LIDERAZGO SISTÉMICO
El anti-sistema socio-eléctrico
El anti-sistema socio-eléctrico
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JOSÉ ANTONIO VANDERHORST-SILVERIO
Consultor Sistémico
Sobre mí
Diseñador del Modelo Marco de la Electricidad Con Valor Agregado. Miembro de la Academia de Ciencias de la República Dominicana. Miembro Vitalicio Senior del IEEE
Resaltando la necesidad de resolver la crisis sistémica del sector eléctrico dominicano, trato de plantear de forma sencilla la situación. Además de la generación, la transmisión y la distribución, en el conjunto incluyo entre sus partes a todos los consumidores y todas las instituciones del sector, que hoy son la Comisión Nacional de Energía, la Superintendencia de Electricidad y el Organismo Coordinador del Sistema Eléctrico Nacional Interconectado. El entorno del mismo incluye toda la sociedad; sus efectos económicos más dañinos se observan regularmente, por ejemplo, en el presupuesto de la nación y en el sector educativo.
Sugiero que lo que impulsa un sistema socio-técnico abierto, que interactúa favorablemente con su entorno, es al menos un círculo virtuoso en que el conjunto produce un resultado superior a la suma de los aportes que ofrecen sus partes. Pero cuando el resultado del conjunto es inferior, en vez de sistema sugiero llamarle anti-sistema. Un anti-sistema puede que interactúe desfavorablemente con su entorno o entre sus partes formando al menos un círculo vicioso.
Dos ejemplos del inicio:
1) queríamos un sistema socio-eléctrico, que se expandiera con economía de escala, con generadores cada vez más grandes y eficientes, que asegurará tarifas socializadas cada vez menores para los consumidores con una demanda que aumenta; y
2) para preservar el sistema socio-eléctrico, no es probable que de la Compañía Eléctrica de Santo Domingo de capital privado quisiese expandirse a la velocidad que quería el Estado dominicano, por lo que este decidió nacionalizarla en 1956. Así nace la CDE.
Lo que bajo ciertas condiciones por las relaciones entre las partes produce un círculo virtuoso puede volverse vicioso, por ejemplo, cuando la economía de escala de generación desaparece u otros efectos negativos superan dicha economía de escala. Por ejemplo, una tarifa por debajo de los costos puede inducir un anti-sistema, que empeora con aumentos de la demanda o en los precios de los combustibles.
Simplifico lo que había sucedido en los Estados Unidos de America hasta finales de los años 60 del siglo pasado. Al interconectar sistemas para producir sistemas complejos se podía obtener resultados muy superiores como resultado de círculos virtuosos que interactúan entre si produciendo un apalancamiento sistémico. Al menos dos círculos virtuosos, que impulsaban la industria eléctrica verticalmente integrada dependiendo de aumentos en la economía de escala de los generadores y la economía de escala de los sistemas interconectados, permitieron que las tarifas bajaran año tras año durante casi tres décadas.
Desde entonces, la situación cambió y esos círculos virtuosos degeneran de tiempo en tiempo en círculos viciosos. Los cambios en la interacción entre las partes, como la decisión institucional de mantener tarifas por debajo de los costos, hicieron que el sistema interconectado de la CDE se convirtiera en un anti-sistema desde el principio de los anos 70.
Por el apalancamiento anti-sistémico, que produce resultados muy inferiores a los normalmente esperados, las rachas de apagones del sistema interconectado de la CDE aumentaron de intensidad y de frecuencia. También hemos experimentado muchas veces como el apalancamiento anti-sistémico acumula una gran deuda rápidamente.
La primera solución que se empleó en Estados Unidos para tratar de resolver la situación fue la de los generadores independientes de electricidad (IPPs) al final de los 80, con la que se firmaron contratos a largo plazo, pero al bajar los precios del petróleo cambiaron interrelaciones entre las partes que empeoraron la situación.
Esa solución IPP llegó rápidamente al país, acumuló de tiempo en tiempo deudas significativas empeorando nuestro anti-sistema. Como sabemos, ese anti-sistema socio-técnico persiste a pesar del modelo de capitalización, que parece que tampoco funciona.
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