miércoles, octubre 05, 2005

Dialoguemos: El Problema no es de Distribución, sino de Comercialización


Bernardo afirma que "Para mi el problema es que nos fuimos a un modelo de capitalización que no tomo en cuenta los problemas estructurales del sector eléctrico." Concuerdo totalmente: el modelo de capitalización no tomó en cuenta los problemas estructurales del sector eléctrico dominicano. La reestructuración que se hizo mantuvo la distribución ligada a la comercialización, dejando el problema amarrado. Se necesita separar el problema - la comercialziación - para dominar a la bestia.

 

En términos generales, así también lo reconocen la banca multilateral, conforme vemos en el libro "Keeping The Lights On," publicado por el Banco Interamericano de Desarrollo en el 2003: 

 

A pesar de que en el estudio de las reformas realizadas en Colombia, Honduras y Guatemala difieren grandemente, Jaime Millán y Nils Henrik M. von der Fehr han sintetizado lecciones aprendidas, que "incluyen dificultades en la introducción de soluciones de mercado, el establecimiento de nuevas instituciones regulatorias y en evitar interferencia política incoherente y desorganizada en el desarrollo de la industria." Ellos agregan que: "Parece que contextos particulares de los países – motivaciones para y experiencia con reformas – fueron grandemente pasados por alto... transferir un modelo fuera de su contexto es probable que falle... el desarrollo institucional a gran escala requiere un proceso de descubrimiento de las necesidades y capacidades locales.

 

Además, la existencia de un mercado totalmente libre de soluciones individuales de seguridad de suministro eléctrico en la República Dominicana genera un contexto totalmente distinto al que existía en Chile que se pasó por alto. El mercado al detalle no hay que implantarlo, y aunque es muy ineficiente, ya existe (así sucede siempre con la intriducción de nuevas tecnología "disruptivas"). El problema dominicano no es tanto de distribución sino de comercialización. Pero más que todo, la causa principal del problema está en la "interferencia política incoherente y desorganizada en el desarrollo de la industria."

 

Los dominicanos tenemos una segunda oportunidad para hacerlo bien sin saltar etapas, ni separar el problema en asuntos principales y secundarios, como sugiere Bernardo. Creo que todavía podemos iniciar la década de los años 10 con un mercado vibrante de electricidad, persiguiendo la liberación completa del mercado desde ya. Esto fue lo que vislumbré en 1999 y que ahora podemos adaptar:

 

La autoridad tenía en su poder toda la información para reorientar la estrategia. Por escaso margen, a consecuencia de varios factores que hicieron suspender la subasta para la distribución/comercialización, se modificó el alcance de las concesiones agregando la parte correspondiente a la transmisión, y substrayendo la parte de comercialización, generando tres empresas reguladas de transporte de electricidad, completamente no sólo bajo el control gerencial del sector privado, sino también con el compromiso de liderazgo de dicho sector. El cambio permitió hacer una transición ordenada de los compromisos adquiridos en generación y los que se generaron por tiempo definido en comercialización, dando lugar a un mercado completamente libre y competitivo a partir de la década de los años 10.

 

Retrospectivamente se siguieron bastante cercanas las lecciones de John P. Kotter, quien en el siglo pasado expresó: "La lección más general para ser aprendida de los casos más exitosos es que el proceso de cambio atraviesa una serie de fases que en total normalmente requieren un considerable lapso de tiempo. Saltando pasos sólo crea la ilusión de velocidad y nunca produce un resultado satisfactorio…Una segunda lección muy general es que errores críticos en cualquiera de las fases puede tener un impacto desbastador, reduciendo la cantidad de movimiento y negando ganancias obtenidas con sacrificio."

 

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