OPINIÓN
Vota por el que más facilite la transición hacia un sistema eficaz
Vota por el que más facilite la transición hacia un sistema eficaz
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JOSÉ ANTONIO VANDERHORST-SILVERIO
Consultor Sistémico
Sobre mí
Diseñador del Modelo Marco de la Electricidad Con Valor Agregado. Miembro de la Academia de Ciencias de la República Dominicana. Miembro Vitalicio Senior del IEEE
Sugiero que para votar de forma inteligente, no nos quedemos en elegir, por ejemplo, el menos malo de entre todos los candidatos. El artículo explica los argumentos para que pensemos cuidadosamente cuál sería el mejor candidato para que los dominicanos podamos cambiar el sistema político en medio de la Tercera Revolución Industrial. En vez de una decisión simplista, enlacemos con esa otra decisión que mejor se adecua a la compleja situación que tenemos por delante.
Cuando los arquitectos de sistemas ven que la solución a un problema es muy difícil, aumentan el alcance del problema y muchas veces el problema se simplifica. La mayoría de los dominicanos sabemos que la elección por sí sola de ningún candidato va a resolver nuestros problemas. Es por eso que sugiero que votemos con un alcance electoral más amplio.
Por lo que nos han estado vendiendo con las encuestas, supongo que la mayoría se hace la misma pregunta, que se planteó en el Grupo de Linkedin The Dominican Connection (algo así como La Conexión Dominicana), "¿Qué candidato cree usted que sería más capaz de arreglar la economía dominicana como presidente, Hipólito Mejía y Danilo Medina?"
Al leer muchos comentarios interesantes en esa discusión, decidí escribir parte de lo que ha venido pasando por mi mente en este proceso electoral y luego participar activamente en la misma. Creo que la discusión sugiere una simple decisión a la pregunta misma, como un debate que podría terminar obviamente, a los males menores de dos (o más) opciones como la más popular. También creo que una decisión simple de los votantes no se corresponde con la compleja situación que se está viviendo en el país y en el mundo.
En respuesta a una versión anterior de este artículo circulada en las redes sociales, una persona que sabe mucho me sorprendió con "Según tengo entendido al Dr. Ninguno, quien es el único que puede cumplir con esta noble idea, la JCE no lo dejo inscribirse." Luego de darle vueltas para encontrar una respuesta, la siguiente idea que vino del futuro emergente y que ahora parece muy obvia es: OK! Vota x el que + le facilite la transición a un sistema político eficaz al Dr. Ninguno. Ustedes se pueden imaginar el efecto aclaratorio de esa respuesta, que no se hizo esperar cuando la repetí en "La Conexión Dominicana."
Pero, ¿estaremos preparados para cambiar la discusión de un debate a un diálogo generativo? La diferencia entre el debate y el diálogo generativo es que en el primero se trata de aprender del pasado, mientras que en el segundo se trata de aprender del futuro emergente. Este segundo enfoque no es tan ampliamente extendido y practicado como el primero. En este caso los votantes se enfrentarán con al menos dos decisiones enlazadas.
Voy a tratar de ilustrar la diferencia con un poco de historia de los sistemas políticos. Muchos de los movimientos independientes de las décadas de 1800, que siguió el ejemplo de la revolución francesa y también de la americana, tuvieron la oportunidad de debatir y aprender del pasado. Para aprender del futuro emergente, lo que necesitamos, por ejemplo, es entender que esos países estaban pasando de la dependencia hacia la independencia.
Desde que la globalización surgió, hemos estado en un largo proceso de cambio desde la independencia a la interdependencia. Sin embargo, la mayoría de las constituciones están siendo impulsadas por la independencia en un mundo interdependiente. Por ejemplo, la Constitución Dominicana de 2010 todavía se basa en la separación de poderes.
