Esta nota es en respuesta a la solicitud de @duarte101: “Queremos que nos envíe un artículo sobre el nombramiento de Celso @ CDEEE y si será un aporte para el sistema eléctrico.” Mis sugerencias son las de un consultor sistémico que se ha convertido en el arquitecto de sistemas de la solución definitiva renacentista a la altamente compleja crisis y no las de una persona interesada en administrar la CDEEE.
Escuché muy atento sobre lo que Celso Marranzini explicó en una reunión que asistí y, aunque que no tengo el derecho a divulgar lo tratado, el resultado neto es que quedé muy bien impresionado. No me cabe ninguna duda que el nombramiento de Celso Marranzini puede a la postre resultar muy positivo.
Celso tiene todo el potencial para convertirse en un gran aporte, siempre que apoye el proceso de liderazgo que debe impulsar la Comisión Nacional de Energía (CNE) para tratar de alcanzar el propósito del máximo bienestar social. Ese proceso necesariamente requiere un cambio de la Ley General de Electricidad 125-01, que está concebida para desarrollar exclusivamente los recursos de la oferta y no los de la demanda, por lo que se trata de un mercado incompleto e inestable.
El desarrollo e integración al sistema de los recursos de la demanda la dotará de la elasticidad que necesitamos para lograr dicho propósito, que permitirá menores precios en el mercado mayorista. Se trata de una gran reingeniería integral del sector que va más allá de los medidores, para incluir las grandes inversiones de los consumidores, en vez de la de sus partes que impiden el propósito esperado.
En ese tenor, Celso junto a Enrique Ramírez y Francisco Méndez deben tener como misión, completamente alineada, asegurar que la banca multilateral cambie su planteamiento inicial de que lo que se necesita es administrar la demanda para aumentar los cobros bajo la Ley 125-01, para pasar a apoyar el proceso de liderazgo para reestructurar el sector y profundizar la reforma lo que también llevará a la CDEEE a su mínima expresión. Esa acción no puede esperar a que se cumplan los dos meses que necesitan los expertos de los bancos, sino que requiere una acción proactiva para entrar en contacto e informarles del cambio de planes en esta misma semana.
El cambio en la ley debe estar orientado a permitir que los precios de electricidad reflejen no solo el valor que provee la energía, que hace que el servicio sea exclusivo, sino también el que provee la seguridad de suministro que lo transforma en inclusivo, haciendo que los pobres puedan oferta dicha seguridad de suministro al sistema. Ese cambio de paradigma transforma el servicio de uno promedio socializado a uno variable individualizado que es el que está emergiendo a nivel global.
Sería muy costoso tener que pagar por dos grandes cambios culturales, uno para aumentar el cobro, y otro para progresar, cuando al hacerlo de una vez por todas saldrá mucho menos costoso que cualquiera de los dos. Es decir, que necesitamos separar las actividades comerciales de las distribuidoras, que ellas realizan, a las que se les traspasará las de operación de transmisión en su área correspondiente para ofrecer un servicio regulado de transporte de electricidad que deberá ofrecer a la República Dominicana Un País Sin Apagones.
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