En la noticia del Listín resulta evidente un gran dilema. El país cuenta con un gran potencial eólico y una restringida capacidad de penetración de esa capacidad en el sistema interconectado. La penetración no está especificada directamente en la Ley General de Electricidad, sino de manera indirecta, que sólo se puede comprobar con estudios.
Conformé a las dos primeras partes de esta serie, debe resultar evidente que la penetración de la energía eólica es mucho mayor, cuando se trata de Small is Beatiful. Ese dilema se complica cuando el país debe definir cuanto es el subsidio que debe recibir la energía renovable y quienes deben recibirlo. Bajo el esquema de grandes centrales eólicas sólo un puñado de inversionistas recibiriían los beneficios. Sería a todas luces una distribución de la riqueza que es contraria al desarrollo humano inclusivo y renovado. Es preciso democratizar la distribución de esos beneficios, al tiempo que se reducen los incentivos a la corrupción inherente que unos pocos proyectos eólicos pueden generar.
Hagamos los estudios y los impactos que se requieren antes de embarcarnos en un proceso que puede traer toda una serie de efectos secundarios negativos que son previsibles desde ya. Simulemos todos los costos directos e indirectos, incluso los costos de intereses durante la construcción de los grandes proyectos. Hagamos un desarrollo eólico inclusivo, interdependiente y novedoso. Repitamos hasta la saciedad: "Small is Beautiful."
1 comentario:
El artículo de Bernado Vega en El Caribe toca el tema de la corrupción inherente a, por ejemplo, a los proyectos de parques eólicos. Dice Bernardo que "corruptor es tanto el suplidor extranjero que entrega el dinero que ampara el soborno, como el banco privado que financió los bienes, así como la agencia estatal que garantiza ese préstamo contra riesgos políticos."
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