Como el proceso actual se mueve desde la independencia a la interdependencia, sin embargo, no hay buenos ejemplos a seguir. De hecho, uno de los países desarrollados, como Grecia, Italia, España, Portugal, podría dar el ejemplo a seguir. Aunque no estén conscientes, es ahora que ellos están luchando por la nueva revolución, mientras que nosotros en Haití y República Dominicana hemos estado y seguimos luchando la mayor parte del tiempo con la revolución anterior.
Nosotros usamos el debate para aprender sobre el pasado, pero algo que antes funciono bien en otro entorno político, no ha funcionado aquí todavía. Una vez pasada las elecciones, es muy probable que sea mucho mejor usar el diálogo generativo para saltar etapas en algunos aspectos del nuevo sistema político, como ha pasado, por ejemplo, de las redes telefónicas alámbrica a las inalámbricas. Ese el trabajo que tiene por delante el Dr. Ninguno, que no sería un único líder, sino todo un equipo de líderes que actuarían de forma sistémica en pos del máximo bienestar social.
Afirmo, que el final de la depresión y la aparición de un nuevo orden político, económico y social ya está por llegar a algún lugar. Con él, un nuevo sistema político está a punto de emerger, como sucedió en Francia y los Estados Unidos. Mi tesis teórico-práctica es apoyada en los hombros de sabios gigantes, que por varios años de trabajo sistémico son parte del esfuerzo de lo que llamo el Grupo Millennium Hipaniola, en que sugiero "una propuesta para contribuir a la transformación de la República Dominicana y Haití en países desarrollados durante este siglo."
El punto de inflexión puede verse en la revista The Economist, que la semana pasada trajo un reportaje con varios artículos que explica que ya estamos viviendo en La Tercera Revolución Industrial. También afirmo que en mis prácticas identifiqué que las instituciones multilaterales deben ser objeto de grandes cambios (tal vez hasta ser reemplazadas) para poder detener su protección del status quo de la Segunda Revolución Industrial para lo cual parece que están diseñadas.
El concepto de interdependencia está íntimamente asociado con el punto de vista de sistema. Desde un punto de vista no sistémico, la corrupción es fácilmente trasladada a funcionarios corruptos. Sin embargo, bajo un enfoque sistémico somos capaces de escribir de la corrupción sistémica, como algo mucho peor que lo que ocurre al nivel individual de los funcionarios corruptos. En este sentido, hay que preguntarse si, o no, los gobiernos de los países, y también los organismos multilaterales, que constituyen el sistema político actual, participan en los males actuales producidos de forma interdependiente por la corrupción sistémica, como podría ser inducido por el sistema de cabildeo para impedir el progreso. Eso es ampliar el alcance para poder negociar eficazmente sobre el conjunto, con miras a un resultado en que los votantes puedan ganar.
Esta es mi conjetura sobre el sistema político que surgirá en el mundo que impulse la prosperidad: un sistema político eficaz es aquel en que los subsistemas ejecutivo, legislativo y judicial son interdependientes y se refuerzan mutuamente para ofrecer el mayor bienestar social. El énfasis en la prosperidad es en respuesta a un gran amigo que nace para descartar la dictadura como un sistema eficaz. Supongo que debe ser la base para lo que creo es una cuestión mucho mejor a votar en las próximas elecciones.
El cambio de objetivo va desde la simple decisión de elegir a un Presidente hacia otra que apunta a una decisión enlazada que haga espacio suficiente para introducir un sistema político eficaz. En vez espera resultados del Presidente elegido, ganaremos tiempo para dejar que emerja el Dr, Ninguno que nos apalanque hacia un sistema político alineado con la Tercera Revolución Industrial.
Finalmente, basado en su aprendizaje del pasado, sobre la versión inicial de este artículo, otro gran amigo me escribió "Muy buena propuesta. Desgraciadamente caerá en el vacío... En el vacío de nuestros cráneos vacíos." Yo creo que los ciudadanos que estaban dispuestos a votar por el Dr. Ninguno no tienen sus cráneos vacíos y por lo tanto están dispuestos a aprender del futuro emergente. La pregunta del millón de pesos es ¿cómo le avisamos?
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