Ayer el Poder Ejecutivo sometió al Congreso cambios importantes a la Ley General de Electricidad. Uno de ellos es para resolver el problema del hurto que realizan los clientes.
Resolver el hurto de los clientes es absolutamente necesario, pero lamentablemente insuficiente. El hurto tiene dos vertientes: el hurto de los clientes y el hurto del sector eléctrico a los clientes.
El hurto a los clientes es tan importante como el de los clientes. Sin embargo, la estrategia del gobierno parece estar diseñada para resolver primero el hurto de los clientes, posponiendo quien sabe para cuando el segundo. Los afectados deben tener esto bien presente y exigir sus derechos.
La mala calidad de servicio – sin una compensación justa - es un hurto a los clientes que no es exclusivo de las distribuidoras y que se realiza al amparo de las autoridades. Es el resultado de un descuido y también de deficiencias importantes en las reglas de juego, que por sí solas exigen una reforma del sector eléctrico.
La mala calidad del servicio arranca en el Organismo Coordinador que es incapaz, en buena parte por falta de liderazgo, de planificar la operación del sistema en Estado Normal al querer ceñirse mansamente a una normativa defectuosa.
Como bien apuntan expertos de PA Consulting, citados en la nota Oferta Servicio Apoyo a Renegociación Parte 2, “Los mercados mayoristas de electricidad liberalizados han sido atacados por sus deficiencias percibidas. Edward argumenta que los beneficios competitivos de los mercados mayoristas no se han logrado nunca debido al impacto nocivo de la regulación del mercado minorista y las intervenciones políticas, las cuales desacoplan al consumidor final de los precios de mercado en tiempo real, frustrando las decisiones adicionales en el consumo de electricidad. El concluye que solamente cuando el cliente al detalle se le permite decidir cuando y como consumir basado en los costos reales de proveer el servicio, podrán los muchos beneficios prometidos de los mercados competitivos de electricidad hacerse realidad.”
En síntesis, interpretamos que PA Consulting expresa el efecto nocivo que ofrece la capitalización ideal por su regulación al mercado minorista. En un borrador que miré del proyecto de ley, los derechos adquiridos por los clientes de más de 200 kW, estarían siendo secuestrados, como avanzamos en la nota El Dilema de los Bueyes que no Quieren Cambiar Parte 3.
De todo lo anterior resulta claramente que es insuficiente resolver solamente el hurto de los clientes y eliminar todos los efectos perversos (y los que no son perversos, como la compensación a los clientes y la reducción a 200 kW) que ha recibido la capitalización con las intervenciones políticas de contrarreforma. Es necesario y urgente también, por lo tanto, aprovechar este momento para resolver el impacto nocivo de la capitalización a los clientes regulados. De lo contrario, se negarán los beneficios de los mercados competitivos y el hurto del sector eléctrico a la mayoría de dichos clientes continuará.
Tal como sugiere Diario Libre, en su editorial del 7 de diciembre, lo primero a discutirse en la renegociación debería ser el modelo. El GMH ha estado laboriosa e incansablemente en el desarrollo en un modelo de arquitectura y diseño de mercado, que denomina la electricidad sin control de precios. Ese modelo es un híbrido de un mercado controlado de transporte (transmisión y distribución reintegradas) y un mercado libre y competitivo de generación y comercialización al detalle.
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