Por: Luis H. Arthur S. http://www.luis.arthur.net/ http://www.luisharthur.blogspot.com/
31 Agosto 2007
Cuando en Junio del 1957 me gradué en el Politécnico Loyola de Perito en Electricidad Industrial me vine a trabajar por $80 mensuales a Ciudad Trujillo.
En Septiembre a mi y un compañero nos vista en el trabajo don Luis Ruiz P., SubAdministrador de la CDE y nos informa que por instrucciones del Generalísimo, dado que éramos de los primeros técnicos graduados en electricidad en el Politécnico, debíamos ir a trabajar a la CDE. La idea era que tras conocer la institución, se nos mandaría al extranjero a ampliar estudios para eventualmente sustituir al personal de Stone & Websten, antigua dueña, con contrato de administración técnica. Nos pagaban $200. Los dominicanos que ahí trabajaban hasta por 30 años, obreros que habían subido a capataces, ganaban lo mismo nuestro y nos adverasaron pensando que íbamos a sustituirlos…
En 1968 graduado de Ingeniero Electricista en el Tecnológico de Monterrey, volví a la CDE y el panorama era distinto. Los extranjeros eran pocos. Algunos de los capataces eran Superintendentes y junto a Ingenieros Civiles tenían el mando y la guerra contra mi fue ardua, pues ellos pensaban en sus empleos. Vinieron más ingenieros y para 1970 ya éramos varios en las distintas áreas, hasta que en 1971 me fui a trabajar en mi empresa de la que viví el resto de mi vida productiva.
Cuento esto, porque quizás le sirva de lección a muchos que se preparan bien, cada vez mejor y regresan a este país de precariedades con las mejores intenciones de ayudar, y se encuentran una muralla infranqueable de personas que al protegerse, retardan el avance del país.
Después de 40 años de este anécdota de vida, la situación es igual. El Presidente que habla bonito prometiendo becas para estudios y especializaciones, mientras nombra personas de dudosa y hasta de reconocida incapacidad técnica para las área en que los asignan, y su perenne acción es bloquear a los criollos capacitados y honestos. Un país sin metas, sin laboratorios, investigación, ni apoyo, donde lo que vale es lo que diga algún asesor extranjero, y cualquier pirata que comparta dinero y compre concesiones, de playas, terrenos, viento y sol. ¡Por eso tantos no regresan o se van pronto! Gastamos en prepararlos, no sabemos cuidarlos y los regalamos olímpicamente.
luis@arthur.net
Original Zancadillas
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