viernes, diciembre 21, 2012

Energía con impuestos: pensamiento que indignados no esperan...




LIDERAZGO SISTÉMICO 

Energía con impuestos: pensamiento que indignados no esperan...

Energía con impuestos: pensamiento que indignados no esperan...

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JOSÉ ANTONIO VANDERHORST-SILVERIO

Consultor Sistémico

Sobre mí

Diseñador del Modelo Marco de la Electricidad Con Valor Agregado. Miembro de la Academia de Ciencias de la República Dominicana. Miembro Vitalicio Senior del IEEE
En la noticia “El 15-M es emocional, le falta pensamiento,” publicada en EL PAIS, el 17 de octubre del 2011, Zigmunt Bauman, el filósofo y sociólogo polaco famoso por su concepto de la modernidad líquida, dijo sobre los indignados que:
El movimiento crece y crece pero ‘lo hace a través de la emoción, le falta pensamiento. Con emociones solo, sin pensamiento, no se llega a ninguna parte.’ El alboroto de la emoción colectiva reproduce el espectáculo de un carnaval que acaba en sí mismo, sin consecuencia. ‘Durante el carnaval todo está permitido pero terminado el carnaval vuelve la normativa de antes.’”
La energía con impuestos sería el punto crucial, por ejemplo, de la agenda dominicana con el FMI y todo lo demás secundario. Aunque no la esperan, por tener un pensamiento contra intuitivo, los indignados la adorarán. Es como Henry Ford y Steve Jobs hicieron propuestas bien pensadas que no estábamos esperando, pero que adoramos.
Innovador de carros que adoramos, a Ford se le cita diciendo que si le hubieran pedido a la gente que querían, hubiesen dicho caballos más rápidos. Jobs transformó varias industrias, con productos, servicios y sistemas que la gente no esperaba, pero que adoran.
De forma creciente, la electricidad aumenta su proporción del consumo de energía total. Por ejemplo, el transporte terrestre está cambiando de combustibles líquidos a la electricidad. Pero entonces, ¿por qué la electricidad no se ha transformado para que la adoremos? Porque el que hizo la ley eléctrica, hizo la trampa.
Por varias décadas hasta 1972, el mundo dependió del petróleo barato y se organizó a su derredor. Desde entonces, la garantía de la energía barata desapareció, pero no así la legislación del sector energía diseñada para protegerlo con dicha garantía. A pesar de cambios legislativos hechos en muchas jurisdicciones, el sector sigue protegido de empresas de nueva creación.
Manteniendo esa ilusión, la energía se subsidia, beneficiando a los de “Wall Street” y perjudicando a los indignados. Con precios subsidiados todos los consumidores son incentivados a derrochar dicha energía, impulsando un consumo insostenible que posteriormente los contribuyentes, mayormente los indignados, pagan con creces por medio de impuestos.
El mejor ejemplo del daño que produce la energía artificialmente barata y que la reforma fiscal debe corregir es el dominicano. Aquí tenemos muchos indignados desde hace tiempo y muy probablemente tendremos muchos más si la gran apuesta altamente riesgosa de plantas a carbón (ver video de 10 minutos) o a gas natural de 300 ó 600 megavatios es realizada por el gobierno
Los dominicanos hemos venido padeciendo una prolongada crisis eléctrica sistémica de grandes proporciones, que incentiva una demanda desenfrenada y desequilibrada, acumula deudas excesivas, socava el presupuesto de la nación y de tiempo en tiempo aumenta significativamente la deuda externa. Aunque con menos visibilidad, una situación legislativa parecida ocurre también en Estados Unidos y Europa afectando a sus indignados. Las oportunidades son igual de importantes aquí y en todos esos países.
La garantía de la información barata, por ejemplo, con una legislación basada en el modelo marco de la electricidad con valor agregado, incentivará propuestas bien pensadas a los indignados que adorarán, por menores impuestos y mayores oportunidades de trabajo. Esa legislación frenará aumentos excesivos de generación con reducciones de consumo.
Es así como la energía con impuestos: incentivará la inversión en eficiencia energética y el ahorro de energía en el consumo final, disminuirá y descongestionará el transporte terrestre, mientras aumentará significativamente la comunicación virtual, por ejemplo, en las edificaciones de los sectores productivos y en los hogares para el servicio educativo y sanitario.

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