso no veo ninguna razón para hacer la prueba. La alternativa es hacer lo que hizo el CONEP de contratar a un consultor para preparar una propuesta a la que nadie ha exigido hacer una prueba y que comento más adelante.
Les adelanto a esos señores que respeto mucho sus observaciones, pero que necesariamente me llevan a ofrecer importantes aclaraciones que más que justifican una prueba subjetiva de la EWPC, en vez de una prueba objetiva como la estaba proponiendo. En lo que sigue el ejercicio de la prueba subjetiva ya está hecho, pudiendo evitar que sigamos perdiendo un tiempo precioso para realizar una prueba objetiva para reorganizar la industria eléctrica. De eso se trata este manifiesto que como arquitecto de la EWPC someto a los líderes de la sociedad dominicana para detener el colapso que estamos experimentando.
Ante todo cabe recordar mi oposición a estudiar la propuesta del CONEP, que se estaba vendiendo como una prueba objetiva de que la capitalización puede funcionar. La respuesta final aparece en la nota Lectura Obligada: Innovación Institucional Emergente, que es precisamente relacionada con el tema crucial del potencial innovador del mercado minorista de electricidad, donde destaco una serie de consejos que he ofrecido en los últimos años. Digo en la introducción de esa nota, que es más que nunca de lectura obligada, que “Es al articular mis consejos que ha emergido el más potente de los consejos que debe llevarnos a la urgente necesidad de la innovación institucional.”
En la conclusión de la nota escribo que “Un nuevo e importante consejo emerge de todo lo anterior. El cambio cultural que requiere el contexto particular dominicano no es factible realizarlo con las distribuidoras concentrando su atención en el hurto de electricidad sin satisfacer las necesidades del costo que imponen los apagones y mucho menos para cerrar la brecha de institucionalidad dentro del ambiente que rodea el corrompido orden imperante. Necesitamos hacer que los detallistas de segunda generación desarrollen sus actividades en el marco institucional emergente que de lugar a lo que vislumbré hace cinco años y que consigné en la nota Un País Sin Apagones. Por eso la EWPC no es solamente una transformación técnica simple; es ante todo una gran transformación cultural.”
Admito que es cierto que hay cosas sobre la EWPC que todavía no se han entendido. Igualmente, por los resultados acumulados en el último medio siglo, que veremos más adelante, tampoco se han entendido a cabalidad muchos otros aspectos del sector eléctrico. La prueba de ello está, tanto del fracaso de la integración vertical, que nunca se implantó como debió ser, como del nuevo y costoso fracaso rotundo de la capitalización, por quienes (las personas claves) se supone lo deben entender. Este último fracaso lo anticipé con pelos y señales, en marzo del 1999, justo previo a la capitalización, con el artículo Grito Patriotico por la Interdependencia Eléctrica, que se publicó a página llena en el Listín Diario.
Afirmo que precisamente por esas cosas que no se han entendido, no hay ninguna razón para impedir que se proceda con determinación a reorganizar la industria con la EWPC. Ese impedimento es especialmente innecesario, cuando hemos venido experimentando sin dar las explicaciones que luego se hayan comprobado con la realidad desde que Trujillo nacionalizó la industria eléctrica.
Sucede que durante todo este perenne proceso nuestra realidad distaba mucho de lo que acontecía en otros lugares del mundo. Así se explica en la noticia del Listn Diario Recompra de EdeEste da oportunidad de reforma, que destaca que hemos estado más avanzados que la mayoría de los países del mundo para pasar del servicio eléctrico con precios y apagones socializados a los precios y apagones individualizados que reflejen el valor (no el costo) real de la electricidad.
En cuanto a la nueva realidad, o por el contrario a la ilusión, independientemente del comportamiento del Dr. Fernández, quien es ahora mismo el Presidente de todos los dominicanos y a quien al igual que todos debo respetar, sostengo y reclamo como mía su expresión de “que la única manera de superar la crisis actual es siendo creativos, imaginativos y estableciendo alianzas que permitan diseñar una estrategia de desarrollo.” Esa es en realidad la única manera de superar la crisis sistémica del sector eléctrico, cuyo problema necesita ampliarse para encontrar una solución como la EWPC que tiene aplicación global e involucra la necesidad de establecer alianzas con inversionistas y suplidores aquí y también para penetrar con la EWPC en mercados extranjeros.
No importa que en los Estados Unidos y Europa los incumbentes del sector eléctrico sigan extendiendo incrementalmente sus modelos de mercados organizados e incompletos, con servicios que siguen siendo exclusivos y por tanto de difícil aplicación al mercado de la Base de la Pirámide. En el mercado global solamente en la China y la India hay mucho más oportunidades de mercado para hacer el "leapfrog" al aplicar la EWPC, que ofrece una solución inclusiva, luego de que nos expandamos a Centroamérica y el Caribe. Más adelante, cuando explote la burbuja de los mercados mayoristas organizados, cuando lleguen al camino sin salida, estaremos en capacidad para acceder a esos grandes mercados de los que hoy son países desarrollados.
Es precisamente al Presidente Fernández, y a nadie más, a quien le toca institucionalmente, hasta el 16 de agosto del 2012, como máximo líder de la nación, ejercer con firmeza la voluntad política suya, apoyando y apoyándose en la voluntad correspondiente de otros líderes no menos importantes, a lo que puede resultar en la solución definitiva de la crisis sistémica de electricidad. De ser así, le quitaría de una vez por toda la pesada carga que tiene nuestra sociedad para educarse, mantenerse saludable, desarrollarse y progresar en un mundo globalizado.
