¡Buen día!
Muy cortésmente, les informo que lo que sigue está amparado en todos los mensajes anteriores que como arquitecto de sistemas de electricidad he venido divulgando recientemente. Dichos mensajes han estado destinados a aprovechar al máximo las sugerencias de la banca multilateral para implantar la solución definitiva que persiga el máximo bienestar social, del cual estamos grandemente alejados por una política de electricidad excesivamente defectuosa.
La gigantesca destrucción de valor, que acompaña a dicha política, está concentrada en el lado de la demanda, que se encuentra desintegrado en el mercado minorista por mandato regulador de la ley, generando una total falta de coordinación de los recursos. Agraciadamente, el potencial de ahorros por coordinación es igualmente impresionante y para ello necesitamos un acuerdo entre todos para reestructurar y reintegrar el sector que como solución fundamental (que resuelve los problemas más importantes al mismo tiempo) permite desplazar recursos de gasto corriente a gasto de capital como se explica a continuación.
El Editorial del Listín Diario del 25 de septiembre del 2009, Un acuerdo entre todos, dice que “Los principales generadores, en una entrevista para el LISTÍN, hacen una propuesta interesante: que los mayores partidos políticos del país diseñen, junto al gobierno, un plan integral para decidir los pasos inexcusables que deben de darse en este contexto.” Específicamente, dicha propuesta es la de un “Plan Nacional de Solución a la Crisis Energética que involucre a todos los sectores (reguladores, distribuidores, generadores, gobierno y los técnicos de los principales partidos políticos, de forma que se garantice su continuidad de ejecución independiente del partido político en el poder),” conforme aparece en la página 1D, del Listín Diario, del 24 de septiembre del 2009.
No obstante, en el paréntesis aparecen solo los sectores tradicionales de la inestable e inelástica estructura actual con mercado incompleto, por lo que hace falta incluir a los sectores emergentes que completen el mercado y doten la demanda de elasticidad. Esos sectores son necesarios para garantizar la continuidad al seguir penetrando en la economía de la información, reforzándose mutuamente para cerrar las brechas eléctricas y digital. En efecto, esos sectores emergentes que veremos más adelante son imprescindibles para reestructurar el mercado con visión de futuro.
Asimismo, dicho editorial expresa que “Tanto el Fondo Monetario Internacional como los grandes bancos (BID y BM) nos reclaman una pronta atención seria al problema y están dispuestos a canalizar dinero, especialistas y otras asistencias para enfrentar el problema.” Siendo más específico en como canalizar dinero, en la página 3D del mismo Listín del 24 de septiembre se sintetizan las conversaciones con el FMI, diciendo “Según Bengoa, las recomendaciones del FMI indican que ‘el Gobierno tiene que invertir más, y que debe hacer un reajuste para desplazar recursos de gasto corriente a gasto de capital.’ Acción que inyectaría dinamismo a la economía.”
Para facilitar esas recomendaciones, que apuntan al problema estructural del sector energía reconocido por el FMI, como arquitecto de sistema sugiero considerar íntegramente la nota Síntesis: Financiando un Sector Eléctrico Reestructurado con Inversiones, de la que extraigo lo siguiente:
Propongo que lo que necesitamos es una reestructuración del sector eléctrico que impulse la inversión de capital productivo de largo plazo. Esa restructuración impulsaría la competencia de mercado en el desarrollo de mecanismos de entrega de financiamiento en el desarrollo de los recursos de la demanda a corto y largo plazos, para integrarlos a la planificación, operación y control del sistema interconectado. El financiamiento serviría para dotar la demanda de elasticidad a corto y a largo plazos y así hacer competencia al aumento de generación.
De esta forma se buscaría el óptimo entre por un lado aumentar la oferta, que gasta recursos en la quema combustibles, y por el otro, reducir la demanda con la inversión en tecnología de eficiencia energética a corto y largo plazos, sin reducir los servicios energéticos a los clientes y consumidores.
Ligando las ideas anteriores, para poder garantizar la continuidad en el tiempo de las nuevas reglas par salir de la crisis, es imprescindible insertar dicho plan en un plan de nación sistémico orientado a la economía de la información. Es así que la competencia en comercialización aparecen nuevos actores que necesitan involucrarse para extender el ámbito de capital productivo de largo plazo y canalizar y multiplicar las inversiones de la banca multilateral, por ejemplo los potenciales comercializadores, un grupo de consumidores regulados que quieren ser clientes libres, los fondos de pensión, etc.
También para poder garantizar la continuidad en el tiempo es imprescindible que la solución definitiva, parta de una actualización de los objetivos básicos de la ley de electricidad, que puede servir entonces para evaluar cualquier propuesta que se reciba al efecto y para desarrollar un texto apegado a esos objetivos. Es así que en la nota ¿Quién se opone y porqué a que recojamos firmas con este concepto? aparecen dos comentarios, el segundo tiene los objetivos de la ley vigente y el primero en que se someten a debate los objetivos básicos de la nueva ley de electricidad, del que extraigo y transcribo a continuación lo siguiente:
Es necesario y urgente considerar los literales del artículo 4 de la Ley General de Electricidad 125-01, que establecen los trascendentales objetivos básicos y que obligatoriamente afectan todo el texto subsiguiente de la ley, de la siguiente manera para:
1. Modificar el literal a) que se restringe al desarrollo de los recursos de la oferta, impidiendo el óptimo uso de los recursos que requiere el máximo bienestar social, para incorporar también el desarrollo de los recursos de la demanda, que han emergido desde hace tiempo en el país y que ya están emergiendo a nivel global.
2. Aplicar con el necesario rigor y actualidad los literales c), d) y e) para introducir una sana competencia en comercialización al por mayor y al detalle, a corto y largo plazos, que ya es factible, para que sea a base de precios libres eliminando para siempre la discriminación a que son sometidos los consumidores regulados que pasarán a ser clientes libres.
3. Agregar un objetivo básico que habrá que introducir en la nueva Ley General de Electricidad es que nadie, absolutamente nadie, deberá en ningún momento y lugar recibir electricidad por debajo del costo mínimo, como sucede hoy.
Otro objetivo básico a considerar, relativo a la economía de la información, sería: “Valorar adecuadamente la información para poner atención a las necesidades individuales de los clientes.”
Finalmente quedo a la disposición de ustedes para servir de arquitecto en la transición hacia la solución definitiva que ya he diseñado.
Muy humildemente,
José Antonio Vanderhorst-Silverio, Ph.D.
Consultor Sistémico: Electricidad
Arquitecto de Sistema de la EWPC
Sembrador del GMH
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