Por José Antonio Vanderhorst Silverio, PhD., adaptado de una columna de José P. Monegro, Subdirector de El Día, bajo el título “Las filosofías eléctricas de Temo y Radhamés.”
Las tres visiones del tema eléctrico se ponen en la mesa justo cuando empiezan a plantearse medidas a corto, mediano y largo plazos para enfrentar un problema que por años agobia a los dominicanos.
Al parecer estamos en un momento de grandes decisiones para el sector eléctrico en su conjunto y por lo tanto vuelven a surgir entre Juan Temístocles Montas y Radhamés Segura importantes diferencias sobre como abordar el asunto eléctrico, diferencias estas que dejan de ser importante con la visión progresista del Dr. José Antonio Vanderhorst Silverio.
En el primer vértice del triángulo, Temístocles Montas mantiene firme su convicción de que el Estado debe alejarse del negocio eléctrico y fortalecer su rol de ente regulador de las empresas privadas entre sí y del público con esas empresas. En realidad, con la capitalización el presupuesto se ha mantenido ligado al sector y por eso el Dr. Vanderhorst Silverio está convencido de ir mucho más lejos: se necesita cortar definitivamente ese cordón umbilical en un plazo razonable.
Fue Temístocles Montas el propiciador del actual modelo de capitalización, que en verdad es un modelo de mediatización, de las áreas de generación y distribución-comercialización de la energía, funciones que controlaba la antigua Corporación Dominicana de Electricidad. El modelo de capitalización fue un trasplante que no tomó en cuenta la realidad dominicana, realidad esta que nos coloca al frente de los países que siguen funcionando cuando se cae el sistema interconectado. Por eso fue que el país creció (pudo seguir creciendo si la reforma hubiera sido como sugirió el Dr. Vanderhorst Silverio en 1996) en los años 90, ya que cada cliente podía disponer de la confiabilidad que requería y que ahora se ha distorsionado.
En su fuero interno el Secretario Técnico de la Presidencia está convencido de que ese modelo no fracasó, sino que a mitad de camino hubo intentos de abortarlo y sabotearlo. De ahí su insistencia de reprivatizar las distribuidoras-comercializadoras EdeNorte y EdeSur. Incluso, su visión capitalizadora va más lejos ahora, al impulsar que el capital privado llegue hasta las áreas de generación de electricidad de las hidroeléctricas.
En otro vértice del triangulo, el Dr. Vanderhorst Silverio, quien propugna por la electricidad sin control de precios (ESCP), sostiene que reprivatizar las distribuidoras-comercializadoras sin introducir cambios substanciales en la Ley General de Electricidad y su Reglamento de Aplicación es una idea totalmente defectuosa que nos llevará en poco tiempo hacia una pared. Su visión es la de separar la comercialización de la distribución y dejarla a la competencia entre detallistas que ayuden a los clientes a seleccionar los planes de servicio que les habiliten a recibir el mayor valor posible de la electricidad de 4 a 8 años. Los monopolios naturales de distribución entonces se reintegrarían con los monopolios naturales de transmisión de su área de influencia para ofrecer un servicio de transporte de clase mundial, administrar los mercados y garantizar un abastecimiento adecuado y económico a corto y largo plazos.
En el vértice restante está Radhamés Segura, quien tiene una visión del tema eléctrico totalmente aferrada al pasado. El accionar del actuar administrador de la Corporación Dominicana de Empresas Eléctricas Estatales va en dirección de fortalecer la participación del Estado en el negocio eléctrico. No confía que el sector privado maneje un recurso tan estratégico, máxime si se toma en cuenta que la capitalización lo único que ha logrado es enrarecer aún más la industria eléctrica. A lo interno del Gobierno (antes y ahora) Segura ha sido un critico de cómo se aplicó el proceso de capitalización, aunque al fin de cuentas tenga que “amarrar el caballo donde diga el dueño.”
El administrador de la CDEEE tiene toda la disposición de exorcizar los demonios eléctricos y forzar a una renegociación con las empresas generadoras de contratos que ha demostrado ser un obstáculo si se quiere que el sector eléctrico sea sostenido. Vanderhorst coincide con esa disposición que no es económica bajo una visión de pasado pero sí de futuro. En la visión con futuro los generadores dejan de ser el centro de atención que pasa a ser ocupado por el monopolio del servicio de transporte y administración de mercado.
Afortunadamente, la contrarreforma que mantiene a EdeNorte y EdeSur en manos del Estado permite que adoptemos esa visión clara, contundente y con futuro. En el modelo de la CDEEE los mercados mayorista y minorista son mercados controlados. En el modelo de capitalización el mercado mayorista es libre y el minorista es controlado. En ambos casos el control de precios en el mercado minorista se liga a las finanzas del Estado, y como todo control de precios obliga a racionar resultando por tanto visiones bastante nubladas que mantienen los apagones. En el modelo de la ESCP ambos mercados tienen sus precios libres y por lo tanto se puede concebir una visión innovadora de un país sin apagones, que al mismo tiempo ofrece mucho mejor servicio al cliente de escasos recursos y cuya propiedad intelectual tendría un alto potencial de exportación.
En una reunión que no invitaron al Dr. Vanderhorst Silverio, los dos colosos del sector eléctrico en el Gobierno volvieron a pulsear el sábado en la Fundación Global. El juez, Leonel Fernández, no tendrá que decidir hacia donde se inclina la balanza si toma en cuenta la visión innovadora. Las decisiones que se tomarán en los próximos días son fundamentales para el futuro eléctrico, por eso no se pueden perder de vista ni un momento las acciones de Temístocles, Radhamés y Vanderhorst Silverio, porque de eso dependerá en qué condición se sentarán las empresas privadas en la mesa de las negociaciones.
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