En la modificación de la Ley General de Electricidad debería quedar implantada una política de reducción a la pobreza. Por más de 21 meses, he tratado de influenciar con una política como esa. Una prestigiosa universidad de Estados Unidos ha aceptado mi contribución a una conferencia sobre el futuro de la industria eléctrica mundial a celebrarse el mes que viene.
Al respecto, he enviado muchísimos mensajes al gobierno y al Banco Mundial. EL BM está a cargo del sector eléctrico en estos momentos; el BID acordó no intervenir. La respuesta de dos contactos en el BM es que debo escribir al Secretario Montás, porque es el quien tiene la última palabra. Lo hice y no he recibido respuesta todavía.
José Antonio Vanderhorst Silverio, PhD
Consultor Interdependiente (Sistémico) en Electricidad
Transcribo lo siguiente de la carta del Director:
Me llamó la atención el tema eléctrico, sobre el que dicen lo siguiente: “como es bien sabido, la República Dominicana tiene uno de los servicios de electricidad menos confiables de América Latina y el Caribe, (se recibe 10 veces menos electricidad que el promedio de la región), con apagones extendidos que obstaculizan seriamente las operaciones comerciales y la vida cotidiana en los hogares. También persisten algunas brechas en la cobertura de la red”.
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