“… hace cinco siglos que se le pidió a Niccolo Machiavelli que investigara porqué Pandolfo Petrucci era tan inconstante en su comportamiento. Machiavelli quedó profundamente impresionado por la explicación de Petrucci: “Deseando cometer la menor cantidad de errores, conduzco mi gobierno día a día y arreglo mis asuntos hora por hora porque los tiempos son más poderosos que nuestros cerebros” — cita tomada de la nota de junio del 2006, Sr. Zapete: ¿Debería Leonel Administrar lo que Queremos?
Es verdad: "No se debe gobernar con las redes" sociales. La anterior cita es suficiente para el público general. Esta nota, sin embargo, es para los expertos que necesitan tomar conciencia y actuar en consecuencia, porque no estamos solos. El mundo global ha convergido en una gran incertidumbre. Vienen aconteciendo crecientes protestas que fueron documentadas por fuentes reconocidas. La inseguridad que vivimos es la encarnación de nuestra protesta en el contexto de la incertidumbre local.
Parece que para responder distinto a las reacciones de Pandolfo Petrucci, Leonel Fernández y Luis Abinader, en una situación de cambio civilizacional, me he podido adelantar en exceso para ofrecer mi contribución sobre cómo responder proactivamente a las nuevas circunstancias. Se trata, por ejemplo, lo que llamo redes de etiquetas que pretenden reemplazar el "paper" científico.
Tales redes de etiquetas son elaboradas en un subconjunto que va más allá de las redes sociales en la plataforma Twitter. El objetivo es tratar de acercarnos al futuro emergente que abajo se refiere a minimizar las consecuencias no deseadas. Es una señal de la necesidad de una revolución científica que se reitera al final de la introducción.
Dicho eso, espero que me consideren como alguien que llegó de la Universidad de Cornell en 1972, como alguien que precede y educa al nativo digital; como un agente global externo a la República Dominicana, para evitar el dicho de que no hay profeta en su tierra. Lo que sigue es una arista en lenguaje llano de los antecedentes a los que reivindico haber contribuido, aprovechando mayormente lo que obviamente otros han contribuido.
Una introducción de regreso al Grupo Millennium Hispaniola
Lo que empecé en mayo del 2005, orientado al sector eléctrico, llevó el 30 de octubre de 2009 al ejercicio del Desarrollo de la Visión Compartida de Futuro del Grupo Millennium Hispaniola. El resultado de ese ejercicio se consignó el 19 de noviembre de 2009 en la Visión Compartida de Futuro del Grupo Millennium Hispaniola. De dicho resultado, selecciono lo siguiente:
Conforme a la visión
compartida del GMH podemos empezar con una estrategia orientada al mercado
global, centrada en el rejuvenecimiento de la educación, la electricidad y la
salud, desplegando el potencial de las tecnologías de información y
telecomunicaciones a esos sectores.
Con el paso del tiempo, el rejuvenecimiento sobre la salud no se tocó más hasta que llegó la pandemia que se trató en otros medios diferentes al Blog GMH; el rejuvenecimiento sobre la educación continuó, pero el énfasis se concentró en el sector electricidad. Tal énfasis reconoció que se trataba de un problema perverso en la circunstancia global que desborda la circunstancia nacional. Adelantándome un tanto, sin embargo, resultó que la salud y la educación son igualmente problemas perversos en la circunstancia global. En los antecedentes ya se ha adelantado bastante como se debería desplegar el referido potencial de las TICs, por medio de red de etiquetas.
Increíble, pero cierto, lo primero que se necesita no es una estrategia orientada al mercado global. Eso vendría después. Lo primero es una transformación civilizacional, que se iniciaría con una Declaración de Interdependencia Global. Se crearía un Estado Global descentralizado, con la soberanía de la gente de todo el mundo global, que como mucho sería delegada a lo municipal. La soberanía de las naciones fue una salida valiosa en su momento histórico de la Era Contemporánea. Sin embargo, ya hemos pasado a la Era Cibernética.
El modelo marco que sirve como la circunstancia de mayor influencia a toda la gente del mundo global pasa de La Riqueza de las Naciones a La Riqueza de la Globalización con el mencionado cambio civilizacional. Mientras la mayoría de esa gente sigue viviendo en la Edad Media Global bajo la soberanía nacional, existe una élite global que mantiene secuestrada la globalización.
Tal secuestro hace que contemos con sistemas cada vez más antisistémicos: aquellos que generan consecuencias no intencionadas y también mal intencionadas para la gran mayoría de la gente con la ayuda de lobistas al servicio de la élite. Para minimizar tales consecuencias negativas necesitamos sistemas sistémicos, especialmente en los sistemas de democracia.
Dicho lo anterior, antes de que tratemos
de seguir a los países desarrollados de La Riqueza de las Naciones, necesitamos
aceptar que bajo La Riqueza de la Globalización no puede haber países
desarrollados. Primero necesitamos la Transformación civilizacional global y
luego la Transición estratégica nacional. Vengo solicitando sin éxito un ejemplo de nación con democracia sistémica.
Es bajo dicha Edad Media Global que sigue la creciente incertidumbre que impide, por ejemplo, el rejuvenecimiento de la educación, la electricidad y la salud; no es plausible seguir la ilusión de la Estrategia Nacional de Desarrollo, sugerida por las Naciones Unidas con la Agenda 2030. Esa ilusión no es plausible en ninguna nación del mundo global. La red de organizaciones de las Naciones Unidas necesita una transformación mayor.
Ligada al rejuvenecimiento de la electricidad está la crisis del Cambio Climático. Bajo la creencia de que “La tercera es la vencida,” en abril del 2015 escribí la nota After a million total views in EWPC Blog, a climate change architecting hypothesis breakthrough for COP21, algo así como “Después de un millón de vistas al blog EWPC, una hipótesis de avance de la arquitectura de cambio climático para la COP21.”Recientemente se logró una victoria pírrica en la COP27: financiamiento para pérdidas y daños, pero con más cambio climático de lo mismo. Es decir, sin tomar, por ejemplo, en cuenta la respuesta de cambio civilizacional de esta nota.