Dicho lo anterior, me siento con todo el derecho a reclamar un liderazgo compartido que hace esa expresión mía también, porque eso es precisamente lo que he venido haciendo responsablemente desde que llegué a CDE, luego de que me becaron en 1966. Puedo decir con mucho orgullo a posteriori que esa expresión refleja fielmente lo que ha sido mi norte en el desarrollo de la EWPC.
Cada vez más sigo enfocado en esa idea sencilla que nació en 1995, cuando del CONEP me solicitaron que investigara e informara como se resolvía la crisis eléctrica. Esa idea original, creativa e imaginativa, que apareció por primera vez en 1996 en el documento Necesidad de una Politica Integral de Electricidad para la República Dominicana ha evolucionado grandemente y tiene ahora todo el potencial de ayudar a transformar la República Dominicana.
Cabe destacar una característica clave de la política integral sugerida y es que la demanda se integra a la planificación, la operación y el control del sistema interconectado. Esa característica clave es la que sustenta el potencial de un Innovador mercado minorista que no existe en los otros modelos que siguen manteniendo la demanda como una externalidad. No me cabe ninguna duda de que con la voluntad política de una masa crítica de líderes, la innovación básica EWPC puede llegar a convertir la electricidad nuestra marca-país.
Como han leído, acudo a la voluntad política, porque después de mucho esfuerzo y muchas canas, en que me he convertido en el arquitecto y líder de la EWPC, me he convencido que con la lógica estratégica objetiva que solicitan algunas personas no es posible hacer dicha transformación, sino que esos encuentros le sirven principalmente al status quo, como ha venido sucediendo en todos los encuentros del sector eléctrico desde que tengo conocimiento. Lo que se necesita es iniciar un proyecto para implantar la EWPC.
Como toda obra de muy elevada complejidad, esa transformación solo se logra con el liderazgo de la lógica subjetiva (muy distinta a la objetiva) de la acción con voluntad política que incentive un cambio cultural revolucionario. Además, he llegado a la conclusión en que lo que solicitan es imposible, especialmente en un mundo en que el futuro desde los años 70 ha dejado de ser la continuidad del pasado y en que por tanto la innovación y la creatividad para reordenar la industria son primordiales. Tal y como el compañero José Ramón Bonilla repite muchas veces, en esta situación aplica el aforismo jurídico que cae como anillo al dedo, “nadie está obligado a lo imposible.”
Para comprobar en efecto la realidad de la falta de innovación y creatividad en el sector eléctrico, acudo a la certera síntesis de Miguel Ceara-Hatton, quien en su columna de Clave Digital titulada “Cuestión eléctrica,” nos ofreció hace unos días, del que extraigo y simplifico lo siguiente: "En las últimas 5 décadas RD ha sufrido de apagones de varias horas al día y cuando se han reducido, es porque aumenta el subsidio público al sector eléctrico… según ENDESA 2007, el 51.7% de la población se alumbra alternativamente con velas, el 25.6% con lámparas de kerosene, el 18.9% con inversores, el 5.8% con gas y sólo 0.91% de la población cuenta con algún generador eléctrico propio."
Ese párrafo que combina dos segmento de la fuente original da prueba fehaciente de que lamentablemente todas las ilusiones en la integración vertical y en la capitalización se han desvanecido. Lo que sigue se concentra en los aspectos de lógica objetiva que no deben de ninguna manera impedir la implantación de la lógica subjetiva.
Si se usan las sugerencias de Ignacio Pérez-Arriaga, que se concentran en mercados mayoristas (primer eslabón de la única cadena) organizados incompletos, los precios minoristas dependen ciertamente de ese primer eslabón. En algunas jurisdiciones existen detallistas de primera generación, que siguen al primer eslabón. Por el contrario, en la innovación básica EWPC hay dos cadenas: una innovadora y creativa de valor y otra tradicional de suministro, como expliqué en el artículo An Alternative Business Case for Demand Response, que me publicó Energy Pulse en noviembre del 2005.
Contrario a esa dependencia del mercado minorista del mayorista, en la EWPC, esos mercados libres se refuerzan mutuamente, como se explica a seguidas. A nivel de la cadena de suministro, el transporte (transmisión y distribución física) regulado (y sus actividades conexas de planificación, operación y control del sistema interconectado) juega el rol principal para asegurar que el sistema se expande (inversiones en transporte consecuentes con la oferta y a demanda comprometida) y opera como un todo al mínimo costo. De existir la voluntad política necesaria ese mínimo costo habilita el máximo bienestar social en los mercados libres.
Es así como el transporte de electricidad pasa a un rol secundario en la cadena de valor de los mercados, similar a lo que ocurre en la mayoría de las industrias donde se paga un flete (peaje en electricidad). Los detallistas de segunda generación compiten por los clientes finales y desarrollan el innovador mercado minorista para dotarlo de elasticidad. Al disponer de una demanda elástica, esos detallistas compiten también con los generadores.
Estamos en una situación en que los contratos del Acuerdo de Madrid se vencen en pocos años y es de vital importancia que no se firmen nuevos contratos similares, sino que la nueva generación esté obligada a competir en el mercado mayorista a largo plazo y también a corto plazo con base a una nueva ley basada en la EWPC.
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