Una de las más grandes preocupaciones de la liberación de los mercados eléctricos al detalle es la protección de los más humildes. Por eso la autoridad política defiende el control de precios de la electricidad. Para acomodar la situación y abrir el camino a la diferenciación, los consumidores más vulnerables podrían acogerse a un control de precios regulado con una seguridad mínima de suministro.
Los precios por esa seguridad de suministro serían menores que los que resulten de una tarifa técnica con seguridad de suministro promedio. Para fijar esos precios, la autoridad haría concursos entre los comercializadores al detalle que participan en el mercado. Todos los clientes eligirían libremente la oferta que más les convenga. Durante una transición.
El proceso de transición al seguro de ley podría tomar varios años, ya que depende de la implantación de los sistemas de respuesta de la demanda. No obstante, a muy corto plazo se pudiera implantar a nivel de circuitos, dentro del proceso de administración de la demanda. El proceso de transición a la respuesta de la demanda se haría circuito a circuito, iniciando el esfuerzo con los circuitos de nmenores horas de interrupción. Así, la liberación del mercado minorista podría iniciarse a la mayor brevedad.
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