Sobre la última década, he encontrado una creencia persistente de que la transformación de esta industria artificialmente regulada hacia un negocio competitivo estaba funcionando bien y necesitaba solo unos pocos ajustes para producir beneficios para los consumidores. Sin embargo, los ajustes han crecido más masivos y los resultados más decepcionantes - al menos para los clientes.
Dos problemas se han vuelto claros. Primero, después de esfuerzos exitosos bajo el Nuevo Trato del Presidente Franklin D. Roosevelt para prevenir que la industria eléctrica fuera dominada por un puñado de poderosas compañías nacionales, la falla del llamado modelo competitivo nos ha llevado precisamente a tal dominación. Segundo, los clientes nunca han estado protegidos de los excesos de las compañías que dominan la industria, y ellos están probablemente peor bajo el nuevo régimen que en los "malos" viejos días del modelo monopólico. Ellos son normalmente explotados aunque no lo sepan. De hecho, dado que el negocio eléctrico es complicado y los clientes siempre han pagado de más, es difícil para los clientes reconocer los sobrecostos que pagan.
La explicación anterior encaja perfectamente sobre lo que podemos esperar de la capitalización; no podemos hacernos ilusiones de enfrentar el problema creyendo el Informe Oficial que Expresa que la Causa Crisis Energía es la Distribución. Es necesario conocer las causas fundamentales reales – no los síntomas – para saber como encajan los Medidores Inteligentes en la solución del problema. No me cabe duda que con el pensamiento mecánico no es posible justificarlos. Tampoco podemos creer que estemos preparados para dar el zapatazo haciendo simples cálculos de los Sobrecostos de Generación, pensando que se puede volver a revivir la CDE. Solo comprendiendo las causas fundamentales por medio de un diagnóstico sistémico, podremos acceder a las grandes oportunidades que están reservadas a los dominicanos para ser los pioneros de la electricidad sin control de precios.
En realidad hacen falta esas dos cosas: comprender el problema y entender las oportunidades. Esas no son cosas para los técnicos, aunque ellos las deben conocer muy bien; son tarea obligada para los administradores de las empresas, que tienen que dar el cambio del pensamiento mecánico al pensamiento sistémico, porque se está acabando el mercado de vendedores para los sectores productivos.
La única oportunidad que tienen los inversionistas dominicanos es asegurarse de que una masa crítica de empresarios participe activamente para asegurar que se esté preparado para dar el zapatazo sin posibilidad de nuevas equivocaciones. Para ello es de vital importancia conocer la Respuestas a Francisco Méndez y a César Féliz Parte 1, Parte 2 y Parte 3 y asegurar que se pospongan el conocimiento de la Ley General de Electricidad y la renegociación de los contratos.
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